Con la llegada del verano es normal encontrarse con publicidad repleta de chicas y chicos con cuerpos de ‘escándalo’ en bikini, anuncios de pastillas adelgazantes o de cremas reductoras. Pero ¿qué pasa con la gente que no tiene un cuerpo normativo?

Las redes y la publicidad nos inundan con patrones de belleza que nos intentan vender realidades que no están al alcance de todos. Y es que más allá de lo que vemos en televisión o en las redes sociales, existen otros cuerpos.

Durante mucho tiempo, se ha utilizado la palabra 'gordo' de forma peyorativa. Incluso se ha llegado a asociar a una conducta y hábitos alimenticios que no tienen por qué definir a una persona que no está ‘normativamente en el estándar’.

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La sociedad tiende a generalizar y la obesidad –una enfermedad– se extiende a todo aquel que no entra en una talla XS, sin importar que su alimentación sea saludable o que realice deporte a diario. Así, de paso, se genera un rechazo a las personas que reivindican y defienden su cuerpo, tal y como es.  

Ilustración de mujeres sin cuerpos 'normativos' en bikini. Celia Amayuelas

¿Qué es la gordofobia?

Con ese nombre, cada vez más utilizado, se entiende el sesgo que se aplica a las personas que no entran en los estándares sociales de normatividad corporal. Se asocia a una fobia, porque el peso no determina si una persona es válida o no.

Sin embargo, para una gran parte de la sociedad, lo que dice la báscula sigue siendo determinante. El problema está, como explican desde la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), el sobrepeso afecta no sólo al cuerpo, sino también a la mente.

Estar gordo da lugar a insultos, acoso, dificultad para relacionarse y los problemas de salud mental derivados del estigma que conlleva el sobrepeso.

Además, las personas con sobrepeso se enfrentan también a sutiles signos de gordofobia –o microgordofobias–, como que se les consideren incapaces de ser atractivas, o de tener éxito laboral o personal. También se sigue perpetuando el estereotipo de que tienen malos hábitos y, como recuerdan las activistas contra la gordofobia, incluso se les ataca diciendo que “están así porque quieren y no hacen nada para cambiarlo”.

La pregunta que debemos hacernos al respecto ante tanta fobia por algo que no nos atañe es si de verdad unos 'kilos de más' tienen tanta importancia o relevancia a la hora de relacionarnos o determinar la validez de una persona.

Entender que estar gorda no es símbolo de 'estar insano' es el primer paso para eliminar una gordofobia, que viene de la mano de la concepción de que no entrar en una talla pequeña es algo malo.

Microgordofobias

Son muchas las personas que sufren el acoso constante por quienes fomentan la gordofobia al no aceptar que existen cuerpos con diferentes tallas. Por ello, como explican desde la UOC, la mayoría de los y las acosadas tienen miedo de tener un cuerpo grande y optan por restringirse, además de empezar dietas interminables que acaban con el desarrollo de trastornos de conducta alimentaria como la anorexia o el trastorno por atracón. 

Desde que se empezó a hablar de gordofobia, muchas personas creen que sólo va dirigido hacia el odio total. Sin embargo, como explican en un artículo los profesores de la UOC Amalia Gordóvil y Ferran Giménez, a veces no se hablan de las pequeñas cosas que diariamente ya tenemos interiorizadas que no son más que microgordofobias. Por ejemplo, cuando alguien se queja de su cuerpo porque es –o está– gordo sin serlo.

También son símbolos de gordofobia, explican, las constantes comparaciones en los medios de comunicación de el antes y el después de los famosos. O cosas como que cuando una pareja famosa aparece en pantalla se tienda a discriminar a aquella que pesa más.

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La realidad es que está tan instalada en la sociedad que uno a veces habla y no se da cuenta cómo puede llegar a lastimar e impactar en la otra persona tanto psíquica como físicamente.

Las redes sociales, ¿amigas o enemigas?

La comunicación por redes sociales tiene gran impacto por la difusión y alcance. Pero no sólo vale con mostrar cuerpos gordos, sino que los expertos coinciden en que es necesario hablar de los efectos en la salud que genera el aumento de peso y concienciar sobre el problema de salud pública que supone la obesidad sin necesidad de estigmatizar a las personas.

Las redes, en ocasiones, no facilitan la batalla por normalizar todos los cuerpos y es que son muchas las cuentas que venden estilos de vida sanos sin serlo. Detrás de una foto se esconden retoques y trastornos que ese cuerpo delgado de la pantalla no quieren que salga a la luz.

Aun así, las redes también pueden servir como una potencial herramienta de ayuda para quienes no se ven conformes con su cuerpo por no encajar con los cánones. Existen numerosas cuentas de mujeres, sobre todo, que aceptan su talla y su peso sin tener que rechazarlo por no entrar en el concepto de persona delgada.

Ejemplos como @sanamente.monica, una terapeuta que, con más de 13.000 seguidores en Instagram, busca poner fin a la gordofobia a través de sus pódcast y sus charlas sobre la autoestima corporal y el amor propio.

También Mara Jimenez escritora del libro 'acepta y vuela' y ' madre de croquetas' en su Instagram @croquetamente_, busca concienciar a la gente de que el peso no es un problema con toques de humor.

@lagordafeminista es un ejemplo de bodypositive en las redes, busca motivar a la gente a aceptar sus cuerpos y cuenta con casi 300.000 seguidores en Tiktok.