El refrán dice que “las comparaciones son odiosas”, pero, en ocasiones, pueden resultar de lo más útiles. Es el caso del entorno laboral y la búsqueda de una mejor proyección de tu perfil frente a los competidores a la hora de encontrar trabajo.
El benchmarking es una táctica de evaluación comparativa que llevan a cabo las empresas para estudiar sus productos, servicios o procesos de trabajo en comparación con aquellas otras empresas de la competencia que mejor posicionadas están en el sector.
Analizar el desempeño, comprender las brechas y medir los éxitos son objetivos también muy valiosos para un perfil individual. Por eso surge el benchmarking personal. Se trata de un proceso de medición de prácticas, propias y ajenas, dentro de un equipo, organización o comunidad laboral de personas.
El objetivo se centra en analizar cómo trabajan los demás para, después de analizar el desempeño y objetivos propios, ver qué puntos personales se pueden cambiar para mejorar en las áreas que se están midiendo.
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Ventajas del 'benchmarking'
El benchmarking se puede resumir en algo tan sencillo como ver la forma de actuar de los demás competidores para detectar las mejores prácticas y, posteriormente, aplicarlas en el actuar propio, de tal manera que seas capaz de mejorar tu posición como competidor en el ambiente laboral.
Buscar puntos de referencia en el ambiente laboral puede proporcionar ventajas en el ámbito personal tales como:
- Comprender nuestro desempeño actual.
- Establecer nuevos estándares u objetivos personales para mejorar o crecer.
- Plantearse una nueva perspectiva sobre el límite de nuestras capacidades.
- Adquirir ejemplos para motivarnos a seguir creciendo.
Peligros a evitar
No obstante, toda estrategia competitiva, por muy beneficiosa que parezca, esconde tras de sí ciertas desventajas significativas que debemos evitar o, al menos, intentar evitar. Enfocar nuestra mirada en otros para adquirir nuevas perspectivas puede resultar peligroso si perdemos de vista nuestro propio enfoque. El objetivo del benchmarking es mejorar tu perfil, pero sin perder tu identidad personal en el proceso. Para mantener una perspectiva adecuada:
- Evita la comparación directa. Conocer los logros de otros competidores puede generar desánimo en el progreso propio. Por eso, utilízalos como indicador, pero no como una medida directa de tu éxito o valor personal. Usados incorrectamente, estos pueden desanimarnos más que informarnos.
- Evita la copia directa. No se trata de copiar literalmente lo que hacen los demás, sino de aprender de ellos. Es cierto que la imitación puede ser una forma de admiración, pero no es la mejor forma para potenciarte al máximo. Por eso, conoce cómo trabajan tus competidores, y aplícalo después en tu perfil según tu estilo y personalidad.
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Cómo usarlo para encontrar trabajo
Si quieres empezar a aplicar la idea de los puntos de referencia a tu desarrollo personal para aumentar tus posibilidades de encontrar un puesto de trabajo, sigue estos sencillos pasos de benchmarking.
Primero establece unos objetivos, aquellos aspectos laborales en lo que te gustaría trabajar o aquellas metas que visualizas como ideales en tu carrera profesional. Sé realista en tus proyecciones y mantenlas presentes a la hora de buscar referentes.
Esto te llevará a realizar el segundo paso que consiste en determinar cuáles son esos modelos de referencia. Busca personas que hayan conseguido los logros que tú persigues, tanto perfiles que estén dentro de tu área de trabajo, como figuras externas que tengan gran prestigio.
El siguiente paso es el más importante, tendrás que analizarlos tanto a ellos como a ti misma para compararte en la búsqueda de puntos de mejora personal. Analiza tus fortalezas y debilidades en el mercado, interpreta las diferencias e inspírate con ellas.
Pero de nada sirven todos estos nuevos conocimientos si no los pones en práctica. Organízate e implanta esos cambios de forma progresiva en tu perfil profesional. Si te marcas unos tiempos objetivos, te resultará mucho más fácil para medir después los resultados de tu progreso.