10 ciudades españolas en las que el aumento de las temperaturas podría causar estragos en 2050
Las consecuencias del cambio climático provocarán en gran parte del Mediterráneo un proceso de 'africanización' o aridificación. Algunas ciudades de España se verán especialmente afectadas por el calentamiento global.
14 febrero, 2022 02:58Las temperaturas medias de España han aumentado de forma considerable en los últimos diez años y la tendencia global indica que para 2050 estarán cerca de duplicarse. El nuevo informe elaborado por el Observatorio de la Sostenibilidad, Aumento de Temperaturas por Ciudades en España, así lo señala: todas las grandes ciudades del país han visto un crecimiento medio de la temperatura de 0,73 grados en la década que va de 2011 a 2020.
El informe, que se basa en datos tomados por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), especifica que en las capitales de provincia aumentó más la temperatura que en el conjunto del país, ya que los 0,73 grados de media de las grandes ciudades contrastan con los 0,58 grados del conjunto de España. Una diferencia que podría explicarse, en palabras del investigador del CSIC Jorge M. Lobo, por las ubicaciones de "los registros climáticos, los sensores y las estaciones meteorológicas que toman los datos".
Sin embargo, estas pequeñas diferencias de temperatura no deben hacer perder el foco de la emergencia climática que se cierne sobre España: en algunas ciudades, como Jaén o Barcelona, los registros indican un aumento de 1,40 y 1,32 grados en el periodo 2011-2020. Para 2050, si se sigue la tendencia actual, los aumentos de temperatura podrían causar auténticos estragos.
El mapa elaborado por el Observatorio de la Sostenibilidad indica que, en el peor de los escenarios, es decir, si no se aplican medidas paliativas urgentes para revertir el calentamiento global, para 2050 habrá diez ciudades que podrían ver aumentada su temperatura hasta tres grados: Toledo, Madrid, Ávila, Guadalajara, Segovia, Soria, Cáceres, Badajoz, Córdoba y Jaén.
Otros estudios
El estudio Informe T en el que participó Jorge M. Lobo hace justo un año también era alarmante, aunque quizás un poco más tibio con los resultados. Él y su equipo tomaron datos sobre la evolución de las temperaturas de España desde 1961 hasta 2020 y desvelaron, tras comparar los datos de los primeros 30 años de registro con los segundos 30 años, que éstas habían subido en las diferentes regiones de España.
Cataluña (0,86º C), Comunidad de Madrid (0,82º C), Asturias (0,80º C) y País Vasco (0,75º C) fueron las Comunidades Autónomas que más padecieron el aumento de las temperaturas. Por el contrario, Murcia (0,48º C), Baleares (0,46º C) y Cantabria (0,44º C) habrían incrementado menos sus temperatura medias, a pesar de que también experimentaron un crecimiento notable. El Informe T no hacía proyecciones para 2050, pero sus conclusiones eran tajantes: a partir de los años 80 las temperaturas empezaron a subir de forma alarmante.
"Se sabe desde hace tiempo que el incremento en la temperaturas medias anuales respecto a finales del siglo XIX es mayor en la región Mediterránea (1,5º C) que la tendencia global (1,1º C), y se prevé que aumenten las olas de calor y los eventos extremos en esta región", reflexionaba el texto.
La africanización de España
Una de las principales consecuencias del aumento de las temperaturas es que España podría vivir un proceso de 'africanización': "Todos los indicadores convergen en que el Mediterráneo, no sólo España, va a sufrir la africanización. Es decir, la aridificación de la zona", señala Lobo. "Regímenes de lluvia muy escasos, precipitaciones que van y que vienen o que son muy torrenciales, es decir, que caiga en una semana lo que cae en seis meses; todo eso es un desastre", señala el científico del CSIC.
"En término general, el principal efecto que veremos en España es el aumento de las temperaturas. Ahora estamos en un incremento de entre 1,3 y 1,4 grados para España desde mediados de siglo, y para 2050 podemos llegar a un incremento que supere los dos grados [...] Habrá olas de calor cada vez más fuertes y recurrentes. Hemos tenido las temperaturas más altas de todo el siglo. Debemos tener en cuenta que la subsistencia de la vida, por encima de 42 o 43 grados, es muy difícil".
El experto suspira al imaginar todo lo que eso puede significar: consecuencias económicas, sanitarias y sociales. "Para un país como España, cuya economía depende de dos sectores fundamentales como la agricultura, que es eminentemente de regadío, y el turismo, las cosas dependen mucho del agua. En España tenemos un 25% de la superficie aridificada, es decir, un suelo completamente perdido y difícilmente recuperable, y eso va a ir a maores".
Científicos como Lobo piden que no se les tache de agoreros por dar datos objetivamente demostrables. "Cuando uno piensa en el peor escenario te pones algo catastrófico, pero cualquiera de nosotros, si tuviéramos un cáncer, nos gustaría que el médico fuera valiente y nos dijera lo que tenemos. ¿Acaso preferimos esconder la cabeza y seguir viviendo sin hacer caso? No lo sé. Los seres humanos somos extraños. Es muy probable que la situación de España en los próximos 30 o 40 años sea, si no desastrosa, sí algo parecido".