Partir media pastilla es algo muy común cuando nos duele la cabeza. Pero este gesto no es el más adecuado. Los farmacéuticos y especialistas en salud solo recomiendan hacerlo en determinados casos. "Lo importante es no partir los comprimidos cuando no se indica", explicó la farmacéutica y divulgadora científica María de los Ángeles García, más conocida como Boticaria García, en una publicación de la cuenta de Instagram OrbitaLaika de diciembre de 2022.
Generalmente, para saber si una pastilla puede partirse o triturarse, se debe consultar la ficha técnica, donde suele figurar si el medicamento es “ranurado” o no. Otra manera de comprobarlo es preguntar al médico o farmacéutico de cabecera. Cuando existe una línea de partición, también perceptible en el propio comprimido, según una publicación del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, “la norma es que se pueden partir y así facilitar la deglución, sobre todo cuando son de gran tamaño”.
Sin embargo, "no todas las formas farmacéuticas de uso por vía oral están adaptadas para ser partidas o trituradas sin que se alteren sus propiedades”, explican en la publicación. Y sobre todo, si se trata de las cápsulas o comprimidos clásicos.
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Cuando un comprimido está ranurado significa, en palabras de García, que “están pensados para que el paciente pueda partirlo en función de la dosis que le haya pautado el médico”. E insiste: “Muchos comprimidos llevan un recubrimiento, que hace que no se absorba en el estómago, sino en otros tipos concretos del intestino”. Y advierte: “si partimos ese comprimido puede que se absorba en el interior donde no toca”.
Además de alterar el recubrimiento, hay otras razones por las que es contraindicado hacerlo. “Si se parte un comprimido sin ranurado”, explica Ana Jiménez, farmacéutica en la farmacia María Elena Gavilán Fernández, “cada una de las partes no va a tener una concentración de principio activo”. Por tanto, si se consume una parte y luego la otra, no van a tener la misma concentración de principio activo.
En la misma línea, en declaraciones a EL ESPAÑOL, la farmacéutica Silvia Rodríguez también ha advertido de este problema: "Por muy perfecto que hagas el corte de la pastilla por la mitad, si no hay ranura en el medio, significa que no te aseguran que el principio activo esté repartido de manera homogénea. Te puedes dejar parte de tu dosis".
Tipos de comprimidos
- Comprimidos ranurados: tienen una muesca para que se puedan partir. Esto no siempre significa que cada mitad del comprimido contenga la mitad de la dosis [consultar ficha técnica]
- Comprimidos masticables: son triturados por los dientes antes de tragarlos.
- Comprimidos bucodispersables: se disuelven cuando entran en contacto con la saliva.
- Comprimidos efervescentes: están diseñados para que se disuelvan rápidamente en un vaso de agua. Antes de bebérselo, hay que esperar a que desaparezca el burbujeo. Si tienen una muesca [y así lo indica la ficha técnica], se pueden dividir.
¿En qué casos se deben partir?
El ajuste de la dosis de la pauta indicada por el especialista médico no es la única razón por la que se recomienda modificar la forma galénica o farmacéutica de los medicamentos. Hay casos, como el de las personas de edad avanzada, los niños o los pacientes con determinadas —Parkinson, ictus o problemas de disfagia— en los se aconseja hacerlo.
Estas personas pueden presentar problemas de deglución o ingestión. Por eso, conviene facilitarles la tarea de administración de los medicamentos, triturándolos, y si es el caso, mezclándolos con algún líquido de ingestión fácil. Este método también resulta útil en pacientes que no mantienen una adherencia a su tratamiento intencionadamente. Así, se puede tener un control de qué se ingiere.
Cuando se decida fraccionar una cápsula, siguiendo las indicaciones del médico y de la ficha técnica, se recomienda hacerlo con un partidor.
Cuidado con las cápsulas
Jiménez señala que en el caso de las cápsulas, “en ningún caso se deben partir por la mitad”. Este tipo de pastillas contienen un polvo que es muy difícil de fragmentar. “Es casi imposible dividirlas”, sentencia la farmacéutica.
"Las cápsulas, generalmente, no se deben abrir ni manipular" aclaran en la publicación del Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Pero establecen algunas excepciones: los antisecretores gástricos —omeprazol, esomeprazol o lansoprazol— sí se pueden abrir y echar en agua o en un alimento líquido.
Pero se ha de tener en cuenta que no se deben masticar ni triturar los gránulos que contiene la cápsula: "se ingerirán inmediatamente o en menos de 30 minutos", concluyen.