Estrés oxidativo: el enemigo "silencioso" que ataca a la salud física y mental
Un estudio publicado por el Instituto de Salud Carlos III encontró una correlación entre el aumento de los ingresos hospitalarios y las enfermedades cardiovasculares y la diabetes provocados por esta condición.
17 febrero, 2022 01:49Noticias relacionadas
El ruido es un enemigo invisible: no se ve ni se puede cuantificar con facilidad, pero está siempre presente, como una gota malaya que, de forma sutil pero nada silenciosa, mina la salud física y mental de las personas y se asocia con lo que se conoce "estrés oxidativo". Este proceso se produce cuando existe un exceso de radicales libres en el cuerpo, y podría estar detrás de numerosas enfermedades cardiovasculares, pulmonares y hasta neurológicas o mentales, como el estrés, la ansiedad o la depresión.
Es la conclusión a la que llegó un estudio publicado por el Instituto de Salud Carlos III: el ruido puede provocar un empeoramiento de la salud física y mental, agravar la diabetes, aumentar los partos prematuros y elevar las tasas de suicidios en las grandes ciudades, además de aumentar los ingresos hospitalarios relacionados con enfermedades del corazón o los pulmones.
Uno de los responsables de esta investigación fue el doctor Julio Díaz. El estudio lo firmó en 2017, pero lo ha mantenido actualizado durante todo este tiempo. "El ruido puede incidir tanto en los ingresos hospitalarios como en la mortalidad", sentencia el experto del ISCIII. "Incide en enfermedades de carácter neurológico, como el aumento de ingresos por Parkinson, Alzheimer o demencia e incluso en algunos brotes de esclerosis múltiple o diabetes".
"Tu organismo vive el ruido como una agresión", sostiene Julio Díaz, doctor del Instituto de Salud Carlos III
Existe una correlación entre el aumento de los niveles acústicos de una ciudad y el conocido como 'estrés oxidativo'. "Nosotros no hemos demostrado que el ruido provoque Alzheimer o Parkinson, porque no hay una causalidad, sino que cuando sube el ruido aumentan inmediatamente los ingresos hospitalarios por esas patologías. Ese mecanismo de estrés oxidativo es el mismo que está detrás del provocado por el dióxido de nitrógeno (NO2)". Según su tesis, los altos niveles de contaminación ambiental son tan peligrosos como los ruidos elevados provocados, entre otros, por el tráfico.
El envejecimiento celular
"Tu organismo vive el ruido como una agresión", señala el especialista. "En respuesta, lo primero que hace el cuerpo es aumentar la tensión arterial, el bombeo y tu frecuencia cardiaca para que le llegue más oxígeno a la sangre. Para que eso se produzca, hay que verter en ella sustancias como la adrenalina, la noradrenalina, la glucosa o el cortisol". Esas sustancias quedan acumuladas en el organismo y no se queman, lo que provoca un envejecimiento celular que puede agravar otro tipo de patologías preexistentes.
Existen evidencias científicas que certifican esta relación entre el ruido y el aumento de sustancias como el cortisol. Un estudio alemán demostró con dos gemelos que si uno dormia en una habitación ruidosa y otro en una silenciosa, el primer niño generaba mucho más cortisol en saliva que el otro. "Eso quiere decir que aún dormidos, el organismo es consciente del nivel de ruido exterior. Tú puedes decir que estás 'acostumbrado' al ruido, pero tu cuerpo vierte en sangre las mismas sustancias".
Julio Díaz es tajante: el ruido se asocia al estrés, y el estrés despierta otro tipo de patologías que pueden desembocar en enfermedades e incluso en un aumento de las muertes. "Una de las causas principales de los partos prematuros es el aumento de la tensión arterial, la preeclampsia: si el ruido sube, la presión arterial también". Pero no es lo único: "Lo último que hicimos es relacionar el ruido con la depresión, la ansiedad y los suicidios: hoy sube el ruido y hoy mismo aumentan los ingresos hospitalarios urgentes por ansiedad y depresión... y mañana aumentan los suicidios. El ruido hace exactamente lo mismo que la contaminación química. El efecto que ejerce en la mortalidad es similar al de la materia particulada 2.5 (PM2.5)".
Falta de respuesta institucional
Prácticamente todas las ciudades europeas sufren niveles de contaminación acústica que superan las barreras recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Al año, sólo en Europa el ruido provoca 12.000 muertes prematuras y alrededor de 22 millones de molestias crónicas. Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, 1 de cada 5 europeos vive rodeado de niveles de ruido dañinos para su salud.
Cuando la contaminación acústica supera los 65 dbA, la salud y el bienestar de las personas (ODS 3) se ven gravemente afectadas, y parte de la culpa de todo este ruido en las grandes ciudades la tiene el tráfico.
"Madrid es una de las pocas ciudades del mundo que tiene una red de ruido que da mediciones en tiempo real", señala el científico
Girona, Barcelona, Logroño y Castellón se encuentran entre las ciudades con mayor población afectada y, de hecho, casi el 50% de los ciudadanos de España sufren niveles de ruido por encima de los 65 decibelios diarios y los 55 decibelios nocturnos, los mínimos recomendados por la OMS.
Vigo, sin ir más lejos, es la ciudad de España que más se ve afectada por el estruendo de los vehículos. La conocida como Autopista del Atlántico cruza entre dos de los barrios más concurridos de la ciudad gallega ante la falta de medidas políticas; el ruido de los bares hace imposible conciliar el sueño en Málaga; la complejidad del tráfico en Madrid y Barcelona las convierten en dos centros poblacionales en las que es difícil apostar por el silencio.
Julio Díaz recuerda que sus estudios están hechos en Madrid, aunque el modelo se podría exportar a otras grandes ciudades si existiesen los medios adecuados. "Madrid es una de las pocas ciudades del mundo que tiene una red de ruido que da mediciones en tiempo real. Nosotros introducimos el ruido como otra variable más, igual que metemos el dióxido de nitrógeno o el ozono. Las asociaciones del ruido de tráfico, que es más del 75% del ruido de una gran ciudad, tiene un efecto superior al que tienen los contaminantes químicos [...] Encontramos que, a más coches, más ingresos".
Uno de los grandes reclamos de los científicos es que se tenga en cuenta el ruido en las estrategias de Zonas de Bajas Emisiones. "Como el ruido no se ve, no se toman medidas", clama Díaz. "Sería muy fácil tomarlas, ya que la OMS sacó hace poco una guía en la que hablan de medidas de actuación. No hay una concienciación clara de que el ruido es un problema de salud. Cuando hablan de Zonas de Bajas Emisiones siempre mencionan los beneficios de reducir coches para que reduzca el dióxido de nitrógeno. Pero nadie habla de ruido, cuando sabemos que su impacto en la mortalidad es igual de alto".