Susana Díaz lo tiene claro. Tan enemigo es Mariano Rajoy como Pablo Iglesias. Por eso se despacha a gusto en sus mítines contra el líder de Podemos. Su actitud, sus palabras y su ironía contrasta en intensidad con las de Pedro Sánchez, el candidato a la Moncloa, mucho más cauto y discreto en su crítica a Podemos.
No hace falta hurgar en la hemeroteca para hacer una selección más específica de la cuenta. No es necesario tomar la parte por el todo. Las redes sociales del PSOE de Andalucía están llenas de vídeos que difunden lo que consideran los mejores momentos de su presidenta. Este mismo jueves, cuando Iglesias alabó al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, le respondió que "lo que le queda es afiliarse al PSOE. Así se identificará mucho mejor", dijo.
"Aquí hay una izquierda trilera, mentirosa, que siempre le hace el juego a la derecha", dijo en un mitin esta semana. Porque Iglesias es "la mano izquierda de la derecha", ha llegado a decir. "No es verdad que existe el camino del miedo, al que nos lleva Rajoy, y el camino del odio y el rencor, al que nos lleva el señor Iglesias", insistió, reivindicando el voto para el PSOE (más ejemplos como estos pueden encontrarse al final de este artículo).
Díaz sabe que se la juega en Andalucía, aunque se muestra tranquila en privado y con los suyos. La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dibujó un escenario complicado de gestionar para la presidenta: un empate a escaños con el PP y una subida de tres escaños de Podemos al ir en coalición con Izquierda Unida. La división del voto hizo que el 20 de diciembre Podemos sacase 10 diputados e IU ninguno. Por eso, en parte, las elecciones se juegan en Andalucía. Una victoria en votos del PP o incluso un empate con el PSOE harían que los socialistas sólo tuvieran opciones de imponerse cómodamente en una comunidad autónoma: Extremadura. Un escenario como el CIS también minaría la autoridad interna de Díaz en el PSOE, donde muchos esperan su desembarco en Ferraz para sustituir a Pedro Sánchez tras el 26 de junio.
El debate interno del PSOE
Díaz ha tomado partido en el debate interno que hay en el PSOE sobre qué actitud tomar en cuanto a Podemos. ¿Ir a por Iglesias o centrarse en Rajoy? ¿Considerar a Iglesias un enemigo y un falso profeta de la izquierda o centrarse en una movilización del corazón de votantes que nunca abandonarán al PSOE?
Dirigentes socialistas consultados por EL ESPAÑOL consideran "una oportunidad perdida" el debate a cuatro del lunes. Aseguran que Sánchez no estuvo mal y que tuvo momentos buenos, pero que era una cita para arriesgar. "Yo hubiera dado por amortizado a Rajoy, lo hubiera enmarcado en el pasado. Le hubiera incluso dado las gracias por los servicios prestados y hubiera ido a por Iglesias. O él o Sánchez serán presidentes", dice un exdirigente al que ahora no escucha Ferraz.
"Iglesias se ve segundo y cambió de estrategia. Perdió los nervios, sí, pero no quería arriesgar y no le ha salido mal. Mostró un lado más presidenciable, habló más bajito, presentó datos y trató de controlarse y de apelar al votante socialista presentándose como voto útil frente a la derecha", explica un cabeza de lista al Congreso.
Hay hasta quien habría roto la baraja proponiéndole un debate cara a cara a Iglesias. "Lo que sea, lo que sea para romper la dinámica de la campaña. Cuando vas mal y la gente te empieza a ver como tercero, tienes que dar un golpe en la mesa. Un debate bien preparado, venciendo a las expectativas de Iglesias como gran orador, daría la vuelta a los sondeos".
