Un pequeño agricultor durante la sequía de este año en California.

Un pequeño agricultor durante la sequía de este año en California. Carlos Barria Reuters

Historias Sequía

Adiós al agua dulce, el bien más 'peleado': "Un cuarto de la población mundial vive en riesgo severo por su escasez"

Desde el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) advierten del riesgo de guerras hídricas por la falta de este recurso natural en gran parte del planeta. 

27 febrero, 2024 01:07

Hay cierta ironía en eso de vivir en un país tropical y no tener acceso a agua limpia. Sin embargo, ese el caso de la aldea de Buwagogo, en Uganda. Los habitantes de esta aldea de 60 casas del África central tienen una pequeña fuente de agua de la que se abastecen, aunque en periodos secos el nivel corre muy bajo y pueden tardar horas en llenar los jerricanes o bidones de plástico de 20 litros.

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El investigador ugandés Michael Musekese explica a EL ESPAÑOL que aunque la zona es un vergel en el ecuador con abundante lluvia, el problema radica en que carece de las infraestructuras apropiadas."En esa zona de montaña es difícil y costoso construir pozos y una red de saneamiento. Además, cuando las hacen las vandalizan para robar el agua", asegura.

Musekese reconoce que las zonas urbanas sí tienen agua potable, pero no pasa lo mismo en las zonas rurales donde está su aldea, Buwagogo. "Una familia de cinco necesita unos 80 litros, aunque a veces en tiempos de sequía tienen que sobrevivir con 20", apunta.

Esas mismas familias de la Uganda rural se encuentran también con un problema no menos importante: el regreso a casa desde el chorro o la fuente en una escarpada zona de la montaña. "Puedes tropezar con una piedra y que se te caiga el jerrican, romperlo y que encima pierdas el agua que has tardado más de 6 horas en conseguir", lamenta.

Las guerras del agua

El Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) dirige el programa Aqueduct, un seguimiento del estrés hídrico en el mundo. Lizz Saccoccia, asociada del equipo de seguridad hídrica, dice que la escasez de este recurso no es un problema solo de África. "Un cuarto de la población mundial vive en riesgo muy alto de escasez de agua", advierte.

Según estimaciones de Naciones Unidas y del Banco Mundial, la sequía —es decir, la falta de agua— podría provocar que, en 2030, más de 700 millones de personas tuviesen que desplazarse en todo el planeta. Estos desplazados se verán obligados a dejar atrás sus hogares por la falta de agua, pero también por los conflictos armados que esta provoca.

Aunque, como advierte Saccoccia, la sequía por sí sola no provoca guerras. "Eso sí, agita nacionalismos extremos que aumenta las tensiones", añade.

Nigeria y la inseguridad hídrica

En el golfo de Guinea, a la misma altura que Etiopía, se encuentra Nigeria. Un país con 250 lenguas, 500 etnias diferentes y un gran problema común: el agua. Según Naciones Unidas, solo el 29% de la población tiene una red estable de abastecimiento de agua potable y saneamiento. El resto, como los habitantes de Buwagogo, dependen de algún brote de agua con mayor o menor grado de sofisticación.

Timothy Ogenyi, analista político del centro de investigación de Cambio Climático y Desarrollo de Nigeria, dice que, al igual que Etiopía, el foco está en las zonas rurales. Cuenta que en su pueblo, en el centro del país, se tienen que levantar de madrugada para ir a la única fuente de agua dulce. "Imagina también los problemas de seguridad", lamenta.

Mapa del riesgo de estrés hídrico en el centro del continente africano.

Mapa del riesgo de estrés hídrico en el centro del continente africano. Cedida WRI

La región de Enugu, en la cuenca del río Níger, no es particularmente árida, solo que, como Ogenyi cuenta, el problema es el agua limpia. Lo hacen todo en la misma fuente: se lavan, dan de beber a los animales y ellos mismos se hidratan. "Todo el mundo tiene un tanque de agua de 200 o 300 litros; "puedes llenarlo tanto como puedas pagar", explica. Para él, la presión del agua y la falta de infraestructuras es el motivo principal del éxodo rural hacia las zonas urbanas.

El dios Hapi y el GERD

El río Nilo es bicéfalo. El Nilo Blanco nace en el lago Victoria, cerca de Buwagogo, y el Azul en el lago Tana, en Etiopía, en África oriental. Se juntan en Sudán y sus aguas viajan juntas hasta el Mediterráneo regando más de 3 millones de metros cuadrados. Sus crecidas fueron tan importantes para la cultura egipcia que lo deificaron en Hapi, padre de dioses, generador de fecundidad y fertilidad.

