Morwarid vive en Afganistán y tenía 5 hijos, uno de ellos murió en su habitación debido al frío durante la noche. Su madre no pudo despertarle al día siguiente y aunque intentó buscar dinero con la ayuda de los vecinos para desplazar a su hijo al médico, fue imposible.
Dina Taddia, directora de WeWorld, ha trabajado al norte de la provincia de Herat con alrededor de 200 familias como la de Morwarid. Sobre este hecho asegura que "según esa cultura los niños no pueden dormir junto a las hermanas y mujeres". Y añade: "el pobre murió porque estaba solo y como las hijas estaban juntas para calentarse, sobrevivieron".
Morwarid tuvo que convertirse en cabeza de familia cuando su marido les abandonó debido a su adicción al opio. Ahora, tienen grandes complicaciones para conseguir dinero, alimentos y mantener su casa caliente. En la mayoría de los casos, les abandonan porque "los hombres empiezan a fumar drogas, pues al vivir en una región rural muchos trabajan en los campos de opio y comienzan a utilizarlo por hambre", cuenta Taddia.
Desafortunadamente, la situación de esta madre la viven muchas mujeres afganas que, como ella, fueron abandonadas por sus maridos o quedaron viudas. Con la llegada de los talibanes al poder en agosto de 2021 la situación de la mujer ha empeorado, pero, sobre todo, la vida de aquellas que no cuentan con un hombre en casa.
Y así lo indicaba el pasado octubre Alison Davidian, Representante adjunta de ONU Mujeres en Afganistán: "En algunas provincias, las mujeres recibieron instrucción de no volver al trabajo o de no salir de sus hogares sin compañía de un familiar que sea hombre".
Mujer viuda en Afganistán
Más de 2 millones de mujeres se han quedado viudas y están a cargo de sus familias en este país como consecuencia de las guerras y la pandemia, informan desde la ONG internacional Educo.
La mayoría son mujeres analfabetas que no tienen recursos económicos, ni siquiera documentación. Con la Alianza Childfun, esta organización junto con WeWorld intentan darles apoyo. "A estas mujeres sólo les queda mendigar para poder sobrevivir y alimentar a sus familias", alerta Pilar Orenes, directora general de Educo.
"Tenemos mujeres con 4 o 5 hijos, pero las que sólo tienen hijas no pueden salir de casa. Y si tienen hijos esperan a que sean un poco mayores de 10 años para salir a mendigar", explica Taddia.
Según cuenta esta profesional, antes de la llegada de los talibanes el pasado año, estas mujeres podían desplazarse solas al trabajo o también mendigaban, para poder traer dinero al hogar. "Con los talibanes es imposible porque no puedes salir de casa, no hay hombres que les acompañen", cuenta. Por lo que muchas de ellas, al no tener tíos, parientes o amigos que puedan ayudar, no disponen de lo básico para comer o calentar sus casas.
Las familias completas dependen de ellas, pero al no poder salir, no tienen autonomía ni independencia. Este el caso de Bibi Halima, de 63 años, que perdió a su marido y su hijo se fue de Afganistán en 2020. Cinco personas dependen de ella: "Me gustaría tener la oportunidad de ganarme la vida, pero lamentablemente nadie tiene dinero y encontrar trabajo es casi imposible", explica.
Con 50 años, Riza Gul se encuentra en la misma situación desde que hace un año perdió a su marido. Ahora vive con su hija y nietos y no puede ir a trabajar en las tareas domésticas de limpieza que realizaba antes en otros pueblos debido a las restricciones de los talibanes. Viven en la incertidumbre: "¿Qué debo hacer? ¿A dónde tengo que ir? ¿Cómo voy a alimentar a mi familia? ¡Que Dios nos ayude!”.
Abandonar a los hijos
Según datos de Educo, en Afganistán el 95% de la población está pasando hambre, pero la situación es crítica para las madres viudas. "No hay empleo y los bienes de primera necesidad son cada vez más caros. Esto afecta a toda la población, pero especialmente a las mujeres y niñas, a las que los talibanes les han quitado sus derechos", explica Orenes. Y añade: "Ellas son víctimas de todo tipo de violencia y no hay un sistema que asegure su protección".
Debido a las duras consecuencias, las madres se ven obligas a abandonar a los niños en los orfanatos. Taddia cuenta que intentan evitar esta situación y mantener a los hijos con sus madres, aunque muchas prefieren abandonarles antes de "morir de hambre o frío". "Estamos viendo lo que pasó hace 20 años cuando los talibanes estaban todavía en Afganistán y hubo una subida del número de niños en orfanatos porque las madres los abandonaban", aclara.
Concretamente, en el distrito de Koshk Raban Sangi, Educo y WeWorld junto con otras organizaciones están desarrollando el proyecto en el que participan 230 hogares cuyas cabeza de familia son mujeres, de las que dependen, dicen, 1.300 niños y niñas.
En este sentido, los menores y sus familias reciben dinero y tarjetas con las que poder comprar en comercios locales. "Se encuentran bien y estamos esperando a que llegue abril para que las temperaturas suban y aprovechar más el dinero para enviar a los niños a las escuelas", cuenta Taddia. Y es que durante el invierno su prioridad es darles comida y calefacción.