Lo que le ocurrió a José Miguel González el 16 de julio de 2022 es un ejemplo de hasta qué punto el clima está mostrando su cara más extrema y cómo nos puede afectar. El hombre de 60 años, mientras barría una calle de Vallecas, en Madrid, sufrió un golpe de calor que acabó con su vida. Aquella tarde, el asfalto ardía. Registraba cerca de unos 40 grados, casi lo mismo que el cuerpo del barrendero cuando llegó la ambulancia.
En el último año, España ha llegado a batir el récord de jornadas bajo temperaturas extremas, con un total de 41 días. Unas temperaturas anómalas que, en mayor o menor medida, se han alargado más de lo debido. De hecho, según los últimos datos de la Agencia Estatal de Meteorología, este último año fue el más cálido en nuestro país desde el comienzo de la serie histórica en 1961.
Lo preocupante de lo que están mostrando los termómetros estos últimos meses es que es una emergencia presente más allá de nuestras fronteras. Según Copernicus, en todo el mundo. Su último resumen climático revela que 2022 fue el segundo año más cálido registrado en Europa y el quinto a nivel mundial.
La temperatura media anual estuvo 0,3°C por encima del periodo de referencia de 1991-2020, lo que equivale a aproximadamente 1,2 grados más que en el período preindustrial. Esto hace que 2022 sea el octavo año con anomalías de temperaturas de más de un grado. Los meses de verano, de hecho, fueron especialmente calurosos. De acuerdo con los datos de Copernicus, se sitúa como el tercero más cálido a nivel mundial.
Samantha Burgess, directora adjunta del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, cuenta que "2022 fue otro año de extremos climáticos en Europa y en todo el mundo” y avisa de que “ya estamos experimentando las devastadoras consecuencias del calentamiento global”. Para ella, los últimos datos “brindan una evidencia clara de que para evitar las peores consecuencias, la sociedad debe reducir urgentemente las emisiones de carbono y adaptarse rápidamente al clima cambiante”.
Es reseñable que en zonas como el norte de Siberia o la península antártica las temperaturas estuvieron más de 2 grados por encima de lo normal teniendo en cuenta el período de 1991-2020. Aunque, en general, los extremos asolaron a zonas de todo el mundo. Las que registraron su año más cálido incluyen gran parte de Europa occidental, Oriente Medio, Asia Central y China, Corea del Sur, Nueva Zelanda, el noroeste de África y el Cuerno de África.
En lo que respecta a Europa, las temperaturas fueron las segundas más cálidas registradas. Además, en términos de promedios mensuales, nueve meses estuvieron por encima del promedio, mientras que tres (marzo, abril y septiembre) estuvieron por debajo. Aún así, el continente experimentó su segundo junio más cálido jamás registrado con alrededor de 1,6 grados y su octubre más cálido con casi 2 grados de más.
Los extremos en el mundo
El año 2022 comenzó con una noticia preocupante desde las regiones heladas de la Tierra: en marzo, ambas regiones polares vivieron a la vez un episodio de calor intenso. Como recoge el último resumen de Copernicus, en la estación Vostok, en el interior de la Antártida Oriental, la temperatura reportada llegó a -17,7 grados, el más cálido en 65 años.
En el polo sur se ha vivido además un año con cantidades inusualmente bajas de hielo marino interanual. Especialmente, en febrero, la extensión diaria de hielo marino en la Antártida alcanzó un nuevo mínimo histórico. Un récord alcanzado sobre todo por lo sucedido en el Mar de Weddell durante la mayor parte del año, en los mares de Ross y Amundsen hasta abril, y en el mar de Bellingshausen a partir de abril.
Por si fuera poco, durante septiembre, las temperaturas de Groenlandia, en el polo norte, fueron 8 grados más altas que el promedio. Casi todo el país experimentó temperaturas promedio mayores que cualquier otro en septiembre desde al menos 1979.
La situación en las regiones tropicales y subtropicales tampoco ha dejado de mostrar récords. Las temperaturas premonzónicas extremadamente altas en Pakistán y el norte de la India resultaron en condiciones prolongadas de olas de calor de primavera y récords de temperaturas máximas y mínimas. Sin embargo, en julio y agosto, el país pakistaní registró precipitaciones récord que provocaron inundaciones a gran escala y causaron enormes destrozos y pérdida de vidas humanas.
En otros países como China también se experimentaron situaciones extremas, con condiciones de calor duraderas que desembocaron en una severa sequía durante el verano y que obligaron a apagones temporales en algunas localidades y en la industria.
El fantasma de la sequía es el que también ha aparecido en Europa en el último año. El calor inusual de la primavera y el verano caluroso en Europa combinados con la falta de lluvia, trajeron condiciones de sequía especialmente en las partes del sur y centro del continente.
Muchos países informaron de importantes impactos en la agricultura, el transporte fluvial y la energía. Además, las condiciones extremadamente secas también llevaron a un mayor peligro de incendio, lo que resultó en una actividad inusualmente alta en el suroeste de Europa, especialmente en Francia y España.
Los gases de efecto invernadero, en aumento
Si seguimos aumentando las emisiones de gases de efecto invernadero, el calentamiento global continuará teniendo estos efectos sobre nuestros territorios, pero, por el momento, no hemos conseguido controlar este aspecto. Según informa Copernicus junto con el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus (CAMS), los gases de efecto invernadero atmosféricos continuaron aumentando en 2022.
Las concentraciones de dióxido de carbono aumentaron aproximadamente 2,1 ppm, mientras que el metano –más contaminante– aumentó alrededor de 12 ppb. Esto resultó en un promedio anual para 2022 de aproximadamente 417 ppm para dióxido de carbono y 1894 ppb para metano. Para ambos gases, estas son las concentraciones más altas del registro satelital, e incluyendo otros registros, los niveles más altos durante más de 2 millones de años para el dióxido de carbono y más de 800 000 años para el metano.
Los científicos de CAMS monitorearon un aumento significativo de las emisiones de incendios en algunas regiones de Europa, donde las condiciones más cálidas y secas contribuyeron a aumentar la inflamabilidad y el peligro de incendio.
Como resultado, el total de emisiones estimadas de verano (junio-agosto) de incendios forestales en la Unión Europea y Estados Unidos y Reino Unido fueron los más altos desde 2007. Francia, España, Alemania y Eslovenia experimentaron sus emisiones de incendios forestales de verano más altas durante al menos los últimos 20 años, lo que contribuye a una calidad del aire degradada a nivel local.
Vincent-Henri Peuch, director de Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus, asegura que “los gases de efecto invernadero, incluidos el dióxido de carbono y el metano, son los principales impulsores del cambio climático y podemos ver a partir de nuestras actividades de monitoreo que las concentraciones atmosféricas continúan aumentando sin signos de desaceleración”.