Hace unos años, el bienestar de los equipos se reducía a ofrecer fruta gratis para el desayuno e instalar alguna que otra Playstation o futbolines en las zonas de descanso asegurando así espacios de esparcimiento en los centros de trabajo. Más tarde, llegó la época del mindfulness, del fisio en la oficina y de las actividades de team building.

En la actualidad, y tras la pandemia, estamos viviendo una auténtica revolución de los planes de bienestar y de los programas de asistencia psicológica en las organizaciones como evolución de los modelos primigenios.

Y esta tendencia, unida a la implementación de los modelos de trabajo híbrido, nos está permitiendo descubrir que la libre disposición de la jornada de trabajo, el tiempo de dedicación, las prioridades, el trabajo flexible desde diferentes ubicaciones y los momentos y entornos vitales y personales son el Santo Grial del cuidado de las personas que forman nuestras plantillas.

Esta nueva realidad ha provocado que la salud mental en las compañías haya dejado de ser una moda, un slogan que postear en Linkedin o una acción de marca de empleado, para convertirse en un elemento central en las prácticas y estrategias de negocio, sostenibilidad, operaciones, recursos humanos y gestión de talento de las compañías.

Ya era hora, ¿no? Y es que buscar el equilibrio entre la flexibilidad laboral y los diferentes tipos de contratación y relación profesional o mercantil está en la mesa de los CEOs y principales directivos y directivas en el día a día.

 

De eso va, por tanto, el cuidado de la salud mental de todas las personas que formamos el ecosistema empresarial: de asegurar experiencias de empleado lo más individualizadas posibles, modulares. Como un apartamento de una pareja que afrontan la paternidad/maternidad y tiene que acomodar su vida, dinámicas familiares y espacio de residencia y su vida a sus nuevas rutinas y responsabilidades adquiridas.

También se buscan experiencias individualizadas, perfectamente integradas y ajustadas para mantener un equilibrio entre todos los entornos que lo componen: personal, profesional, familar, cuidado de mayores, relaciones, etc.  Y ahí está o debería estar el foco de las compañías: ser capaces de dar con la fórmula mágica que así lo garantice, mientras la productividad, eficiencia y compromisos salen reforzados.

 

Como en otras compañías, en WPP y en todas las empresas del grupo también venimos trabajando por el bienestar y la salud mental de nuestros empleados. Y no es un tema baladí. Le dedicamos tiempo, espacio y recursos: contamos con médico y fisio en la oficina y disponemos de programas de asistencia a empleados que nos prestan soporte psicológico.

Además, ponemos fruta en las plantas cada mañana y subvencionamos café y té. Nuestras cafeterías cuentan con menús healthy para veganos, vegetarianos, carnívoros, alérgicos e intolerantes a la lactosa, etc. A nuestros equipos les invitamos a trabajar en remoto de acuerdo con sus rutinas, implementar jornadas intensivas o reducidas, trabajar desde su lugar de vacaciones y otras opciones de trabajo flexible.

En esta línea, seguiremos incorporando, probando y testando nuevas medidas que sirvan para que esa experiencia de empleado modular e individualizada se pueda acomodar con las múltiples realidades que acogemos en nuestras compañías. Porque, además, de eso va nuestro día a día, de crear experiencias relevantes y únicas para las más de 2.800 personas que componen nuestros equipos en España.



*** Javier Vidaurreta es Chief People Officer en WPP.