Nada de esto hizo Sánchez. Pero nada de eso hace tampoco en sus mítines, donde su crítica más afilada consiste en decir que tiene muchas chaquetas (de comunista, de socialdemócrata) o en defender que el socialismo no se vende por catálogo. Sánchez está centrado en defender sus propuestas y en recordar una y otra vez que él no logró formar Gobierno en una legislatura que ya pertenece al pasado. "Quien más lo intenta es quien más se cansa, dice Sánchez, y así lo ven muchos votantes: cansado y sin garra para ser presidente y desenmascarar a Iglesias", explica un socialista muy crítico con su líder.
Sin embargo, hay más que eso. Fuentes cercanas a la sala de máquinas del PSOE explican que hay un "divorcio absoluto" entre Sánchez y su número dos, César Luena, que es más crítico con Iglesias y partidario de una estrategia más agresiva. Quienes los conocen a los dos explican que su relación pasa por su peor momento y está agrietada por los sondeos, los malos augurios y el temor ante el lugar que ocuparán (sobre todo Luena) en un incierto futuro del partido.
Pequeño detalle: Díaz gobierna gracias a C's
Fuentes de Ferraz explican que no es el momento de cambiar la estrategia. "Lo hizo Albert Rivera en las últimas elecciones y mira cómo acabó", explican en referencia a unas encuestas que llegaron a darle la segunda posición. "Nuestra campaña es en positivo, de propuestas, de explicar lo que hemos hecho estos meses y nuestro proyecto para España. Nuestra batalla es la movilización de los nuestros".
Pero no todos piensan así. La primera de ellas, Díaz, punta de lanza de los socialistas que están dispuestos a atacar sin piedad a Iglesias. "Claro, ella puede hacerlo. Gobierna con Ciudadanos", explica un dirigente autonómico cuyo Gobierno se sostiene gracias a Podemos. Ahí hay parte de la explicación a la facilidad con la que se despacha la presidenta. Eso y que "el PP en Andalucía está en el chasis", según un próximo a la presidenta, que asegura que el PSOE superará en escaños y en votos al PP. "Y a Podemos le sacaremos 450.000 o 500.000 votos", explica.
Cinco embistes de Díaz
Las siguientes citas son ejemplos de esta misma semana:
Sobre las negociaciones del debate electoral: "Luego se fueron juntos los jefes de Gabinete en el taxi [una noticia cuyos detalles reveló EL ESPAÑOL]. Bueno, juntos llevan mucho tiempo. Juntos se están haciendo la campaña uno al otro. ¿Se atacaron Rajoy e Iglesias en el debate? ¿Le dijo Iglesias a Rajoy que es el culpable del sufrimiento, del daño y de la pobreza que ha provocado en España? ¿Le dijo Rajoy a Iglesias que es un peligroso radical? No, ¿verdad? ¿Por qué? Porque se hacen el juego. Porque se complementan. Porque han encontrado el uno en el otro su pareja ideal".
La naturaleza de Iglesias: "Iglesias no me gusta porque va de emboscado, de taimado. Ahora es el que le susurra al oído a Pedro: "Pedro, que no soy yo el enemigo". Antes nos decía que éramos la cal viva, la casta, que venían a regenerarnos. Va de emboscado. Y yo siempre voy de frente".
Cataluña: "Ahora dicen que son patriotas. Señor Iglesias, no se puede ser patriota por la mañana y por la tarde defender en Cataluña, en Euskadi que cuando quieran cojan la puerta, se vayan de España y rompan este país".
Mortadelo y Filemón: "¿Recordáis Mortadelo y Filemón? ¿Ese que se disfrazaba, que dependiendo del momento se ponía un disfraz u otro? Yo veía a Iglesias y veía el Mortadelo. Ayer nos tocó el Iglesias tierno". "[Antes decía] que éramos la cal viva, la casta, que nos insulta, que nos vendíamos a los bancos, que estábamos entregados al capital y a las empresas".
Sus vínculos con Venezuela: "Quien por la mañana dice que es bolivariano, chavista, comunista, peronista y por la tarde socialdemócrata, como que no cuela".
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