Maria Teresa Saperas, de 90 años, tiene 7 hijos, 16 nietos y una bisnieta. En su juventud cosía pañales de tela que lavaba y reutilizaba. Sin embargo, cuando preguntaba por este tipo de productos en tiendas y farmacias le decían: "Señora, que los pañales no se lavan, es imposible, no se puede". Para demostrar que sí podían hacerse, empezó a trabajar en una gran idea que, sin saberlo, años después se convertiría en una empresa: ADZ Nadons, o los pañales del futuro.
Maestra de profesión, Saperas comenzó a ejercer su carrera en Cornudella de Montsant (Tarragona). Años después, se mudó a Reus con toda la familia. Allí, su esposo, Ramón Adzeries, y ella se convirtieron en voluntarios de la organización Societat Sant Vicenç de Paül. "Recibíamos a personas a las que intentábamos ayudar y venían muchas madres pidiendo dinero para pañales", cuenta. En aquel momento, entendió la importancia de destinar dinero a este recurso porque, como se preguntaba, "¿cómo iban a gastar más de 1000 euros en pañales cuando no pueden comprar ni alimentos indispensables?".
Sostenibilidad y reciclaje eran dos palabras que ya resonaban en la cabeza de Saperas cuando cosía los pañales de sus hijos. Después de muchos años de pruebas, investigación y esfuerzo, los productos que hoy venden en ADZ Nadons son una evolución de aquel comienzo: "Hace ya unos 14 años que lo empecé y, aunque ha costado mucho arrancar, ahora parece que sale adelante", explica la maestra. Y enfatiza: "Va a ser una gran empresa".
Empresaria a los 78
Tras muchos años confeccionando sus propios pañales de tela, su familia le animó a patentarlos. En ese momento tenía 78 años, pero dejó a todos boquiabiertos y se lanzó a esta nueva aventura. Y es que, como cuenta su hija, Cristina Adzerias, directora actual de la empresa, "mi madre es una inspiración por su clara mentalidad, minimiza los problemas".
La ruta de estos pañales comenzó en 2008 cuando la maestra se presentó a los V Premios Reus a la Creación de Empresas animada, sobre todo, por su yerno. Pero para poder presentar su propuesta, antes tuvo que volver a las aulas de la universidad, donde realizó un curso de 18 horas que le formó en administración de empresas: "Me encontré con jóvenes de 20 años, pero fui una más y, además, me gusta estudiar". Finalmente, su idea consiguió hacerse con el tercer premio, pero este sólo fue el inicio.
"Cuando ganó el concurso, junto con mis hermanos valoramos todo y, al final, yo tenía más disposición en aquel momento para ayudarle", explica Adzerias. Sus hijos, entusiasmados, pensaron que Saperas se merecía, cuando menos, intentarlo: "Ella siempre ha sido la motivación e inspiración para llevarlo a cabo y siempre ha estado detrás como socia fundadora". El negocio se asentó en Les Borges del Camp (Tarragona) y está dirigido por Cristina y Ester, hija y nieta de Saperas.
Un pañal sostenible
Para comenzar a introducir el uso de estos pañales, primero hay que cambiar la mentalidad de las familias. Saperas cuenta que es difícil porque todavía hay papás y mamás que no les apetece lavar pañales, como ella lo hacía antaño. Pero sus pañales "se meten a la lavadora tranquilamente".
Este producto está formado por 3 capas: absorbente, protector y refuerzo. El absorbente se coloca en el interior del pañal y retiene adecuadamente la humedad. Además, contiene bambú, seleccionado por sus propiedades antibacterianas y antialérgicas. Por otro lado, el protector es biodegradable y reutilizable, puedes lavarlo y tirarlo a la basura, pero "¡nunca al inodoro!", alertan.
El pañal es la braguita exterior que sujeta las 3 capas interiores, que son impermeables y transpirables. Está disponible para recién nacidos (de 0 a 6 meses) y para niños de 6 meses a 2 años y medio. Cuentan con estampados muy variados. Normalmente, la braga no va a ensuciarse, simplemente hará falta cambiar el absorbente y protector.
Todos los tejidos que utilizan están certificados Oeko-Tex. "Económicamente, compensan –cuestan de 3 a 5 veces menos que los desechables– y, sobre todo, son importantes para la salud del bebé, al ser impermeables la piel transpira y no tienen químicos", explica la hija de Saperas.
Sus productos pueden encontrarse en la web, pero, actualmente, también están trabajando con diferentes ayuntamientos que están interesados en regalar sus lotes a los recién nacidos. Asimismo, varias escuelas infantiles también están comenzando a usar sus productos.
Si tenemos en cuenta que, aproximadamente, un pañal desechable tarda en degradarse 500 años y que un bebé consume alrededor de 5.500 pañales en dos años y medio, la propuesta de ADZ Nadons es más que innovadora. No sólo apuestan por un comercio justo, es un paso hacia la sostenibilidad del planeta.
El proyecto tiene grandes proyecciones de futuro, según cuenta Adzerias, "nuestro país está a la cola con respecto a otros que ya utilizan estos pañales de tela y destaca la implicación de los países nórdicos. Esta empresa todavía trabaja en visibilizarse porque, como aseguran: "es una alternativa real, cómoda y no es tan difícil como parece. Aunque hay que hacer un pequeño esfuerzo merece muchísimo la pena".