Mucho ha llovido desde que Guy Verhofstadt se convirtió en 1982, a los 29 años, en presidente del partido liberal flamenco y en el Parlamento de su país le apodaron despectivamente “el chico”. En estas tres décadas, el jefe de los liberales europeos creció, fundó su propio partido, ganó las elecciones y durante nueve años fue primer ministro de Bélgica. En 2007, formó un gobierno interino con una coalición de cinco partidos después de tres meses de parón político en el reino de los belgas, donde el panorama político se empieza a parecer mucho al español.

Hace dos años, se le vió como al nuevo Jacques Delors, pero el veto de Angela Merkel le cerró la puerta de la Comisión Europea. Ahora, con 63 años y convertido en brillante eurodiputado, pelea por esos Estados Unidos de Europa que dentro de una semana pueden sufrir el golpe histórico del Brexit. Él lo ve más como “oportunidad” para reformar Europa incluso si Londres sale de la Unión.

Este miércoles, por tercera vez en ocho meses, ha vuelto a España para consagrar a ese otro “chico” de la política, Albert Rivera, como paladín de la Tercera Vía que Verhofstadt lidera en Europa. En un desayuno de Nueva Economía Forum en Madrid, ha presentado a Rivera como líder del “centro radical” y ha defendido así el apasionado europeísmo que ambos defienden: “Pasó el tiempo de las naciones-Estado. Ahora el mundo globalizado está dirigido por imperios como China, Europa, India, Estados Unidos o Rusia”.

EUROPA EN LA CAMPAÑA

En el sexto día de campaña en España, Rivera ha querido insistir junto a Verhofstadt en la importancia que da a la política internacional. “A Europa hay que ir a tomar decisiones, no a pedir perdón o a recibir deberes”, ha dicho Rivera tras denunciar la falta de presencia española en el lugar de donde emana el 70% de la legislación de nuestro país.

Este mismo miércoles, Claudi Pérez, corresponsal de El País en Bruselas, ha descrito así la irrelevancia de España tras consultar con diplomáticos de media decena de delegaciones en Bruselas: “La voz de Rajoy apenas se ha oido en los Consejos- salvo contadas excepciones”. Una de ellas, el 19 de febrero cuando Rajoy participó en el consejo clave para el Brexit y empleó tan solo 47 palabras para defender la postura española ante una cuestión crucial para la Unión.

Después del acto en el hotel Ritz, Rivera ha ido a la embajada de EEUU a presentar sus condolencias por el atentado de Orlando y Verhofstadt ha explicado a EL ESPAÑOL los detalles de su relación con el líder de Ciudadanos: “En febrero de 2014 vine a Madrid a reunirme con él. Algo de experiencia política tengo: por su manera de hablar, por lo que hay dentro, no por su aspecto exterior, comprendí que estaba ante el heredero del centrismo español, el de Suárez”.

CUANDO RIVERA “NO ERA NADIE”

Se vieron en un hotel de Madrid cerca de la cadena de televisión en la que Rivera iba a intervenir después. “Entonces no era nadie”, recuerda Verhofstadt que a esas alturas de 2014 sólo tenía entre sus filas a UpyD, PNV y CiU. Ciudadanos fue aceptado en el grupo liberal europeo (ALDE, en sus siglas en inglés) en el verano de ese mismo año.

Pero Verhofstadt no ha hecho más que reforzar su olfato inicial y ve a Rivera convertido en el octavo miembro de ese club liberal europeo que forman ya siete primeros ministros (Holanda, Finlandia, Estonia, Eslovenia, Bélgica, Luxemburgo y Dinamarca) y cinco comisarios.

“Me di cuenta enseguida de que Albert quería revolucionar la política: ahora ya es nuestro hombre fuerte en el sur de Europa”, concluye Verhofstadt, que no renuncia a su sueño europeo y liberal a pesar de la preocupación que recorre la Unión ante una eventual salida del Reino Unido la próxima semana: “Es cuestión de tiempo y perseverancia”.

Noticias relacionadas