La línea de salida de la prueba olímpica de triatlón en el Sena en agosto de 2023.

La línea de salida de la prueba olímpica de triatlón en el Sena en agosto de 2023. Emmanuel Dunand AFP/Getty Images

Historias

La carrera contrarreloj para limpiar el Sena de aguas fecales a tiempo para los JJOO: "No hay plan B"

Las lluvias y los problemas técnicos lastran los esfuerzos por que atletas y parisinos puedan bañarse de forma segura en el río de la capital francesa.

5 marzo, 2024 01:50

Con la programación de los Juegos Olímpicos de 2024 cerrada, París se mide ante las dificultades técnicas y los eventos meteorológicos poco fortuitos para cumplir el sueño que ansiaban muchos parisinos y los subsecuentes alcaldes desde los años 1923: bañarse de forma segura en el río Sena.

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De entrada, está contemplado que el río —entre el puente Alexandre III y el puente Alma— sea el escenario donde se midan los atletas de los 10 km de maratón en aguas abiertas y las secciones de triatlón y paratiatlón a nado. Este es uno de los grandes proyectos de la alcaldesa actual Anne Hidalgo de la ciudad para el evento olímpico y su legislatura. 

El pasado mes de agosto se cancelaron una serie de pruebas de natación, que habrían servido como ensayo de las competiciones atléticas que se celebrarán a finales de julio en el emblemático río. En el tramo escogido las aguas estaba demasiado contaminada, excediendo casi seis veces el nivel seguro. A pesar de este contratiempo, que ha lastrado el trabajo de los operarios que trabajan sin descanso para garantizar que los atletas naden en aguas limpias, las autoridades sigues siendo optimistas.

Hidalgo, en su intento por acabar con el desasosiego sobre esta gran obra de saneamiento, prometió a principios de enero que "en julio me bañaré en el Sena". En el discurso de entrada de año ante sus concejales, sacó pecho y dijo: "Todo el mundo decía que era imposible y nosotros lo hemos hecho". Sin embargo, las advertencias de quienes aseveraron que sería una tarea complicada están bien fundadas. 

No es la primera vez que alguien intenta limpiar el emblemático río. El histórico alcalde (1977-1995) Jacques Chirac ya lo planteó en mayo de 1990 durante su intervención en el programa La Marche du Siècleen FR3; lo que hizo entonces fue reafirmar una de sus promesas de campaña electoral de 1988. Tras dar algún dato indicativo del óptimo estado del torrente, aclaró: "He dicho que dentro de tres años me bañaré en el Sena delante de testigos para demostrar que se ha convertido en un río limpio".

Aquella promesa quedó en papel mojado. El baño siguió estando prohibido para los parisinos. Pero con un receso: a finales del año 2000 se dio luz verde a los triatletas para hacerlo. Esta autorización se revocaría en 2013 debido a los altos niveles de contaminación fecal y bacterias responsables de gastroenteritis, infecciones urinarias, meningitis y septicemia. En aquel momento, la agencia regional de salud hizo públicas las lecturas que mostraban la presencia excesiva de la bacteria E. coli en las aguas. 

En 2021, los parisinos reconocieron lo ya evidente: la contaminación es una constante en el Sena. Un 70% de los lugareños lo describió negativamente, y algunos lo calificaron de sucio, contaminado y maloliente en la encuesta realizada en 2021 por el Instituto de Estudios de Opinión y Marketing en Francia y en el Extranjero (IFOP, por sus siglas en francés).

Cumplir la promesa electoral de Hidalgo, un compromiso que también resultó crucial para la designación de París como sede de la cita olímpica, no es lo único que se quiere lograr con la medida. Durante un largo período de tiempo, las poblaciones de peces han sido diezmadas por los altos niveles de contaminación de las aguas del río. Antes de la intervención humana, el río Sena albergaba 11 especies de peces diádromos y al menos 22 de agua dulce; el mínimo de especies detectadas se marcó en los años 70, con solo 3. Ahora, se estima que hay más de 30 especies en el río. 

Un error napoleónico

El sistema de drenaje del Sena es una herencia del legado de Napoleón. Hace unos 150 años, Georges-Eugène Haussmann, el urbanista napoleónico, como parte de un proyecto de remodelación masiva de París, hizo que se construyera un sistema de alcantarillado combinado en el que las aguas residuales y las pluviales de las calles compartían un mismo circuito. Este permaneció prácticamente inalterado por décadas. 

No fue hasta la década de los 80 cuando se pusieron sobre la mesa planes para remodelar el sistema. Desde entonces los aliviaderos se han automatizado y se han dotado de válvulas. Así, se formó una red híbrida de cisternas, colectores, depuradoras y tuberías que discurrían por el subterráneo parisino, lo que ha reducido significativamente las aguas residuales sin tratar que terminaban en el río. 

