Un grupo de investigadores de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) ha creado un algoritmo que es capaz de detectar la infelicidad a través de las imágenes y el texto que publicamos en las redes sociales.
El estudio que recoge su investigación se publicará el mes que viene en la revista IEEE Transactions on Affective Computing. Como ha podido saber ENCLAVE ODS tras hablar con los autores, esta busca ayudar a los psicólogos para poder diagnosticar posibles problemas de salud mental y, con ello, mejorar las medidas preventivas.
“Lo que pretendíamos era ver si de alguna forma nuestras acciones en las redes sociales, lo que escribimos, lo que publicamos, dejan alguna huella de nuestro estado emocional”, señala David Masip, profesor de Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación en la UOC y uno de los autores de la investigación.
La teoría de Glasser
La investigación se ha realizado a partir de la teoría de elección del psiquiatra estadounidense William Glasser, que clasificaba el comportamiento humano en cinco necesidades básicas: la supervivencia, el poder, la libertad, la pertenencia y la diversión.
“A través de las cinco categorías de Glasser, intentamos predecir, a partir de las imágenes de las redes sociales, si una persona está experimentando necesidades en cada una de estas cinco categorías”, señala Masip.
Aquello que mostramos en nuestras redes sociales tiene mucho que ver con cómo actuamos y qué problemas psicológicos futuros podríamos tener. "Cómo nos mostramos en las redes sociales puede proporcionar información útil sobre los comportamientos, las personalidades, las perspectivas, los motivos y las necesidades", señaló en declaraciones a la UOC, Mohammad Mahdi Dehshibi, investigador que lidera el estudio.
Por ejemplo, apunta Masip, existen diversos estudios que demuestran que las personas con esquizofrenia muestran ya varios años antes del diagnóstico un cambio en la forma de escribir los correos electrónicos.
“Pretendíamos demostrar que hay cada vez más ámbitos donde podemos predecir cosas simplemente mirando cómo actuamos”, indica el profesor de la UOC. “Es como un análisis de sangre, donde podemos ver el nivel de colesterol”, añade.
Para ello, los investigadores trabajaron con la psicóloga Bita Baiani, que analizó 85 perfiles tanto en español como en persa de Instagram. Así, mediante el análisis del perfil de Instagram sería posible determinar el nivel de satisfacción en las cinco categorías de la teoría de Glasser.
Los hispanohablantes, más abiertos
La elección de la foto que queremos mostrar en nuestro perfil de Instagram siempre tiene un significado y una forma de entender el mundo. “Imaginemos que un ciclista sube una montaña y, en la cima, puede elegir entre compartir un selfie o una imagen de grupo. Si elige el selfie, percibimos la necesidad de poder, pero si elige la otra, podemos concluir que, además de la diversión, la persona busca la manera de satisfacer su necesidad de pertenencia", ejemplifica Dehshibi.
Otra de las conclusiones a las que llega el estudio, según publica la UOC, es que los hispanohablantes tienden más a “mencionar los problemas sobre sus relaciones cuando se sienten deprimidos” que los angloparlantes.
"El estudio de los datos de las redes sociales pertenecientes a usuarios que no hablan inglés podría ayudar a construir herramientas y modelos inclusivos y diversos para abordar los problemas de salud mental en personas con diversos antecedentes culturales o lingüísticos", señala el estudio.
¿Futura distopía?
El objetivo futuro, según señala Masip, es poder desarrollar “una herramienta informática que pudiera visitar de forma automática los perfiles de las personas y que de alguna manera levantara las alarmas en el caso de detectar algún problema grave”. Aunque por el momento, aún están lejos de conseguirlo.
El propósito de esta herramienta, apunta Masip, no sería tratar de rastrear las redes sociales de las personas, sino predecir los posibles problemas futuros con la información que publicamos en ellas.
En todo caso, advierte, no es una herramienta que esté a la venta, sino que es un artículo científico. En ningún caso se pondría esta herramienta a disposición del gran público, ni a empresas como aseguradoras para predecir enfermedades mentales futuras. Sería una herramienta adicional para facilitar el trabajo de los psicólogos.
Según señala Masip, “a nivel técnico, esto requeriría que el psicólogo lo hablara con el paciente y si lo considera oportuno, utilizaría esta herramienta”. Y concluye: “Tendría que haber algún tipo de acuerdo con el paciente para poder visualizar las imágenes o el perfil de Instagram”.