La Cumbre Global sobre Nutrición para el Crecimiento, que se desarrolló en Tokio durante los días 7 y 8 de diciembre, tiene el objetivo de demostrar el compromiso de los países para acabar con la desnutrición.
Una crisis de hambre sacude nuestro planeta; para atajarla, los líderes mundiales reunidos en Japón han comprometido 27.000 millones de dólares.
Según Acción contra el Hambre, "la desnutrición mata a 3,1 millones de menores de 5 años cada año", a lo que se suman 168.000 más debido al impacto de la pandemia. Desde la organización indican que el 80% se salvaría si se dispusiese del tratamiento adecuado, pero el problema es que ni siquiera el 25% lo recibe.
A nivel global, la covid-19 ha afectado, sobre todo, a la población más vulnerable, como las mujeres o los niños. Incluso antes de la pandemia la desnutrición era un problema grave para muchos. No obstante, según lo indicado en la cumbre, podría dejar a 3,6 millones de niños y niñas más con retraso en el crecimiento.
Japón se ha comprometido con más de 2.800 millones de dólares para acabar con la desnutrición
Un compromiso colectivo
El evento se desarrolló como culminación del Año de Acción de Nutrición para el Crecimiento, una serie de eventos anuales que promueven la aceleración de las herramientas para acabar con la desnutrición.
Contó con la presencia de 45 países con altas tasas de desnutrición que, junto con la colaboración de otros Estados donantes, consiguieron establecer compromisos políticos y financieros para poner fin a esta problemática global y trazar un nuevo camino de cara a 2030.
Ese nuevo trayecto pasa por poner soluciones desde diferentes ámbitos, pues, como explicó Menna Seged, responsable de Incidencia y Relaciones Institucionales de Acción contra el Hambre, "el hambre es origen y causa de conflictos, violencia, migraciones, desigualdad de género e incluso cambio climático".
Fumio Kishida, primer ministro de Japón, indicó durante la cumbre que el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 2 (hambre cero) recuerda que hay que perseguir el logro de una seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición para 2030. "Ahora es el momento de que actuar porque nadie debería quedarse atrás", recalcó.
Por este motivo, Japón se ha comprometido con más de 2.800 millones de dólares para acabar con la desnutrición, apoyando la cobertura universal de salud y la creación de sistemas sanitarios sostenibles y nutritivos.
Asimismo, fueron los países que más están sufriendo las consecuencias de la falta de alimento los que lideraron la cumbre. Sheikh Hasina, primera ministra de Bangladés, se ha comprometido a reducir en un tercio las tasas de anemia, en un quinto el retraso en el crecimiento y en un cuarto la emaciación -pérdida de peso involuntaria- de los niños en los próximos 5 años.
En la misma línea, Indonesia quiso demostrar su empeño acordando que acelerarán los esfuerzos para reducir el retraso del crecimiento en niños en todo el país. Asimismo, reforzarán sus apoyos a la nutrición materno infantil, la alimentación lactante, y la aportación de suplementos nutricionales para adolescentes y mujeres embarazadas.
UNICEF quiere llegar a 500 millones de niños, mujeres y adolescentes con programas de prevención de la desnutrición anualmente
La Unión Europea se ha comprometido con la donación de 2.800 millones de dólares y Estados Unidos con 11.000 millones en los próximos tres años. Además, el Banco Africano de Desarrollo donará a esta causa 1.350 millones de dólares en 6 años.
Diferentes agencias de la ONU también quisieron mostrar su acuerdo con estas medidas. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) marcó como objetivo llegar a 500 millones de niños, mujeres y adolescentes anualmente con sus programas de prevención de la desnutrición. Pero también la Organización Mundial de la Salud (OMS), que elaborará un plan de acción mundial para prevenir y controlar la anemia en mujeres y niños para 2030.
España y la lucha contra el hambre
Desde Acción contra el Hambre explican que "hasta ahora, España ha tenido un perfil bajo de cooperación en la lucha contra el hambre". Y consideran que este encuentro es determinante para que "se comprometa", ya que su "éxito o fracaso impactará en la ejecución de la Agenda 2030".
Aseguran que el gasto mundial en nutrición no llega a los 1.000 millones anuales y se necesitan 7.000 millones cada año para cubrir las metas mundiales contra la emaciación, el retraso en el crecimiento, la anemia y la lactancia materna. En España, la aportación es todavía más pequeña: "Apenas el 0.21% del total de la Ayuda Oficial al Desarrollo se dedica al tratamiento de la desnutrición".
Una solución para el futuro
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el informe sobre Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el mundo 2021, indica que la solución para poner fin a la inseguridad alimentaria y las diferentes formas de malnutrición reside en transformar los sistemas alimentarios.
En el estudio se proponen seis vías que deben tenerse en cuenta para afrontar los efectos negativos que está produciendo el hambre y la desaceleración de la reducción de la malnutrición.
Entre ellas se encuentran la necesidad de integrar políticas humanitarias, de desarrollo y consolidación de la paz en zonas de conflicto; ampliar la resiliencia frente al cambio climático en los diferentes sistemas alimentarios; o la introducción de cambios en el comportamiento de los consumidores.
No obstante, para aplicar estas premisas todavía queda mucho trabajo por hacer. Y es que, como asegura el informe de la FAO, "a falta de menos de un decenio para 2030, no vamos camino de poner fin al hambre y la malnutrición mundiales; de hecho, nos movemos por la senda opuesta".