En algún punto de la ruta hacia la capital turca de Ankara es posible tocar el cielo sin levantar la mirada. Eso es lo que aseguran quienes han visto alguna vez el lago Tuz, un paisaje cuya postal seguramente hayamos visto alguna vez por la red. Durante años, fue una de las principales atracciones naturales del país, copando titulares por su belleza y siendo objeto de interés para turistas e investigadores de todo el mundo.
Con una superficie de aproximadamente 1.500 kilómetros cuadrados, el lago Tuz destaca por su rica biodiversidad, que habita en él en condiciones extremas: la salinidad de este enclave es similar a la del mar Muerto —de hecho, su nombre en turco significa 'lago de sal'— y solo algunas especies de bacterias y algas pueden sobrevivir sumergidas en sus aguas.
Sin embargo, estas brindan refugio temporario a más de 200 especies de aves migratorias, son hogar de una de las principales colonias de flamencos en Turquía y en ellas se reproducen especies como el ganso de frente blanca o el cernícalo primilla.
Se trata de un lago endorreico —es decir, sin salida fluvial hacia el océano— y durante la mayor parte del año tiene una profundidad de poco más de 30 centímetros. En verano, el agua se evapora dejando al descubierto esta fina capa de sal, y en invierno la sal se vuelve a disolver en el agua que entra.
Un paisaje para inmortalizar
Además de la variada fauna y flora que habita en él, al lago Tuz le dan vida los visitantes que cada día van a visitarlo en busca de una foto para el recuerdo sobre sus aguas. Si un día acudimos hasta allí, veremos a personas decididas a perderse durante un largo rato caminando sobre el lago. Y también a quienes lo eligen como escenario para sus sesiones de fotos, videoclips e incluso rodajes cinematográficos.
No es de extrañar que el viajero se quede prendado ante semejante postal, da igual si disfruta de ella en invierno o en verano. La apariencia blanquecina del lago se debe a la presencia de las algas Dunaliella, que también pueden dotar algunas partes de un impresionante color azul o rosa.
Si tenemos suerte y vamos en el momento adecuado, podríamos ser espectadores de una maravilla de la naturaleza sin igual. Suele ocurrir año tras año, aunque cuando más impresiones causó fue en julio de 2015, cuando las imágenes del lago teñido de rosa se viralizaron por todo internet y los usuarios acudieron a la ciencia en busca de respuestas a este fenómeno que también se produce en otros lagos como el Hillier de Australia.
El doctor Christopher Gobler, profesor de investigación en ecología marina de la Universidad Stony Brook, explicó entonces al respecto: "El alga ahora está en pleno florecimiento y probablemente lo cubrirá todo de rojo hasta que el lago se evapore por completo, probablemente el mes que viene, durante el mayor pico de calor del verano".
En declaraciones a ABC News, también recomendó no beber agua, pero afirmaba que sus microorganismos tienen propiedades antioxidantes y son ricos en betacarotenos, los componentes responsables de teñir también a los flamencos de su color característico.