El principal culpable del calentamiento global, ocasionado por el cambio climático, son las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Este es uno de los focos en los que se está centrando toda la acción ambiental para intentar mitigar la crisis climática, y uno de sus puntos de actuación radica en modificar hábitos perjudiciales para el entorno.

En la globalización del mundo, el avión ha jugado un papel fundamental. Los vuelos conectan en cuestión de horas lugares del planeta que se encuentran a miles de kilómetros, y permiten que las mercancías se transporten de manera mucho más rápida que por mar o tierra. Sin embargo, el queroseno, el combustible que utilizan las aeronaves, es tremendamente contaminante.

Del mismo modo que las emisiones por kilómetro que genera un avión son muy superiores a las que genera cualquier otro tipo de transporte, su uso es también bastante desigual. Según un estudio del Departamento de Estrategia Comercial, Energética e Industrial de Reino Unido, tan sólo el 15% de la población mundial coge el 70% de los vuelos. O lo que es lo mismo: sólo el 1% de las personas del planeta generan el 50% de las emisiones relacionadas con la aviación en todo el mundo.

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Especialmente dañinos para el medio ambiente son los aviones o jets privados, ya que generan muchas más emisiones por pasajero que los vuelos comerciales. Hace unas semanas, Yard, una consultora de marketing centrada en sostenibilidad, publicó un informe donde analizaba los viajes en avión privado de múltiples famosos e hizo un 'ranking' con los menos respetuosos con el medio ambiente.

No obstante, Yard hace una pequeña aclaración y especifica que, aunque los datos pertenecen a los aviones privados de los famosos, no se puede determinar si ellos iban dentro todas las veces que se registraron vuelos. Y aclara que el propósito del estudio es "resaltar el negativo impacto del uso de aviones privados".

Con datos extraídos de webs como Celebrity Jets o ADS-B Exchange (páginas que monitorizan y rastrean la actividad de aviones), Yard destaca un patrón que suele repetirse en los hábitos aéreos de los famosos: vuelos muy cortos y con un altísimo coste medioambiental.

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“La cantidad media de CO₂ producida por los aviones privados de cada celebrities, es de 3.377 toneladas. Para poner esto en perspectiva, una persona suele emitir tan solo siete toneladas de CO₂ al año”. Y el año aún no ha terminado. Otro de los datos que arroja el estudio es que el tiempo medio de cada famoso en el aire apenas superó la hora de vuelo y rondó los 100 kilómetros de distancia.

Estas son las 10 celebrities que más contaminan con sus jets privados

  • 1 de 10

    Travis Scott

    En el décimo puesto se encuentra el artista Travis Scott, que ha generado más de 3.000 toneladas de CO2 en lo que va de año, con una distancia de vuelo medio de solo 12 kilómetros, la más breve de todo este ranking.

    Frank Schwichtenberg
  • 2 de 10

    Oprah Winfrey

    La presentadora de televisión ha emitido en torno a 3.500 toneladas de CO2 con el uso de su jet privado con un total de 68 vuelos, una cantidad de emisiones 500 veces superior a las que genera una persona que vuela unas pocas veces al año.

    Los viajes del avión privado de Winfrey, de 75 millones de euros, rondan los 80 minutos de media y los 163 kilómetros por trayecto. Entre los vuelos más cortos están uno de 14 minutos desde Van Nuys, California, a Santa Bárbara, también en California, con una estimación de 1 tonelada de CO2 generada.

    Europa Press
  • 3 de 10

    Mark Wahlberg

    El avión actor Mark Wahlberg ha emitido casi 4.000 toneladas de CO2 en los 101 vuelos que ha realizado en 2022. El tiempo de vuelo medio es el más largo de esta lista, pero sigue siendo de solo dos horas, con una distancia de 140 kilómetros por trayecto.

    Europa Press
  • 4 de 10

    Kim Kardashian

    Al igual que su hermana Kylie, Kim Kardashian suele publicar fotos en sus redes sociales presumiendo de jet privado. En lo que va de año, el avión de Kim emitió más de 4.200 toneladas de dióxido de carbono repartidas en 57 vuelos que duraron una media de 85 minutos y recorrieron una distancia de 160 kilómetros.

    Europa Press
  • 5 de 10

    Steven Spielberg

    El mítico director ocupa el sexto lugar en la lista, con 61 vuelos que generaron casi 4.500 toneladas de CO2. Spielberg acumula el segundo tiempo más largo de vuelo medio con 107 minutos. Entre sus vuelos más cortos hay uno de Ámsterdam a Róterdam de tan solo 77 kilómetros.

    Europa Press
  • 6 de 10

    Blake Shelton

    En el ecuador de esta lista se encuentra el famoso cantante de música country. Con 111 vuelos en su jet privado desde enero de 2022, su media de tiempo apenas supera la hora, y sus emisiones a la atmósfera rozan las 4.500 toneladas de dióxido de carbono.

    Europa Press
  • 7 de 10

    A-Rod

    El popular jugador de béisbol de Estados Unidos tiene unos hábitos propios de la fama y el dinero. Con 5.300 toneladas de CO2 repartidos en 106 vuelos, A-Rod se ha ganado el cuarto puesto de este ranking.

    Keith Allison
  • 8 de 10

    Jay-Z

    El tercero en la lista es el rapero, y marido de la cantante Beyoncé, Jay-Z. Los datos de la investigación revelan que en este 2022 ha realizado 136 vuelos que han emitido casi 7.000 toneladas de CO₂ a la atmósfera.

    Su tiempo medio de vuelo apenas supera la hora y la constante son las distancias cortas, no más de 70 kilómetros de media.

    Europa Press
  • 9 de 10

    Floyd Mayweather

    El famoso boxeador ocupa el segundo lugar del ranking con sus 7.000 toneladas de dióxido de carbono emitidas a la atmósfera en lo que va de 2022. El jet de Mayweather también es el que más ajetreo tiene en esta lista con 177 viajes y una media de 25 vuelos al mes.

    Europa Press
  • 10 de 10

    Taylor Swift

    La campeona de las emisiones y el despilfarro aéreo es la cantante Taylor Swift, que es la famosa que más CO2 ha generado en lo que va de año. Sus 170 vuelos desde enero han vertido más de 8.000 toneladas de gases contaminantes a la atmósfera, y eso que de media no ha estado más de una hora en el aire.

Alberto Mesas