Los jóvenes demandantes y el equipo de abogados de la Red Global de Acción Legal hablan con la prensa en el TEDH.

Los jóvenes demandantes y el equipo de abogados de la Red Global de Acción Legal hablan con la prensa en el TEDH. Cedida GLAN Estrasburgo

Historias Derechos humanos y cambio climático

El TEDH podría condenar a España y otros 31 países por inacción climática: las claves de un juicio sin precedentes

El 9 de abril el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictará sentencia del caso contra 32 países por no poner freno a la crisis ecológica.

4 abril, 2024 01:43

El pasado septiembre, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos acogió la audiencia de un juicio climático llamado a ser histórico. Así tomaba carrerilla una verdadera lucha de David contra Goliat que previsiblemente llegará a su fin el próximo martes 9 de abril cuando el TEDH dicte sentencia.

La historia parece sacada de una novela: 6 jóvenes portugueses, de entre 12 y 24 años, y la Red Global de Acción Legal (GLAN, por sus siglas en inglés) consiguieron que, el 27 de septiembre de 2023, Estrasburgo sentase en el banquillo a 32 países, los 27 de la UE y Noruega, Rusia, Suiza, Turquía y Reino Unido, por su inacción climática. Era la primera vez que a este tribunal europeo llegaba un caso climático de tal envergadura.

El caso Duarte Agostinho y otros contra Portugal y otros 31 Estados no empezó en 2023 ni acabará, previsiblemente, en 2024. Fue en 2017 cuando Youth4ClimateJustice, o Cláudia Duarte Agostinho (24 años), Martim Agostinho (21 años), Mariana Agostinho (12 años), Catarina Mota (23 años), Sofía Oliveira (19 años) y André Oliveira (16 años), comenzaron un ‘crowfunding’ junto a la GLAN para poner en marcha su caso, que se presentó al TEDH en septiembre de 2020.

[El 'David vs. Goliat' de la justicia climática: 6 jóvenes llevan a Europa ante Estrasburgo por su inacción

Ahora, André asegura en un encuentro digital con medios que “no importa lo que pase el martes”, su lucha no se detendrá. “Seguiremos intentando obligar a nuestros gobiernos a tomar medidas para luchar contra el cambio climático, porque no hacerlo vulnera nuestros derechos”, insiste. Y es que los seis lo tienen claro, como también todas las organizaciones que, poco a poco, han ido sumándose a su cruzada, como la Fundación Avaaz, Amnistía Internacional, Greenpeace, Save the Children o el Comisionado Europeo de Derechos Humanos.

El objetivo de estos jóvenes no es otro que protegerse a sí mismos —y al resto de los habitantes del planeta— de las violaciones de derechos humanos ligadas a las catástrofes climáticas presentes y futuras. Porque, asegura Catarina, lo que buscan es “obligar a los gobiernos a tomar cartas en el asunto y protegernos a todos”. Y demostrar, así, como indica Sofía, que el Gobierno luso, como lo han hecho otros en la UE, mienten al recriminarles que sus “miedos sobre el futuro” son fruto de su “imaginación”.

Sobre todo porque, como recuerda Gerry Liston, abogado sénior de la GLAN, desde Naciones Unidas han repetido “en demasiadas ocasiones” que el cambio climático repercute en los derechos humanos. Ya en 2020, su secretario general, António Guterres, dijo ante el Consejo de DDHH que “la crisis climática es la mayor amenaza para nuestra supervivencia como especie y ya está amenazando los derechos humanos en todo el mundo”.

De fallar a favor de los jóvenes de Youth4ClimateJustice, el tribunal de Estrasburgo estaría sentando jurisprudencia y, explica Liston, “acelerará los procesos que ya están en juicio en diferentes países de la Unión”. Sería, explican desde GLAN, el equivalente a un tratado vinculante a nivel regional: obligaría a los 32 gobiernos a aumentar sus ambiciones climáticas y actuar acorde.

7 años de lucha

La llama de la lucha de estos jóvenes no es nueva: prendió hace ya 7 años, cuando algunos de ellos eran apenas preadolescentes. Y fueron precisamente los 17.698 focos de incendios de Portugal de 2017 que hicieron arder casi medio millón de hectáreas en el país luso los quée les impulsó a actuar. En concreto, 496.646 hectáreas acabaron calcinadas y 109 personas perdieron la vida aquel año en lo que, para el Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques (ICNF), se convirtió en el peor megaincendio de Portugal desde los años 90.

Aquellos hechos impactaron sobremanera a los seis jóvenes; tanto como para decidir hacer algo al respecto. Y “desde entonces, las cosas no han hecho más que deteriorarse”, lamenta André, quien explica que de ahí la importancia de la sentencia de este macrojuicio. “Cómo no va a atentar contra nuestros derechos humanos que Portugal se esté convirtiendo en un país con clima tropical”, se queja.

Los seis portugueses reconocen estar “asustados” por lo que les deparará el futuro; a ellos y a toda su generación. “¿Va a ir la cosa a peor?”, pregunta André. Y todos claman al unísono que “ningún gobierno está haciendo nada significativo para mitigar el cambio climático”.

El impacto climático en los jóvenes

Según la Red Global de Acción Legal, estos jóvenes “ya están experimentando los impactos del cambio climático de manera significativa”. Especialmente, matiza, como resultado del aumento de las temperaturas extremas. En concreto, indica, “durante las últimas olas de calor han visto restringida su capacidad de pasar tiempo al aire libre, hacer ejercicio, dormir o concentrarse”.

Como les sucede a otros jóvenes en todo el planeta, los demandantes, dicen desde la organización que se encarga de su caso, ven determinadas enfermedades “condicionadas por la temperaturas extremas”, como es el caso del asma.