Samuel Colin-Canivez, ingeniero jefe de las grandes obras de saneamiento de París, en declaraciones recogidas por la revista TIME dijo que la solución propuesta consistía de la construcción de un depósito subterráneo de agua de lluvia del sureste de París, situado detrás de la estación de tren París-Austerlitz, justo debajo de la plaza Marie Curie.

Trabajadores en las obras de la cuenca de Austerlitz.

Trabajadores en las obras de la cuenca de Austerlitz. Anne-Christine Poujoulat Getty Images

Tal como reporta la revista, cuyo equipo pudo visitar las instalaciones, la megaconstrucción mide casi lo mismo que 20 piscinas olímpicas y puede retener hasta 45.000 m³ de agua de lluvia. Y cuando se complete la obra, medirá 50 m de ancho y 34 de profundidad. Así se evitarán las crecidas del Sena que terminan tragando basura. Una vez acabadas las obras, un túnel unirá el depósito de aguas fluviales con la orilla, desviándolas del sistema de alcantarillado. Se introducirá lentamente en la red para ser tratadas en las plantas de tratamiento de aguas residuales y volverán a la corriente fluvial. 

Modelado 3D de la balsa de almacenamiento-tratamiento-retorno de agua de 46.000 m3.

Modelado 3D de la balsa de almacenamiento-tratamiento-retorno de agua de 46.000 m3. SADE

Desde 2016, el Estado francés —y las autoridades locales a través de cinco proyectos— ya ha invertido unos 1.400 millones de euros para limpiar el Sena y su principal afluente, el Marne. Los organizadores de los JJ. OO. afirmaron, tal como recoge France 24, que se ha reducido el desbordamiento de las aguas contaminadas al Sena. Además, se ha puesto en marcha un sistema de monitorización del estado del agua para garantizar la seguridad de los atletas, con muestreos cada hora y pruebas de laboratorio. 

Un problema fecal

Lo que impidió en agosto de 2023 que los paratriatlones y los nadadores de relevos (y más tarde los atletas de la Copa Mundial de Natación en Aguas Abiertas) pudieran zambullirse en el Sena, como lo hicieron días antes los atletas de triatlón masculino y femenino, no fue un colapso inesperado del río. Lo que provocó el contratiempo, según los organizadores, fue una válvula defectuosa.

Los resultados de las pruebas de calidad del agua registraron niveles altos de la bacteria E. coli en el agua del río. Según las mediciones, superaba hasta seis veces el umbral —hasta 1.000 unidades formadoras de colonias de E.coli por 100 mL— establecido por World Aquatics, la federación deportiva que se dedica a regular las normas de la natación competitiva a nivel internacional. 

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Las autoridades locales reafirmaron —obviando el problema técnico— que el "mayor riesgo" seguían siendo las "lluvias excepcionales". "Permaneceremos en este lugar extraordinario, pase lo que pase", declaró Tony Estanguet, jefe del comité organizador de París 2024 y antiguo campeón de piragüismo, en declaraciones. Queremos preservar esta ambición".

"No hay plan B", insistieron los organizadores a The Guardian hace unos meses. Aunque lo cierto es que ya están preparados para lo peor, pese a los convencimientos  de que "en periodos secos, podemos mantener la bañabilidad del Sena", en boca de Rabadan en declaraciones a medios locales.

Se ha ideado un plan de contingencia que permitiría aplazar unos días las pruebas de natación si la calidad del agua no es la adecuada. "Podemos intentar retrasar las fechas de la competición uno o dos días para poder recuperar la buena calidad del agua", declaró al diario británico Pierre Rabadan, teniente de alcalde de París.

Con esta maniobra se pretende evitar otra oleada de quejas por parte de los atletas, que ya manifestaron su descontento con respecto a la calidad del agua de la bahía de Tokio en los juegos olímpicos de 2019 y de la bahía de Guanabara en Río 2016.

Aunque hay quienes están dispuestos a nadar en el Sena, aunque su estado sea inadecuado. "Aunque el agua esté sucia, prefiero nadar en un ambiente eléctrico en el centro de París que en una extensión de agua anónima", dijo el atleta olímpico francés Marc-Antoine Olivier a France 24. A lo que añadió: "Nadar en un lugar histórico va a ser increíble".

Poner a punto el Sena para la cita olímpica podría no ser el último reto al se enfrenten las autoridades de la ciudad. Aunque sirve de antesala para el regalo que Anne Hidalgo quiere dar a los parisinos: las 26 piscinas que discurrirán por el río después de los JJ. OO. Todo dependerá de la eficiencia del sistema que se implemente y que el tiempo acompañe para garantizar que las bacterias E.coli y enterococos no se cuelen en el sistema.