Mohamed VI y los derechos humanos en Marruecos: las claves de su reforma del Código de Familia
En las primeras reuniones para la reforma en Rabat sobresalen los hombres y los religiosos.
27 noviembre, 2023 02:11El rey Mohamed VI dio la orden el 26 de septiembre de reformar el documento que regula la vida privada de la población musulmana marroquí, la Mudawana o Código de Familia, en un plazo de seis meses. No obstante, ya lo había anunciado en su discurso del 30 de julio de 2022.
Encargó la labor al jefe del Gobierno, Aziz Akhannouch, a través de una carta. Además, encomendó la gestión de “esta importante reforma, de manera colectiva y colegiada” a varios ministerios, para centrarse en las vertientes jurídica y judicial. En todo caso, los detractores advierten que la reforma sólo será eficaz si la justicia dispone de suficientes recursos humanos y medios logísticos y materiales.
En su misiva, Mohamed VI indicó también que la actualización del documento debe consistir principalmente en subsanar las deficiencias que su aplicación judicial ha puesto de relieve durante casi 20 años. Igualmente, deberá modificar las disposiciones que la evolución de la sociedad marroquí y el desarrollo de la legislación nacional han dejado obsoletas.
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Al día siguiente del llamamiento real, se celebró la primera reunión presidida por el primer ministro Aziz Akhannouch. Desde entonces, se han mantenido varios encuentros para acelerar la preparación de las propuestas de modificación que se presentarán a Mohamed VI en menos de seis meses en forma de proposición de enmiendas.
Posteriormente, el parlamento aprobará la versión final de la reforma. De esta manera, el comité directivo ha examinado la metodología de trabajo de todos los componentes del comité encargado de este expediente. Le han seguido encuentros para escuchar a los diferentes sectores de la sociedad.
“Oiremos a las fuerzas civiles y a los funcionarios del gobierno e intentaremos atender a todos para ponernos de acuerdo sobre una serie de cambios”, manifestó el ministro de Justicia, Abdellatif Ouahbi. Además, expresó el deseo de “estar a la altura de la confianza del rey para promover la condición de las mujeres marroquíes con equidad, que sigue siendo nuestro principal objetivo”.
"Un código familiar arcaico"
Sin embargo, en las primeras reuniones en Rabat, abundaron los hombres y los religiosos. Algo que ha sido muy criticado por las organizaciones de derechos humanos. “La elaboración de informes de la sociedad civil y la constitución de comisiones por parte del gobierno, basados en la ley islámica, es burlarse de los derechos de la mujer y su emancipación”, protesta Ibtissame Betty Lachgar, fundadora del Movimiento por las Libertades Individuales (MALI).
Esta organización defensora de los derechos humanos solicita el “cambio total” del Código de Familia. “No podemos indignarnos ante las violaciones de los derechos de las mujeres y los niños, y ser indiferentes a las leyes y prácticas de otra época bajo el pretexto de tradiciones, obstáculos culturales y textos inspirados en la sharia”, aseguró en un comunicado MALI durante una campaña digital del pasado 8 de marzo en contra de la Mudawana.
Entonces, lanzaron consignas contra el código durante 23 días con el objetivo de combatir la violencia machista y la discriminación hacia la mujer en el seno de la pareja y la familia. Igualmente, solicitaron la derogación de este documento salpicado por el “patriarcado, violencia de género y misoginia”.
“Al amparo de los valores fundacionales del islam, los derechos de las mujeres son inexistentes y burlados dentro de la institución del matrimonio y la unidad familiar, las mujeres son perjudicadas por un código familiar arcaico inspirado en los principios de la sharia”, explica la fundadora de MALI.
Lo cierto es que, en su alocución del verano pasado, el monarca alauita subrayó que, como comendador de los creyentes, no podía pronunciarse sobre una reforma que no respetara los preceptos del islam. No puede “autorizar lo que Dios ha prohibido, ni prohibir lo que el Altísimo ha autorizado, en particular sobre los puntos regidos por los textos formales del Corán”, aseguró.
De hecho, las leyes del Código de Familia se inspiran en la sharia, es decir, la ley islámica. Por lo que tiene en contra a las organizaciones de derechos humanos, que lo consideran “patriarcal; y sus artículos, sexistas y liberticidas”.
Por eso, Betty Lachgar se pregunta en conversación con EL ESPAÑOL: “¿Cómo modificar estos artículos sin atentar contra la religión islámica?”. Asevera que “no hay manera. La petición del rey a reformar la Mudawana me recuerda a la constitución de 'olla a presión' de 2011. Todo es por el espectáculo. Todo es humo y espejos”.
Precisamente, esa fue la medida que adoptó Mohamed VI para acallar las voces de los ciudadanos, sobre todo jóvenes e islamistas, que salieron cada semana a las calles de Marruecos para protestar en plena primavera árabe. Entonces pronunció un discurso extraordinario y convocó un referéndum para votar una reforma constitucional, que aparentemente le cercenaba los poderes y concedía un espacio a las libertades individuales.
Más de una década después, activistas y periodistas cumplen condena en las cárceles marroquíes por ser críticos con el régimen. Además, no existe igualdad entre hombres y mujeres, como proclama la carta magna. Por ejemplo, las mujeres no tienen derecho a heredar, todavía existe el matrimonio de menores y se practica la poligamia. Por lo tanto, no se ven cumplidas las expectativas de 2011.
