La última vez que se vio un sihek en la naturaleza no habían tenido lugar los Juegos Olímpicos de Barcelona, Alemania aún no se había reunificado y la Unión Soviética aún no se había disuelto. También conocido como martín pescador de Guam o de Micronesia, esta ave era una de las 12 especies originales de la isla del Pacífico Occidental a principios del siglo pasado. 

Sin embargo, la introducción de una serpiente, la arbórea marrón (Boiga irregularis), de forma accidental poco después de la Segunda Guerra Mundial puso en jaque las especies nativas de la isla. De hecho, diez especies de aves forestales de Guam fueron devoradas hasta su extinción. Solo dos fueron capaces de salvarse: el rascón de Guam y el martín pescador de Micronesia. 

El sihek, como es conocido en la lengua indígena chamorra, se salvó de la extinción gracias a que los biólogos llevaron en cautiverio a las 29 aves restantes. Desde entonces, los científicos trabajan contra reloj para que esta especie pueda pervivir. Recuperar esta especie, según el Instituto Wider —una de las instituciones que trabaja en su conservación— es importante tanto desde el punto de vista ecológico como cultural, ya que el sihek tiene un profundo significado espiritual para el pueblo indígena chamorro de Guam.

[Ramón voló de España a Senegal y falleció: por qué este buitre negro cambió su ruta migratoria]

En la actualidad, casi 140 siheks viven en 25 instalaciones de todo el mundo, aunque su supervivencia aún se encuentra en entredicho debido a numerosas amenazas. Debido a que la población de esta ave disminuyó de una forma tan precipitada, el equipo de recuperación tiene que planificar cuidadosamente la reproducción para maximizar la diversidad genética de la especie. 

Aun así, a pesar de esta planificación estricta, la endogamia ha provocado una disminución en la esperanza de vida y el éxito reproductivo de los sihek, aumentando su riesgo de extinción. 

Otro gran problema, según ha indicado un nuevo estudio publicado en Animal Conservation, es la marcada disparidad de género. Esta investigación ha revelado que las hembras corren un mayor riesgo de muerte y enfermedad que sus congéneres masculinos. Si bien aún no se conocen las causas exactas, el equipo de investigación ha señalado que su próxima investigación ahondará en una posible correlación entre la incidencia de las enfermedades reproductivas de las hembras sihek y la producción de los huevos. 

"El sihek es una especie a punto de perderse para siempre, y sólo gracias al cuidado y la experiencia de los zoológicos de conservación siguen existiendo estas aves, lo que nos da la oportunidad de devolverlas a la naturaleza", afirmó en un comunicado Amanda Trask, investigadora principal del estudio. 

¿Un regreso a Guam? 

Para los científicos, lo ideal sería reintroducir al sihek en sus bosques nativos en Guam. Sin embargo, la presencia de la serpiente arborícola marrón dificulta su regreso a pesar del esfuerzo de las autoridades locales para su erradicación. "Son pájaros de Guam, por lo que es muy triste que no podamos devolverlos allí", indicó John Ewen, biólogo conservacionista de la Sociedad Zoológica de Londres y miembro del equipo de recuperación de sihek, a la revista Audubon

Por ello, los científicos han buscado un nuevo hogar para albergar al martín pescador de Micronesia. En 2020, según explican desde Audubon, se formó un equipo de recuperación para buscar un nuevo hábitat para esta ave. La Isla de Coco, una pequeña isla a tan solo 1,6 kilómetros al sur de Guam, fue la primera candidata. No obstante, el descubrimiento de una población de serpientes arborícolas marrones hizo descartar por completo esta opción. 

Así apareció la opción del atolón Palmyra, un conjunto de 26 pequeñas islas situadas a unos 1.600 kilómetros al sur de Hawái en el océano Pacífico. Este espacio, completamente libre de depredadores tras una exitosa campaña de erradicación en 2011, cuenta con abundantes materiales para anidar y alimentos para aves en peligro de extinción como el martín pescador de Micronesia. 

“Es un lugar en donde los sihek pueden prosperar”, afirmó Suzanne Medina, bióloga de fauna salvaje de la División de Recursos Acuáticos y de Fauna Salvaje del Departamento de Agricultura de Guam, a Audubon

[El cambio climático empuja al 39% de los anfibios a la extinción: han desaparecido cuatro especies en 18 años]

Finalmente, el 4 de abril de 2023, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos autorizó la introducción de siheks criados en cautividad en el atolón de Palmyra. Si bien aún no se conoce una fecha exacta, señalan desde la institución, los polluelos se llevarán al atolón de Palmyra, se mantendrán en pajareras durante un mes para que se aclimaten al lugar y se liberarán. 

Hasta ahora, debido a que los sihek llevan más de 30 años en cautividad, los científicos desconocen muchas cosas sobre el comportamiento de esta especie en la naturaleza. En este sentido, la población experimental permitirá a los científicos controlar y evaluar a los sihek en libertad, perfeccionando las técnicas para futuras liberaciones, con el objetivo de liberar esta especie en Guam una vez que la población de serpientes arbóreas pueda controlarse eficazmente. 

"Conservacionistas, cuidadores de zoológicos y científicos trabajan para restaurar una población salvaje. Están trabajando en la vanguardia de la conservación, y debemos seguir revisando y aprovechando los conocimientos existentes sobre su cuidado para garantizar que la especie tenga la mejor oportunidad posible", concluyó Trask.