Tal y como aseguran desde la Panel Intergubernamental contra el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), el planeta va rumbo a un calentamiento “catastrófico” de 3ºC por encima de las temperaturas preindustriales. Esto, indican desde GLAN, sucederá “durante la vida de los demandantes”.

Y es precisamente por eso, argumentan, por lo que el caso se centra también en “los futuros riesgos y daños” que provocará el calentamiento global. Esto incluye la intensificación de los incendios forestales, las lluvias torrenciales y la presencia de enfermedades infecciosas, como sucedió con la Covid-19.

Aunque su caso también pone el foco en el efecto que la crisis climática y “inacción gubernamental para atajarla” tienen en su salud mental. Para demostrar estos efectos, explican desde GLAN, han presentado “evidencia científica que demuestra que la ecoansiedad está ampliamente extendida entre los jóvenes”.

[Cómo saber si padeces ‘ecoansiedad’ y qué puedes hacer para combatirla]

Los DDHH que se habrían violado

Para construir su demanda, Youth4ClimateJustice ha recopilado los artículos de la Convención Europea de Derechos Humanos que, dicen, los Estados han venido violando con su inacción climática:

Artículo 2. Derecho a la vida: el derecho de toda persona a la vida está protegido por la ley.

Artículo 3. Prohibición de la tortura: nadie podrá ser sometido a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes.

Artículo 8. Derecho al respeto a la vida privada y familiar: toda persona tiene derecho al respeto de su vida privada y familiar, de su domicilio y de su correspondencia.

Artículo 14. Prohibición de discriminación: el goce de los derechos y libertades reconocidos en el presente Convenio ha de ser asegurado sin distinción alguna, especialmente por razones de sexo, raza, color, lengua, religión, opiniones políticas u otras, origen nacional o social, pertenencia a una minoría nacional, fortuna, nacimiento o cualquier otra situación.

¿Qué podría ocurrir el 9 de abril?

Las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos son “legalmente vinculantes”, recuerdan desde GLAN. Por eso la resolución de este juicio podría ser histórica. Pero, ¿qué podría suceder?

El próximo martes 9 de abril podrían darse tres escenarios diferentes, que influirían tanto en el caso Duarte Agostinho como en los otros dos casos climáticos —nacionales— que están vistos para sentencia ese mismo día en el TEDH: KlimaSeniorinnen contra Suiza y Carême contra Francia.

En el primero de ellos, el tribunal se pronuncia tanto a favor del caso Duarte Agostinho como del de KlimaSeniorinnen. Este sería, para los demandantes, el mejor resultado posible, pues significaría “una victoria sin precedentes para todas las generaciones”, indican sus abogados.

En el segundo, el tribunal se pronuncia a favor del caso KlimaSeniorinnen y en contra del de Duarte Agostinho. Si esto ocurriese, explica André, uno de los jóvenes demandantes, “sería también una victoria para todos”. Y desde GLAN lo explican: “Este resultado marcaría, de todas maneras, un nuevo capítulo en la litigación y en la acción climática, puesto que todos los países europeos tendrían que acatar el mandato inmediatamente y no solo Suiza”.

En el último, el TEDH considera “inadmisibles” ambos casos. Esto, explican desde la Red Global de Acción Legal, significaría que “los demandantes no cumplen los criterios necesarios y su caso se ha rechazado”. De ocurrir, insisten, “la validez de la demanda no desaparece, por lo que seguirán abogando por una acción climática más fuerte”.

Tal y como explican desde GLAN, “cualquiera que sea el veredicto, será un punto de inflexión en la lucha por un clima habitable para todos”. En este momento, el caos Duarte Agostinho ya ha hecho “historia legal”, indican desde la organización, pues se trata del primer juicio climático del TEDH.

Cronología de un caso histórico

Septiembre de 2017. La GLAN y los seis jóvenes activistas lanzan un crowdfunding para armar el caso.

Septiembre de 2020. El caso se presenta ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Octubre de 2020. El TEDH acelera el caso por la "importancia y urgencia de las cuestiones planteadas".

Noviembre de 2020. El TEDH pide a los Estados demandados que respondan al caso e introduce, por propia iniciativa, una pregunta sobre si se está violando el derecho de los jóvenes solicitantes a no ser sometidos a torturas o tratos inhumanos o degradantes.

Febrero de 2021. El TEDH rechaza la solicitud conjunta de los Estados demandados de anular la vía rápida del caso y permitirles limitar sus argumentos iniciales a la "inadmisibilidad" del caso.

Mayo 2021. Se presentan varias "intervenciones de terceros" que apoyan a los demandantes. Se unen a ellos Amnistía Internacional, Greenpeace, Save the Children y el Comisionado Europeo de Derechos Humanos.

Agosto de 2021 a junio de 2022. Los jóvenes y los Estados demandados intercambian argumentos escritos.

Junio de 2022. El TEDH remite el caso a la Gran Sala de 17 jueces, esa que solo considera una pequeña fracción de los casos de “importancia excepcional”.

Junio 2022 a marzo de 2023. Nuevo intercambio de argumentos escritos entre las dos partes.

29 de marzo de 2023. Se celebra la vista de otros dos casos climáticos ante la gran sala: KlimaSeniorinnen contra Suiza, y Carême contra Francia.

27 de septiembre de 2023. Se celebra la vista del caso Duarte Agostinho y otros contra Portugal y otros 31 Estados ante la gran sala.

9 de abril de 2024. Resolución de los tres casos climáticos que lleva la gran sala del TEDH: Duarte Agostinho y otros 5 contra Portugal y otros 31 Estados, KlimaSeniorinnen contra Suiza, y Carême contra Francia.