Los 'campos de viudas' en Siria: miles de mujeres y niños condenados al olvido y sin ayuda humanitaria
El último informe de la ONG World Vision alerta de la situación de precariedad y violencia que viven las refugiadas sirias y sus hijos.
27 abril, 2022 03:41Noticias relacionadas
Ahora que el mundo observa atónito el desarrollo de la invasión rusa de Ucrania y sus consecuencias en la población, la ONG World Vision pone sobre la mesa una crisis ya olvidada: la guerra de Siria.
El conflicto del país de Oriente Medio, que lleva más de una década activo, ha forzado a decenas de miles de mujeres, niñas y niños a luchar por su supervivencia en los llamados "campos de viudas" del noroeste de Siria.
En ellos, según el nuevo informe de esta agencia de ayuda internacional, mujeres viudas, solteras, divorciadas o que desconocen el paradero de sus maridos se enfrentan a problemas de salud mental y violencia física mientras intentan sacar adelante a sus familias.
La investigación de World Vision, recogida en Los campos de viudas de Siria: los más difíciles de apoyar, los que más riesgo corren, alerta de que el 95% de las mujeres encuestadas afirma "tener sentimientos negativos o estar desesperadas, sin apenas acceso a la ayuda de salud mental".
Para la ONG, además, "resulta preocupante que el 88% de las mujeres informen de la falta de servicios esenciales, como atención sanitaria, alojamiento adecuado y protección". Ese es precisamente el caso de Maryam, que vive en uno de estos asentamientos desde hace seis años con sus hijos.
"Tengo una enfermedad cardíaca que me impide caminar más de un par de metros sin desfallecer, pero sólo puedo tomar la medicación que me dan en el centro médico", explica. Sin embargo, el tratamiento no siempre está disponible y, reconoce, la mayoría de las veces tiene que priorizar la alimentación de sus hijos.
La generación perdida
Los menores son una vez más los más afectados: "11 años de guerra en Siria tienen un impacto desgarrador en todos aquellos que han tenido que huir de la paz y el calor de sus hogares. Casi 5 millones de niños no conocen otra cosa más que la guerra", recuerda a ENCLAVE ODS Alexandra Matei, una de las autoras del informe y directora de Comunicación y de Apoyo a la Respuesta en Siria de World Vision.
"La devastadora realidad es que, en la mayoría de los casos, los menores están más acostumbrados al sonido de las bombas al caer que al de la risa de sus amigos en el patio del colegio", continúa. Y añade que, entre otras cosas, "tienen pocas o ninguna oportunidad de disfrutar de la educación a la que tienen derecho".
El informe, realizado por Matei y la consultora independiente Delphine Valette, analiza la vida de las mujeres, niñas y niños que llevan ya años viviendo en esos mal llamados "campos de viudas" sirios. Como reclaman desde la oenegé, "los niños y niñas necesitan desesperadamente seguridad y protección, ya que sus madres tienen pocos o ningún medio para cuidar de ellos y ellas mismas también sufren traumas y abusos".
Y es que, como dice Matei, "esos niños que viven en los ‘campamentos de viudas sirias’ necesitan la atención y el cuidado de sus madres para sentirse seguros y soñar con un futuro mejor. Sin embargo, una mayoría muy preocupante de ellos han perdido toda esperanza, carecen de protección, viven con miedo y no pueden soñar con el mañana".
Eleanor Monbiot, directora regional de World Vision para Oriente Medio y Europa del Este, añade: "Cada año somos testigos de lo mismo: la infancia está pagando el precio más alto de esta guerra".
Los niños y niñas, según denuncia la oenegé, sufren abusos y abandono. Especialmente, remarcan, porque a las agencias de ayuda humanitaria "se les niega el acceso en estos campos".
Desde World Vision ponen un ejemplo: "Los niños mayores de 11 años se ven obligados a abandonar los campamentos y a valerse por sí mismos en el exterior. Como resultado, a menudo son reclutados por grupos terroristas porque es su única opción para sobrevivir".
Monbiot reconoce que las investigaciones llevadas a cabo por la oenegé muestran que "los niños y niñas están soportando la peor parte de las privaciones económicas y las condiciones de vida" de sus madres. "Traumatizadas, angustiadas y aisladas, las mujeres son incapaces de cuidar y proteger a sus familias. Los niños y niñas son abandonados y desatendidos", admite.
Además, la directora regional de World Vision alerta de que "las madres expresan estar en un 'punto de ruptura', con alarmantes necesidades de salud mental y sin ingresos para cuidar de sus familias, lo que las lleva a adoptar estrategias de supervivencia perjudiciales para ellas y sus hijos".
Sin ayuda humanitaria
Aunque la mayoría de los campos de desplazados ofrecen algún tipo de asistencia humanitaria y se incluyen explícitamente en las operaciones humanitarias, los residentes de estos "campos de viudas", como indica la ONG, "tienen un acceso limitado a la ayuda humanitaria".
Estos campamentos de refugiadas están repartidos por todo el noroeste de Siria, donde sigue siendo extremadamente difícil responder a las crecientes necesidades, ya que "actualmente sólo queda un punto de acceso para la asistencia humanitaria", aseguran desde World Vision.
Hasta la fecha, recuerdan, ninguna organización humanitaria internacional ha tenido acceso a los “campos de viudas” y sólo unas pocas agencias especializadas en protección o salud mental han tenido acceso a un número seleccionado de lugares.
Por eso, para esta oenegé, estos asentamientos siguen siendo "completa e injustificadamente invisibles en la respuesta humanitaria al conflicto". Como indica Monbiot, "mientras el mundo tiende la mano, con razón, para apoyar a los refugiados que huyen de Ucrania, instamos a quienes tienen el poder político a que también den prioridad a las vidas de estos niños y niñas sirios".
Para Matei, la solución es clara: "La comunidad internacional y los colectivos responsables deben asegurar que se proteja, cuide, apoye, eduque y atienda a estos y a todos los menores sirios". Y por encima de todo, debemos demostrarles que tienen futuro. Si esta falta de atención persiste en el tiempo, perderemos una generación”.