Buscarle una segunda vida a todo lo que tenemos en casa es cada vez más un must, sobre todo para las personas preocupadas por el futuro del planeta y el de su bolsillo. Tirar lo menos posible y (re)aprovecharlo todo al máximo es cada vez más común, especialmente para quien quiera ahorrarse algo de dinero.
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Y los productos de belleza no son una excepción. Por eso, ENCLAVE ODS recoge algunos trucos y consejos para coger todo eso que parece haber llegado al final de su vida útil y reconvertirlo en un producto (casi) nuevo.
1. Brochas
Las brochas de maquillaje no son eternas. Con el tiempo, pierden la forma o se quedan sin la densidad de cerdas necesaria para conseguir la aplicación esperada de los polvos sueltos o compactos.
Para extender su vida, puedes limpiarlas a fondo con jabón de manos. Si la broca en sí está muy usada y es difícil que suelte el maquillaje en un solo lavado, se puede dejar una noche en remojo con agua con jabón y repetir la operación al día siguiente.
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Una vez preparada para su nueva vida, puedes usarla para limpiar las esquinas y rincones complicados de muebles, cuadros, ventanas y puertas, o las juntas de la bañera o de las baldosas. También se puede incorporar al neceser de manicura y pedicura para retirar el polvo que queda en las uñas y los dedos después del limado.
2. Eyeliner líquido
Probablemente, en tu kit de maquillaje haya un viejo delineador que no usas o, tal vez, te hayan regalado uno de un color que no te guste o no vaya con tu estilo. En ese caso, puedes utilizarlo para hacer versiones de manicura francesa con una nota de color.
Puedes trazar una línea en el borde de la uña —también en las de los pies—. Incluso puedes hacerlo en tus dos colores favoritos.
Para su fijación solamente tienes que cubrirlo con esmalte transparente o un producto sellador. Es mejor hacerlo uña a uña para evitar que se estropee el resultado.
3. Máscara de pestañas
Cuando se haya acabado el rímel o el producto haya adquirido una textura imposible de aplicar con el efecto deseado, puedes seguir aprovechando el cepillo. Porque es perfecto para peinar tus cejas.
Eso sí, te recomendamos que te encargues de limpiarlo a fondo para no encontrarte sorpresas en tu neceser. La máscara de pestañas es un producto persistente y bastante pegajoso, así que introduce el cepillo en agua caliente con jabón para dejarlo como nuevo antes de darle un nuevo uso.
4. Bálsamo labial
Los bálsamos labiales a medio usar que aparecen de manera imprevista en algún cajón, en algún bolso o en cualquier lugar inesperado, pueden tener otros usos. Te recomendamos que, si lleva mucho tiempo abierto, lo destines a algo más básico, pero igual de útil: puedes usarlo como hidratante diario de las cutículas de tus uñas.
5. Desodorante roll on
Cuando se acaba el desodorante, puedes convertir el recipiente en un fantástico masajeador. En primer lugar, debes retirar la esfera de plástico del aplicador y limpiar el bote en profundidad para retirar los restos del producto. Cuando esté preparado, rellénalo con un aceite perfumado y vuelve a colocar la bola en su lugar. Tus masajes con aceite serán mucho más agradables con tu nuevo dispensador reciclado.