Madres solteras o divorciadas
De esta manera, una treintena de asociaciones feministas del país vecino se ha agrupado en el Colectivo Feminista para un Cambio Global y Profundo del Código de Familia. El grupo reivindica una reunión con la instancia oficial encargada de preparar el nuevo texto de la Mudawana, prohibir el matrimonio de menores y la poligamia, así como revisar el régimen de herencia.
Otro grupo de afectadas son las madres solteras o divorciadas con pensiones irrisorias. En la anterior reforma en 2004, se presentó como un avance social que se permitiera a las mujeres separarse de sus maridos sin su consentimiento, mediante el proceso de divorcio por discordia.
“Fue un paso considerable hacia adelante, pero lo que viene después del divorcio no fue pensado con las mismas ganas de cambio. La madre educa, se hace cargo, pero no tiene derechos sobre el niño”, reconocía en la prensa marroquí Khadija El Amani, abogada y miembro de un colectivo que trabaja por la reforma de las libertades fundamentales.
Después de una separación, la tutela del niño vuelve automáticamente al padre, mientras que la mujer, que suele proporcionar la custodia, no tiene derechos sobre él. Así las madres no pueden inscribir a sus hijos en la escuela, abrir una cuenta bancaria, ingresar en un hospital o viajar al extranjero sin el consentimiento del padre, que sigue siendo el único representante legal de los menores. Además, la medida de la pensión alimenticia exigida al padre es de solo 400 dírhams mensuales (36 euros).
El artículo 175 de la Mudawana priva a la madre de la custodia de su hijo en caso de segundas nupcias si este ha cumplido 7 años. Todo esto, a pesar de que estas prácticas no aparecen en el Corán.
Por otro lado, una mujer considerada musulmana de facto no puede casarse con un no musulmán. Para Ibtissame se trata de “elementos arcaicos que controlan el cuerpo, la sexualidad y la vida de las mujeres”.
Matrimonio de menores
Desde hace muchos años, asociaciones y militantes de la protección de la infancia protestan contra el artículo 20 del Código de Familia, que autoriza el matrimonio de menores. Se trata de un problema jurídico, social y sanitario que tiene que ser prioritario en la actual reforma.
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Marruecos permitía casarse a los chicos a los 18 años y a las chicas a los 15 años hasta la reforma del Código de Familia de 2004. En ese momento se fijó la edad en 18 años para ambos. Sin embargo, el matrimonio de menores continúa.
Más del 95% afecta a niñas, obligadas por sus padres, a pesar de que el Corán y la ley exigen su consentimiento. Esto último es complicado, pues ellas suelen ceder por su corta edad y la presión familiar. Según la ley, el juez puede conceder exenciones tras un examen médico o una investigación social.
Atendiendo a las cifras de 2021 del Ministerio de Justicia, estas uniones han descendido, pasando de 33.686 en 2018 a 20.738 en 2019, y a 12.600 en 2020. Aunque es cierto que hay matrimonios que escapan a las estadísticas.
Ley de herencia
Otro punto en discordia, es la ley de herencia. La Asociación Democrática de Mujeres de Marruecos ha solicitado una reforma legislativa que garantice la igualdad en la herencia para hombres y mujeres, que actualmente se inspira en la ley islámica y estipula un máximo de un tercio de los bienes para las mujeres.
Hay tres normas. La norma por la que la mujer hereda la mitad de la parte del hombre, la que no permite que una o varias hijas hereden todos los bienes y la que prohíbe los derechos sucesorios por motivos de diferencias de creencias.
En este sentido, a las reivindicaciones de las mujeres se suman también hombres. El economista y exministro socialista Mohamed Said Saadi lleva meses solicitando una “reforma global” de la Mudawana. Ante la petición real y las reuniones de los mismos actores, incluidos religiosos musulmanes, apunta que “la iniciativa de reformar el Código de Familia debe provenir de la sociedad”.
De cualquier modo, un sondeo sobre el derecho de sucesiones en Marruecos, realizado en 2022 por encargo de la Asociación de Mujeres Marroquíes para la Investigación y el Desarrollo sobre una muestra de 1.200 personas, reveló que el 44% de los marroquíes está en contra de cualquier modificación de este sistema de herencia.
El debate llegó a los partidos políticos tras el discurso real por la Fiesta del Trono en 2022. Después de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP), que fue el primer partido político en reclamar hace años la igualdad de género en materia de herencia, el Partido del Progreso y el Socialismo (PPS) se sumó a la petición de igualdad de género en materia sucesoria, así como de más libertades individuales y una mayor apertura en materia de libertades.
A favor
No obstante, frente a las críticas, son bastantes las voces que han aplaudido la iniciativa real. “Se está dando un gran paso, aparentemente en la dirección correcta”, asegura en sus redes la investigadora en derechos humanos de la mujer Nouzha Guessous.
“Hemos secularizado la economía y la política. ¿Por qué no el derecho de familia?”, mantiene Guessous, que fue miembro de la comisión real encargada de la reforma del Código de Familia entre 2001 y 2003, que concluyó en 2004.
En todo caso, la exministra socialista Nouzha Skalli piensa que “la reforma de la Mudawana dependerá de la audacia y del coraje que tengan los actores políticos”.
Una vez más el lanzamiento de este proyecto crea una fractura social entre los círculos conservadores y los progresistas, como ocurrió a principios de este siglo cuando el gobierno presentó su Plan de Acción para la Integración de la Mujer en el Desarrollo. Fundamentalmente, los entornos islamistas no aceptan lo referente a las libertades individuales.