La nueva ley de aborto, que previsiblemente se aprobará el próximo martes, contiene una baja de tres días por menstruaciones especialmente dolorosas por quistes, miomas o endometriosis. La dismenorrea, como son conocidas las reglas complicadas, afecta a gran parte de las mujeres. Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), 1 de cada 3 mujeres tiene dolor menstrual.
La dismenorrea se clasifica en dos categorías: las primarias y las secundarias. La primera se trata de la presencia de un dolor abdominal recurrente, sin que exista ninguna enfermedad que pueda demostrar los síntomas. La segunda presenta síntomas similares, pero con una enfermedad diagnosticable asociada como la endometriosis o la adenomiosis.
Un dolor insoportable
Hay que distinguir entre dos tipos de dolor, según señala Alicia Esparza, ginecóloga en el Hospital Vithas Medimar de Alicante. “Hay que diferenciar entre la molestia leve que se puede tener en la zona abdominal y la regla dolorosa, que a veces se acompaña de náuseas, vómitos, diarrea, dolor con la defecación, etc.”, indica.
A menudo, el dolor puede convertirse en insoportable. “He tenido incluso pacientes niñas que se han llegado a desmayar en clase por el dolor”, comenta Esparza. Por la misma situación ha pasado Nuria Carreño, psicóloga general sanitaria. “En varias ocasiones, me han dado bajadas de tensión o de azúcar por la descarga hormonal y he llegado a desmayarme”, cuenta.
Andrea García Briones, actualmente opositora a profesora de primaria, es otro ejemplo. Tuvo anorexia y su trastorno de conducta alimentaria (TCA) le generó amenorrea, lo que le hizo perder la menstruación durante varios meses.
La amenorrea generalmente tiene consecuencias a largo plazo, como que cuando recuperó su menstruación, el dolor se volvió insoportable. “No me podía mover de la cama, sentía contracciones del útero y la sensación era como si fuese a parir de verdad”, señala.
El problema que surgió después es que la única alternativa que le ofrecían eran las píldoras anticonceptivas, pero García Briones rechazó este tratamiento al principio debido a sus fuertes efectos secundarios. Al final, no pudo hacer otra cosa que rendirse y acabó tomando las pastillas. “No me ofrecen más alternativas que seguir tomando la píldora”, comenta.
La medida, a debate
Hasta hace relativamente poco tiempo, la dismenorrea no era un tema a debate en España, y prácticamente era una palabra tabú. Todo hasta cuando, en junio de 2020, los Ayuntamientos de Girona y Castellón de la Plana decidieron incorporar ese derecho en sus convenios laborales.
No todo el mundo está de acuerdo con la medida propuesta por el Ministerio de Igualdad. Entre los que están en contra, la mayoría opina que la baja por la regla dolorosa supone un refuerzo de los estereotipos y podría tener un efecto negativo en la posición social y laboral de las mujeres.
Cristina Antoñanzas, vicesecretaria general del sindicato UGT, señaló el jueves en la Cadena Ser que la nueva medida “hace un flaco favor a las mujeres” y que es necesario hacer matizaciones, “porque estigmatizar otra vez a las mujeres porque tengamos la baja por tener la regla es poner otra vez el foco sobre nosotras”.
La misma posición parece adoptar Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, quien señaló durante la mañana de ayer que "el Gobierno no tomará ninguna medida que estigmatice a las mujeres", según recoge Europa Press.
Para otras, sin embargo, la medida es un gran logro. Para García Briones, la propuesta es muy positiva. “Como todo, habrá gente que se podrá aprovechar de ella sin tener motivos aparentes para usarla, pero la realidad es que somos muchas mujeres las que tenemos problemas muy incapacitantes con la regla que no se diagnostican, que no se tratan, que sólo se palian”, comenta.
Carreño opina en la misma línea: “Es necesario que se entienda que en muchas ocasiones los dolores y los cólicos son muy dolorosos”. No hay que olvidar tampoco que muchas mujeres deben realizar esfuerzos físicos en sus trabajos. “Muchas veces no tienes fuerzas para ejercerlo”, añade.
Un diagnóstico asociado
La valoración general de Esparza es positiva también, porque muchas veces el dolor se convierte en algo incapacitante, que limita la vida de una persona. “Si está bien regulada y se hiciera bien, sería muy positivo”, valora. Y añade: “Hasta ahora, las mujeres sólo podían ir al médico de cabecera, pedir una baja y una incapacidad temporal o pedir analgesia, que a veces ni es suficiente”.
Sin embargo, Esparza está preocupada por cómo los ginecólogos podrán absorber todo este trabajo. Porque, como señala, “todo este tipo de dolores lo debe valorar un ginecólogo y corroborarlo”.
Txanton Martínez-Astorquiza, presidente de la Sociedad Española de Ginecología (SEGO), ha explicado, según ha publicado El Periódico de España, que apoya el permiso laboral siempre que esté avalado por un médico, ya que el dolor menstrual puede ser incapacitante. El problema estaría en que no siempre hay un diagnóstico asociado.