Lo primero que hace Valeria Arpuzzo en un día corriente es, como todos, levantarse, pero después un pequeño animal se cuela en sus pensamientos: el visón europeo (Mustela lutreola). Esta joven, apasionada por la naturaleza, es una de las técnicas del Centro de Cría en Cautividad del Visón Europeo de la Fundación para la Investigación en Etología y Biodiversidad (FIEB), que se encarga de la cría de esta especie amenazada principalmente por su 'primo-hermano', el visón americano.
Desde esta entidad, dedicada desde 2013 a la conservación de este animal autóctono, explican que los números de este pequeño mustélido están en niveles críticos. Por eso es tan importante su conservación.
La labor de los técnicos, como Valeria, consiste en alimentar, cuidar y supervisar a las crías. Para este centro, el momento más ajetreado se sitúa en el período de gestación. "Es un momento muy delicado porque además de no molestar a la hembra, tienes que saber que está bien durante todo el proceso", explica la técnica.
Pero asegura que es "una época muy bonita, pero muy dura". Puesto que deben estar muy atentos para que los visones crean que están en el medio natural y que cuando sean liberadas, no sea chocante para ellas. Este año han nacido un total de 29 ejemplares nuevos, resultado de 9 camadas. Solo un ejemplar no logró sobrevivir.
En 2011, el visón europeo fue catalogado como especie en peligro crítico de extinción en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y en 2018 declarado como especie en situación crítica por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Estos recién nacidos se suman a la reducida cifra de visones europeos en España.
Se estima que quedan menos de 500 ejemplares, con poblaciones concentradas al norte, sobre todo en La Rioja y Navarra. La principal especie que amenaza su supervivencia es su primo-hermano: el visón americano.
Un primo-hermano peligroso
El visón americano (Neovison vison) fue traído a Europa en la década de 1920 para su aprovechamiento en las granjas de cría para fabricar abrigos y otros artículos de piel. “En los años 60 empezaron a instalarse las primeras granjas de visón americano en España”, comenta Laura Moreno, responsable del programa de especies amenazadas de WWF España. "Estas abastecían a la industria peletera para la fabricación de abrigos de visón, un artículo muy codiciado en aquellos años", explica.
Durante los años de cría intensiva e indiscriminada de este animal, se llegaron a dar cuenta de más de 300 granjas en todo el territorio español. En la actualidad, debido a la reducida demanda y a las normas impuestas desde el Gobierno, quedan alrededor de 27 granjas activas en todo el país, la mayoría se concentran en Galicia.
"A partir del año 2011 se creó la primera normativa para regular las especies invasoras, el Real Decreto 1628/2011, y entonces ahí se limitó un poco su comercio, transporte y liberación al medio", explica Moreno. Incluso algunas comunidades autónomas empezaron a denegar proyectos de nuevas granjas. Pero "no fue el caso de Galicia, donde se siguieron ampliando granjas existentes y creando granjas nuevas" añade.
La limitación del comercio de pieles de visón se convirtió en una disposición adicional del Real Decreto 630/2013, que regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras, pero se continuó permitiendo la ampliación de granjas. Hasta que en 2016, una sentencia del Tribunal Supremo la anuló.
La proliferación de este tipo de instalaciones acarreó un mal que muchas organizaciones ecologistas se temían: la introducción artificial de este animal en los ecosistemas europeos. Desde la apertura de las primeras granjas, se han producido numerosas fugas o escapes accidentales e intencionales, y en muy poco tiempo, el visón americano se ha convertido en una especie invasora.
El visón americano fue incluido, a través del Real Decreto 630/2013, en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. En la actualidad, se estima que puede haber más de 30.000 ejemplares, distribuidos en alrededor de 12.530 km de ríos en todo el territorio español.
Fugas y ¿liberaciones?
Desde WWF aseguran que “en España se han producido alrededor de 15 actos vandálicos para liberar a visones de granjas por parte de grupos de defensa de los animales”. Estas acciones, que tenían como objetivo aliviar el sufrimiento de los animales, han acabado entrañando un daño a la biodiversidad.
Muchos de estos pequeños mamíferos carnívoros no lograron sobrevivir en el nuevo medio. Sin embargo, los que lo hicieron, los más fuertes, “han tenido mucho éxito en su adaptación y expansión por el medio”, recuerdan desde la oenegé ecologista.
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Originalmente, estaba establecido en Norteamérica, desde Alaska hasta Canadá y en la mayor parte de las regiones de tundra de Estados Unidos. Fuera de este rango, se ha introducido artificialmente en 3 de los 5 continentes y en Europa se encuentra en 25 países. Es considerado por la UICN como la una de las especies más peligrosas para la biodiversidad europea.
El nuevo rey de los mustélidos
El visón americano habita en todo tipo de ecosistemas húmedos y medios acuáticos, desde ríos y arroyos a humedales con mucha vegetación. Su categorización como especie invasora se explica porque es la mayor amenaza para el visón europeo y otras especies del entorno. Su peligro se manifiesta por depredación y competencia.
Tal como apuntan desde WWF, este pequeño mustélido se alimenta de gran cantidad de especies, tiene una alta tasa reproductiva y una alta capacidad de dispersión.
Es una especie carnívora oportunista y se alimenta de micromamíferos, peces, anfibios, reptiles, aves e invertebrados. En Europa, es la especie exótica invasora que afecta al mayor número de especies (hasta 47). Además, en las zonas costeras, afecta negativamente a las aves marinas.
"[El visón americano] afecta, por ejemplo, al desmán ibérico, del que se han perdido muchas poblaciones en España, sobre todo en el sistema central y a otro tipo de micromamíferos, como la rata de agua", explican desde WWF.
Portadores de coronavirus
La responsable de especies de WWF advierte que "el impacto del visón no acaba con el impacto de la biodiversidad y con su carácter invasor, sino que las granjas de visón americano han tenido otros aspectos muy polémicos". El más sonado es su condición como una de las especies animales portadoras del Covid-19.
El visón americano, según SARS-ANI, la primera herramienta de datos sobre Covid-19 para casos en animales de Scientific Data, es el que registra el mayor número de brotes. "Los primeros se produjeron al principio de la pandemia en las granjas holandesas, después pasaron a las danesas y se expandieron por otros lugares de Europa", explica Moreno.
Después de insistir desde las organizaciones en defensa de los derechos de los animales, a finales de 2020 se empezó a realizar un seguimiento intensivo en las granjas de visón y empezaron a identificar brotes en distintas zonas de España.
Un caso muy polémico fue el de una granja en Teruel, que tuvo que cerrar sacrificando a más de 100.000 visones porque hubo un brote en la mitad de la plantilla. "Siete trabajadores cogieron Covid-19 y no se llegó a saber si había contactos cruzados", explica Moreno.
La aparición de brotes con nuevas variantes ha precipitado el cierre de las granjas de visón americano en Europa. La manera en la que se crían tiene mucho que ver con su condición como portadores: "suelen vivir en jaulas de pequeñas dimensiones, muy hacinados, donde es muy discutible que se puedan garantizar unas mínimas condiciones de bienestar animal".
"Esto también hace que los animales estén con las defensas muy bajas y que sean más susceptibles a sufrir enfermedades y transmitirlas". Son portadores de Covid-19, pero también de muchas otras enfermedades zoonóticas: víricas, como la gripe aviar, rabia o la enfermedad aleutiana; o bacterianas, fúngicas o parasitarias.