Entra diciembre y, pese a que todavía quedan lejos las fechas importantes como Nochebuena, Navidad o Nochevieja, ya está todo el mundo con la palabra en la boca y la ilusión por celebrar estas fechas que reúnen cada año a la familia.
Lo que para muchos suponen fechas de reencuentros y alegrías, para otros suponen fechas de máximo estrés. Irene Gómez, psicóloga experta en emociones apunta que son muchos los que ven esta celebración como una "fuente de tristeza".
Solo hay que fijarse en los anuncios que se emiten en estas fechas: familias numerosas, felices de reunirse, y gente que viaja desde muy lejos y vuelve a casa por sorpresa…. Pero esas imágenes están bastante lejos de la realidad.
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Desde principios de noviembre, la psicóloga empieza a ver un patrón en su consulta cuyo nombre gira en torno a la Navidad. Y es que, ni todas las familias son numerosas, ni todas las familias guardan buena relación.
Frente a los anuncios, es inevitable caer en las comparaciones y sentirnos menos afortunados y valiosos que aquellos retratos perfectos que vemos. Incluso los compromisos navideños y sociales pueden llegar a provocar enfado o ansiedad.
Entre los aspectos que pueden generar situaciones incómodas en estas fechas, Irene Gómez destaca:
Sillas vacías
Si ha fallecido algún familiar recientemente es normal que a la hora de sentarnos en la mesa sintamos tristeza y añoranza. "Muchos creen haber resuelto el duelo, pero vuelven a experimentar emociones desagradables y recuerdos", añade la experta.
Conflictos a la mesa
Juntarnos con familiares que hace tiempo que no vemos, muchas veces, acaba provocando preguntas incómodas que no nos apetece responder. Todos tenemos el típico 'cuñado' que tiene sus comentarios graciosos y sus intervenciones sin sentido.
Por no hablar de los temas controvertidos que pueden generar un conflicto familiar. Y es que, en más de una ocasión, la charla política acaba en discusión.
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"Poner un programa de televisión de fondo en las cenas para distraerse de posibles debates incómodos o tapar silencios" es una de las opciones que ofrece la psicóloga.
Vuelta a casa
Una vez que nos independizamos, volver a casa resulta una batalla en la que no todos quieren luchar. Dejar de lado viejas rencillas o tener que adaptarnos a viejos roles es algo a lo que no todos quieren enfrentarse.
Revivir antiguas normas y costumbres, viejos estilos de comunicación que ya habíamos olvidado, y aunque la casa sea la misma, sentimos que nada nos pertenece ni nos vincula ya allí.
"Estos encuentros nos llevan a fingir una aparente armonía familiar y esto, generalmente, desemboca en ansiedad", apunta Gómez, junto con la presión por dar una buena imagen.
Gastos de más
Con las comidas, regalos, viajes, cenas de empresa, fiestas nos vemos obligados a gastar un dinero que quizás no tenemos o que preferiríamos guardar.
"Parece que si no haces el regalo perfecto o tu cena no se parece a la de los anuncios, estás fallando, que lo estás haciendo mal", comenta la psicóloga.
Pero no solo el dinero es un problema, cuando llegan estas fechas, las personas que padecen un trastorno de conducta alimenticia (TCA) lo pasan terriblemente mal en las comidas familiares.
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Además de la ansiedad que se genera en personas con fobia social en estas reuniones tan numerosas, o la tristeza de las personas que sufren depresión al compararse con los anuncios.
Si todo esto te ha servido para darte cuenta de que no llevas tan bien como creías las navidades y las fechas puntuales, estos son los consejos que la psicóloga recomienda para sobrevivir a estas navidades:
- Celébralo o si lo prefieres, no lo celebres. No estás obligado a seguir los patrones que nos transmiten los anuncios ni existe una única fórmula. Pide comida a domicilio si no tienes ganas de cocinar, júntate con tus amigos si deseas evitar a tu familia o disfruta de la tranquilidad a solas.
- Marca límites con asertividad: No tienes por qué contestar a todo lo que te preguntan ni aceptar todo lo que te proponen. Date permiso para decir no y expresar cómo te sientes.
- Evita temas conflictivos: Si anticipamos que nuestra opinión puede generar controversia o que existen diferentes puntos de vista en la mesa, es mejor evitar esos asuntos y tratar temas neutros.
- Dedícate tiempo a ti mismo: Aprovecha para coger aire y tener momentos a solas después de las reuniones multitudinarias. Practica ejercicio o alguna actividad placentera aprovechando que hay menos días laborables.
- Calidad frente a cantidad: No midas tu valía en función de lo que has gastado o en función del número de personas con las que te rodeas.
- Esto también pasará: Para bien o para mal, la Navidad tiene fecha final, por lo que estas situaciones también acabarán y, por tanto, todas estas emociones también se marcharán.