Nativos digitales, alarmados por un futuro laboral que titubea e indebidamente encasillados dentro de la 'generación de cristal'. Los jóvenes siguen alzando su voz y demostrando que, en un mundo que diariamente enfrenta nuevos retos en materia de igualdad e integración, ellos son quienes permiten la continuidad del voluntariado como la fuerza de cambio más potente de nuestra sociedad.
En España, uno de los países más solidarios del mundo según los últimos Índices de Respuesta Humanitaria, el perfil del voluntario ha ido cambiando mucho en apenas unos años. Si antes este correspondía a una mujer de mediana edad con un nivel económico medio-alto, hoy son los jóvenes de entre 18 y 24 años en situación formativa quienes protagonizan la mayoría de estas acciones.
La labor que estos estudiantes hacen fuera de las aulas se extiende a todo tipo de ámbitos: desde la asistencia a personas con discapacidad hasta las actividades de protección animal y cuidado del medio ambiente. Un trabajo aún por reconocer que desde la Fundación Mutua Madrileña siguen impulsando a través de iniciativas como sus Premios al Voluntariado Universitario.
Un puente entre el aula y la sociedad
El tercer sector sigue captando el interés de los estudiantes, y así lo demuestra el último estudio publicado por la organización, junto a Metroscopia, con base en las opiniones de 1.800 españoles. Los resultados ilustraron que hasta un 85% de los jóvenes estaría dispuesto a colaborar con una oenegé si esta les inspirara confianza, una cifra significativa que celebra la predisposición de estas nuevas generaciones a implicarse en causas sociales.
También lo corroboran desde la Fundación con su X Estudio sobre Voluntariado Universitario, en el que confirman que estas prácticas crecieron significativamente de 2021 a 2022. Por aquel entonces, el número de participantes en situación formativa se incrementó en un 60%, llegando a alcanzar 16.900 alumnos, y todo apunta a que las cifras de la solidaridad seguirán en alza durante este y los próximos años.
¿A qué debemos esta nueva tendencia solidaria? En realidad, esta es una carrera de fondo que desde las instituciones y escuelas tratan de propulsar con jornadas de cooperación, programas y becas de ayuda humanitaria que atraen a jóvenes entusiastas y con disponibilidad para involucrarse en actividades de larga duración.
El voluntariado universitario no solo beneficia a las comunidades receptoras, sino también a los propios estudiantes. Cuando se implican en estas misiones están ejerciendo valores de ciudadanía, desarrollando su empatía social y, al formar parte de iniciativas de carácter vocacional, también amplían su cartera de contactos y se desarrollan profesionalmente en el tercer sector.
Matrículas de honor en compromiso
Aunque estas actividades se impulsan desde el deseo de ayudar y no persiguen beneficios económicos, es fundamental reconocer y premiar los proyectos de voluntariado para asegurar su continuidad y amplificar su impacto en la sociedad.
Fundación Mutua Madrileña lleva más de una década respaldando estas iniciativas a través de acciones como sus Premios al Voluntariado Universitario, que por su XI Edición reaparecen introduciendo novedades en el número de galardones y ampliando la dotación económica a entregar en cada uno.
El programa, organizado desde el año 2013, acumula diez ediciones en las que, hasta ahora, han podido colaborar 24.000 jóvenes procedentes de todos los rincones y centros universitarios del país.
Este año, las iniciativas premiadas pasarán de seis a ocho, y se otorgará un premio de 15.000 euros para el proyecto ganador, seis segundos premios de 5.000 euros cada uno y, también incorporada este año, la categoría Universidad Solidaria reconocerá a uno de los participantes con una cuantía de 5.000 euros.
Abierta la convocatoria de 2023
La XI Edición de los Premios al Voluntariado Universitario recibirá nuevas candidaturas hasta el próximo 31 de octubre a las 14.00 horas. Las bases completas están disponibles en su página web, con tres requisitos básicos que todo participante deberá cumplir:
- Los proyectos deben estar formados por un mínimo de tres alumnos que estén matriculados en alguna universidad española, o que hayan finalizado sus estudios en un plazo no superior a dos años.
- Todos ellos, a excepción de los presentados en la categoría Universidad Solidaria, estarán vinculados a una entidad sin ánimo de lucro.
- La temática es libre, siempre y cuando implique una mejora en la vida de un colectivo dentro o fuera de España.
En la pasada edición, los premios trasladaron su principal reconocimiento hasta Turkana, población al norte de Kenia en la que los problemas de pobreza y escasez de recursos sanitarios dificultan la labor quirúrgica y el tratamiento de enfermedades endémicas.
[Un proyecto de cirugía en Turkana gana el premio al Voluntariado Universitario de Mutua Madrileña]
El proyecto SITUP: Surgery in Turkana University Project unió a 15 futuros médicos de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Francisco de Vitoria y la Universidad Miguel Hernández de Elche para proporcionar asistencia especializada en esta región y participar en tareas de investigación junto a otros profesionales.