La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pidió a la comunidad internacional en la COP26 que se graven las emisiones de CO2 porque "la naturaleza no puede pagar más ese precio".
"Poned un precio al carbono, la naturaleza no puede pagar más ese precio", declaró Von der Leyen en la cumbre de líderes de la conferencia de la ONU sobre el cambio climático que se celebra en la ciudad británica de Glasgow.
La Unión Europea (UE) cuenta desde 2005 con un mercado de comercio de emisiones de CO2, el llamado ETS, donde se gravan las emisiones de dióxido de carbono de 11.000 plantas de consumo intensivo de energía.
La Comisión Europea ha propuesto ampliar esa plataforma a otros sectores como la climatización de los edificios y el transporte por carretera y baraja implementar un mecanismo de ajuste de carbono en frontera que grave ciertos productos que entren en el mercado europeo.
"Todos aquí en la COP26 queremos estar en el lado bueno de la historia", agregó Von der Leyen, quien llamó a respetar el límite de 1,5 ºC de alza de temperaturas a final de siglo respecto a los valores preindustriales.
Para ello es necesario acelerar el recorte de emisiones esta misma década porque "nos estamos quedando sin tiempo", dijo la presidenta del Ejecutivo comunitario, quien recordó que la UE reducirá sus emisiones en un 55% en 2030 respecto a 1990.
"Cero emisiones para 2050 está bien, pero no es suficiente. Necesitamos acción real en esta década", agregó la política alemana, quien dijo que es posible frenar el cambio climático porque "está originado por el ser humano".
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, por su parte, señaló: "Somos nosotros, la especie humana, los que hemos provocado este cambio climático que amenaza nuestro futuro y el de las generaciones futuras, y le corresponde a la especie humana pararla".
Pidió para ello "cambiar radicalmente nuestro paradigma para nuestra prosperidad" y para el modelo de cooperación internacional.
Recordó que la UE ha contribuido en 2020 con 23.390 millones de euros (unos 27.100 millones de dólares al cambio actual) a la financiación de la lucha contra la crisis climática en los países pobres y llamó al resto de las economías desarrolladas a "seguir ese ejemplo".