La hegemonía egipcia en la región era clara hasta principios del milenio. Entonces, Etiopía empezó a construir la presa hidroeléctrica más grande de África en la frontera con Sudán: la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD, por sus siglas en inglés). Según la investigadora de WRI, hay una correlación entre el consumo de agua y el crecimiento económico de un país, "especialmente en países africanos en vías de desarrollo que están bajo un estrés hídrico importante".

Mapa del estrés hídrico en la cuenca del Nilo.

Mapa del estrés hídrico en la cuenca del Nilo. Cedida WRI

La reserva es una inmensa obra de ingeniería: cubre más de 1,000 km² y la presa es de 1,8 km de largo y 145 m de alto. Se prevé, además, que generará 15 Gwh, más de la mitad del consumo español en 2022.

El octubre pasado empezó el llenado de la cuarta y última parte del GERD. En enero de 2022, con el comienzo del llenado de la primera, el primer ministro Abiy Ahmed Ali firmó una carta realzando la necesidad de esta fuente de energía para Etiopía. "El 55% de mis compatriotas no tienen acceso a energía y no ha habido ningún país que haya podido acabar con la pobreza sin acceso a ella", decía en ella.

Por eso, explicaba, "las aguas del Nilo pueden aprovecharse equitativamente para el beneficio de todos los países ribereños". Etiopía se quiere convertir también en país exportador de electricidad a sus vecinos.

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Esas palabras iban dirigidas a Sudán y Egipto que habían mostrado claras reservas al control de las aguas río arriba, poniendo en peligro el caudal del que Egipto depende casi en su totalidad como fuente de agua dulce. Como dijo el expresidente egipcio Anuar El Sadat, en 1979: "El Nilo es la única razón por la que Egipto iría a la guerra".

Según datos del Banco Mundial, en el año 2000 el PIB de Egipto (99,84 billones de dólares) casi quintuplicaba la suma de Etiopía (8,2 billones de dólares) y Sudán (12,2 billones de dólares). A partir de entonces, muy levemente, la diferencia se empezó a reducir con un crecimiento estable y continuado de Etiopía por la promesa de una energía estable y barata.

La motivación de Etiopía puede ser legítima, pero el tema va más allá. Sofía Tirado, investigadora del Real Instituto de El Cano en el programa Clima y Energía, advierte que parte de esta presa ha sido financiada por China. "Egipto, apoyado por EEUU, ha perdido la hegemonía del Nilo y no se ponen de acuerdo en el llenado de las presas porque dicen que en tiempo de sequía no llegará suficiente agua", explica. Y eso sí puede ser motivo de conflicto.

El río Colorado se seca

Los grandes ríos son motivo de conflicto, especialmente en zonas desérticas donde es la única fuente de agua, como el Nilo, o el río Colorado, en Norteamérica. Este nace en las montañas rocosas de Colorado (EEUU) y desemboca en el golfo de México, en el valle de Mexicali. A lo largo de sus 2.333 km, pasa por cinco estados estadounidenses antes de cruzar la frontera y regar dos estados mexicanos más. La desembocadura lleva seca 50 años.

Para Tirado, esto tiene implicaciones "económicas", porque el agua no riega los campos de los agricultores mexicanos. Si no que se pierde en abastecer grandes ciudades como Las Vegas o Los Ángeles.

Los mexicanos "si no tienen agua no pueden producir y se rompe toda la cadena de valor", indica la investigadora. Esto está además agravado por una de las sequías más largas que se recuerda en la región, que según WRI está en zona de muy alto estrés hídrico.

La cuenca del río Colorado.

La cuenca del río Colorado. Cedida WRI

Se calcula que el río Colorado ha perdido 40 millones de metros cúbicos, aunque no solo por la sequía: entre sus causas también está el tipo de roca impermeable y la evaporación por altas temperaturas. Como en España, allí las sequías son cíclicas. Pero, también como en nuestro país, la demanda hídrica es muy superior al agua que se consigue de las lluvias y la sequía lleva durando más de 20 años y afecta a 40 millones de personas.

El agua y las migraciones

Las condiciones climáticas cada vez son más difíciles de soportar no solo en el acceso al agua, sino por las altas temperaturas, los efectos en la agricultura y los eventos extremos como ciclones o inundaciones. Las poblaciones más vulnerables cada vez lo tienen más difícil para subsistir y las migraciones climáticas son una realidad.

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Tirado explica que las migraciones no se dan por una sola causa: "La ONU siempre ha dicho que va a haber migraciones hacia Europa por temas del calentamiento global, pero las que ha habido hasta ahora no se pueden atribuir exclusivamente a la crisis climática. Las migraciones son multifactoriales".

El estrés hídrico se extremará aún más, especialmente en los países del norte de África y Oriente Próximo. Actualmente, no hay conflictos armados directos entre países por el agua, pero cada vez hay más intereses económicos. Está viniendo una nueva realidad climática, pero el agua siempre será necesaria.