La primavera se adelanta cada año que pasa como consecuencia del cambio climático y, prueba de ello, es que la salida de las hojas de los árboles y la floración se está produciendo antes de tiempo. En este sentido, los expertos alertan de que la escasez de lluvias y las altas temperaturas provocarán problemas de inseguridad hídrica y alimentaria en países como España que, cada década, pueden ir a más.
Son algunas de las conclusiones de una investigación publicada ahora en Nature Climate Change por Jian Wang, de la Ohio State University de EEUU, y por Josep Peñuelas, profesor de investigación del CSIC. Un estudio que, por primera vez, tiene en cuenta el impacto de la frecuencia de las lluvias en la estabilidad estacional y, en consecuencia, en el funcionamiento normal de ecosistemas y ciclos biológicos.
Para ello, los investigadores han estudiado píxel a píxel las imágenes satélite. Unos datos que han cruzado con la información meteorológica y con la aportada por un red internacional -con mediciones en 500 lugares del mundo- sobre el dióxido de carbono (CO2) que absorben los ecosistemas terrestres desde finales de los años 80 hasta ahora.
Con todo ello, Peñuelas y Wang han demostrado que la falta de lluvia en los últimos 30 años provoca que las plantas broten antes de tiempo en el hemisferio norte. De hecho, sólo este efecto de las precipitaciones provocarán un adelanto de la primavera biológica de entre 1,2 y 2,2 días cada década de este siglo.
Aunque es cierto que aún no estamos ante un problema de seguridad alimentaria, sí existe una gran preocupación en nuestro país acerca de la disponibilidad de agua. Los embalses están al 44% de su capacidad, según los últimos datos del MITECO, y los primeros meses de este ciclo hidrológico se sitúan ya entre los cinco más secos de lo que llevamos de siglo, con una precipitación acumulada de 100 litros/m2 menos de lo normal.
Si a este aspecto se le suma el aumento de la temperatura por el calentamiento global, nos encontramos que, en países como el nuestro, con un aumento de 1,5ºC ya "se ha adelantado mínimo una semana, y en algunas zonas dos e incluso tres", asegura Peñuelas. Algo que, como cuenta, "cada década irá a más".
Sólo este efecto de las precipitaciones provocarán un adelanto de la primavera biológica de entre 1,2 y 2,2 días cada década de este siglo.
El experto del CSIC explica que cuando hay menos precipitaciones también hay más horas de sol, lo que provoca que haya unas temperaturas diurnas más cálidas y noches más frías. Esto hace que las hojas acumulen ese frío necesario para brotar. Todo ello confunde a las plantas porque lo perciben como las señales típicas de que la primavera ya ha llegado
En un primer momento, que la primavera se adelante no es un hecho de preocupación. Según Peñuelas, el hecho de que la salida de las hojas y la floración sea más temprana significa que la Tierra comienza a trabajar antes absorbiendo el CO2 de la atmósfera. "Como trabaja cada vez antes, tiene la capacidad de absorber más dióxido de carbono, lo que está evitando que nos calentemos aún más".
Sin embargo, el científico pone el acento en que, a largo plazo, tiene un impacto muy negativo, sobre todo para las personas. "Altera las cosas y hace trabajar a la vegetación antes. La tierra se puede cansar de ayudarnos tanto como lo está haciendo ahora. Se está agotando, y si trabaja tanto, se puede llegar a quedar sin recursos, por ejemplo, en verano".
Las personas, cuenta Peñuelas, seremos los más perjudicados. "A media España casi no le sirve que se absorba más CO2, porque cuando llega el verano, aunque estén las hojas verdes, [las plantas] paran su actividad biológica, porque no tienen agua suficiente como para poder trabajar".
España, en concreto, es un país que es muy vulnerable a la escasez de recursos hídricos. Pero es que además, la escasez en las lluvias y estos cambios tan abruptos que estamos generando en el clima, sitúan a nuestro país en el centro de la diana. Como asegura Peñuelas, "media España puede tener más problemas de sed asociados a estos cambios en el clima", y esto también "es algo importantísimo para la agricultura".
Además, una primavera cada vez más adelantada puede provocar más asincronías en los ciclos de vida. Es decir, que -por ejemplo- la eclosión de los huevos de las aves se produzca de manera descoordinada con la presencia de determinados insectos. En palabras de Peñuelas, estos cambios en el clima "alteran el funcionamiento de los ecosistemas tal y como los conocíamos hasta ahora y el uso de los humanos de los mismos".
Según el investigador, la consecuencia de todo esto es que tanto humanos como animales vamos a ver alteradas las redes tróficas. Y, por ejemplo, algunas especies animales como las aves o los polinizadores "pueden ver sus poblaciones menguadas porque puedan quedarse sin alimento", asegura.
El 'cóctel' está servido
Esto no es algo que vaya a suceder únicamente en España. De hecho, la investigación publicada en Nature Climate Change señala que, desde el año 1982, todo el hemisferio norte ha experimentado un cambio estacional preocupante.
De acuerdo al estudio, sólo el aumento de la temperatura diurna en 1ºC ha provocado un adelanto de la primavera de 4,7 días en Europa, 4,3 días en los Estados Unidos y de más de 10 días en el norte de Siberia y en el noroeste de Canadá. No obstante, según Peñuelas, "cinco días por grado es una estimación prudente". Si a ello se le une la falta de lluvias, el cóctel está servido.
No obstante, en el otro hemisferio, completamente al sur, también se están experimentando cambios preocupantes. De acuerdo a otra investigación publicada recientemente en Current Biology, se ha demostrado cómo cada año la Antártida se vuelve más verde. Según los investigadores, el aumento de plantas desde 2009 hasta 2018 que en los 50 años anteriores.
Esto coincide con el rápido aumento de las temperaturas que, en la última década, sólo en este punto del hemisferio sur, el calentamiento del verano ha aumentado de 0,02ºC a 0,27ºC cada año. De acuerdo a los investigadores, sí esperaban un incremento de la presencia de estas plantas, "pero no de esta magnitud", por lo que esto -aseguran- se trata de "un cambio importante".
En este sentido, este mes, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas se reunirá para evaluar los avances en los compromisos que los países anunciaron en la última cumbre del clima. Hay que recordar que el borrador del informe ya resultó demoledor y conminó a los países a una toma de medidas urgentes para poder mitigar el impacto del cambio climático en las próximas décadas.