Desde hace varios, las redes sociales se han inundado de bulos, mitos y noticias falsas relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que sirven de hoja de ruta para implementar la Agenda 2030. Desde que se aprobase en 2015, y sobre todo desde la pandemia de la Covid-19, este gran pacto global, auspiciado por Naciones Unidas, ha sido objeto de desinformación y debate.
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Pero ¿qué hay detrás de todas las supuestas informaciones que se extienden, a la velocidad de la luz, por las redes? ¿Qué tienen de verdad y qué de falso? En ENCLAVE ODS desvelamos todas las incógnitas para atender esta Agenda 2030 que, a pesar de no ser perfecta, es la única opción real actual –y global– para hacer frente a los retos climáticos y sociales del siglo XXI.
1. ¿Agenda "globalista"?
Así la han denominado, una y otra vez, desde la ultraderecha española, y también la europea. Con esta escusa, se ha culpado a la Agenda 2030 de prácticamente todos los males de hoy, desde atentados terroristas hasta las sequías, pasando por las amenazas a la libertad de expresión.
Pero, ¿qué dice en realidad la Agenda 2030? En ENCLAVE ODS se ha informado sobre ella en numerosas ocasiones; sin embargo, podemos resumirla una vez más.
En 2015, en la ya conocida como cumbre de París (COP21), en la que se reunieron los altos mandatarios de los Estados miembros de Naciones Unidas, se llegó a un acuerdo histórico que culminó en la creación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Y fue la Resolución 70/1 la que sentaba las bases de los ODS. En su preámbulo, se explican las intenciones con las que se crea:
La presente Agenda es un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad. También tiene por objeto fortalecer la paz universal dentro de un concepto más amplio de la libertad. Reconocemos que la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema, es el mayor desafío a que se enfrenta el mundo y constituye un requisito indispensable para el desarrollo sostenible.
Este plan será implementado por todos los países y partes interesadas mediante una alianza de colaboración. Estamos resueltos a liberar a la humanidad de la tiranía de la pobreza y las privaciones y a sanar y proteger nuestro planeta. Estamos decididos a tomar las medidas audaces y transformativas que se necesitan urgentemente para reconducir al mundo por el camino de la sostenibilidad y la resiliencia. Al emprender juntos este viaje, prometemos que nadie se quedará atrás.
El texto de la ONU es jurídicamente vinculante y, por el momento, en mayor o menor medida, parece seguir contando con un consenso mundial sobre los retos a los que se enfrenta la humanidad, basados en evidencia científica.
2. Una agenda que "roba la soberanía"
La Organización de las Naciones lleva en pie desde el 24 de octubre de 1945 y se creó para, en palabras de su propia carta constitutiva, "preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra" y "reafirmar la fe en los derechos fundamentales". Desde entonces, la soberanía de los Estados miembro ha seguido intacta. Entonces, ¿por qué iba a desaparecer ahora?
Fue el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, el que empezó a difundir esta teoría de que la Agenda 2030 buscaba despojar a los estadounidenses de la soberanía sobre su propio país.
En 2018, ante la Asamblea General de la ONU dijo: "Rechazamos la ideología del globalismo, y abrazamos la doctrina del patriotismo". A lo que añadió: "En todo el mundo, las naciones responsables deben defender las amenazas contra su soberanía, no solo de la gobernanza global, sino contra otras nuevas formas de coerción y dominación”.
Con sus palabras en contra del Consejo de los Derechos Humanos y de la Corte Penal Internacional y, poco después, de los Acuerdos de París –y, por ende, de la Agenda 2030–, Trump dio el pistoletazo de salida a los bulos y la desinformación sobre una hoja de ruta que lo que busca es crear pactos y alianzas para que todos los países luchen juntos.
3. El fin del libre movimiento de personas
Carlos Moreno, el asesor sobre urbanismo de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, es el impulsor de las ciudades de los 15 minutos de las que se ha hablado en ENCLAVE ODS en repetidas ocasiones. Este tipo de urbes, que no son más que un replanteamiento de las actuales, buscan acercar a todos los barrios y a todas las personas todos los servicios públicos y privados necesarios para desarrollar tu vida sin necesidad de desplazarse.
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Esto, sin embargo, se ha malinterpretado para lanzar el bulo de que la Agenda 2030 y los gobiernos quieren limitar el movimiento de las personas, que "solo podrás desplazarte dentro de tu barrio". Pero el concepto, en realidad, que recoge el ODS 11, sobre ciudades y comunidades sostenibles, es muy diferente: la idea es garantizar que toda la ciudadanía, incluidas las personas que viven en zonas marginales, puedan acceder a pie a servicios tan básicos como la educación, centros médicos, mercados, parques e, incluso, ocio.
En ningún momento se habla de prohibir el movimiento, sino de dar opciones para que quien no quiera montarse en un coche o pasarse media hora –o una o dos– en transporte público pueda hacer vida de barrio.
Además, a este bulo se le une el difundido en octubre del año pasado, ya desmentido por Newtral, que decía que un informe del Fondo Económico Mundial, o Foro de Davos, quería prohibir la posesión del vehículo privado. Lo que apoyaba en realidad el texto era uso compartido del transporte frente al privado, pero nunca su prohibición.
4. Límites a la compra de comida y ropa
Durante este mes de septiembre ha estado circulando por redes sociales un vídeo que asegura que "la Agenda 2030 es el mayor plan de control de la sociedad jamás creado" y que "quieren llevar el consumo de carne hasta 0 kg por persona por año y acabar con el consumo de prendas por moda reduciéndolo a 3 prendas por persona por año".
Tal y como ha desmentido Maldita, ninguna de las supuestas medidas aparece en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El documento de que aseguran en redes sacar la información, además, ni siquiera pertenece a Naciones Unidas ni a la Agenda 2030, sino a C40 Cities. Y es que toda la información que dan, en realidad, pertenece a un informe elaborado por esta organización en colaboración la firma ARUP y la Universidad de Leeds.
El texto original, explican desde Maldita, trata sobre "cómo desde las grandes ciudades se podría evitar que la subida de la temperatura global sobrepase los 1,5 °C". Ni más, ni menos. No se trata de ningún tipo de plan, sino de un análisis que quiere servir de punto de partida para "buscar diferentes alternativas y visiones urbanas a largo plazo".
5. Prohibidas la carne y la leche
En redes sociales se ha repetido una y otra vez eso de que "la ONU quiere prohibir el consumo de carne y leche". Pero ¿hay algo de verdad detrás de estas palabras? En ningún momento se hace referencia en los ODS ni en sus metas a la prohibición de ninguno de estos dos productos, ni de "socavar" los medios de vida de los agricultores.
Otra cosa es que se hable de proteger a los pequeños agricultores y ganaderos que promueven la agricultura regenerativa frente a las formas más dañinas para el planeta y las personas de cultivo y ganadería. Lo que busca la Agenda 2030 en realidad es fomentar esa actividad primaria que garantiza la soberanía alimentaria de los países de una manera mucho más respetuosa con la salud de todos.
6. Legalización de la pederastia
Newtral lo tuvo que desmentir: la ONU jamás ha pedido que se legalice la pederastia y la Agenda 2030 no la promueve. "Es un bulo", zanjan desde la agencia de verificación.
Tampoco la supuesta "ideología de género" promueve este delito. Ni busca "la destrucción de la familia", como aseguró Jair Bolsonaro, expresidente de Brasil.