San Isidro Labrador, patrón de Madrid y de los agricultores, está íntimamente relacionado con la lluvia y las buenas cosechas. Cada 15 de mayo, los religiosos sacaban al santo a pasear alrededor de la ermita esperando que la gracia divina favoreciera sus cosechas. También era una excusa para tumbarse en La Pradera de romería.
Hoy, los labriegos intentan lo mismo con innovación y ciencia y se acercan cada vez más a prácticas ecológicas y datos. Las técnicas de permacultura buscan mejoras tangibles a través de la calidad del suelo y para eso las nuevas tecnologías ayudan en la planificación.
La agricultura regenerativa tiene muchos nombres: orgánica, permacultura, sostenible, de bajo impacto... pero la esencia consiste en que los cultivos trabajen en sintonía con la naturaleza; que la biodiversidad ayude a controlar las plagas; que la ausencia de productos químicos beneficie la resiliencia de los cultivos; y que la rotación de cultivos diversifique la producción.
Lo tradicional se ha fusionado con la tecnología; IA también ha llegado al campo y ayuda a recolectar datos y analizarlos comparándolos con una serie histórica de hasta cinco años. Estudia datos relativos a la fertilidad del suelo, el nivel de humedad o el crecimiento de los cultivos, explica Vasyl Cherlinka, investigador de EOS Data Analytics, proveedor mundial de análisis de imágenes por satélite basados en IA, en una entrada del blog de la tecnológica. Esto ayuda a hacer mapas de productividad y vegetación.
Los mapas de productividad se basan en datos históricos y facilitan a los agricultores la aplicación de una siembra selectiva de los cultivos apropiados, mientras que los mapas de vegetación revelan qué fitosanitarios —mezcla de químicos que protegen los cultivos— usar y en qué cantidades. Cherlinka añade que los datos recogidos también "ayudan a programar los eventos de riego de acuerdo con las necesidades reales de agua de las plantas". La capacidad de analizar una gran cantidad de datos mejora la planificación, que es la base de la agricultura.
"La agricultura convencional se fundamenta en la idea de obtener el mayor rendimiento posible y eso se traduce en aprovechar el 100% del campo con el mismo cultivo", continúa Cherlinka. Por el contrario: "La agricultura orgánica tiene un enfoque basado en el uso solo de productos naturales que no afectan a ningún organismo vivo ni microorganismos que pueblan el suelo, ni a las propias plantas y las personas".
Esto se consigue con acciones sencillas como mantener una cubierta vegetal para 'blindar' los suelos o minimizar los arados para mantener la humedad en la tierra. Otra práctica común es reducir el uso de productos químicos. Se buscan los buenos resultados con soluciones basadas en la ciencia y los datos.
Además, se combina con ganadería extensiva que favorece la salud de los suelos. El ganado rumiante que pace por los campos ayuda a mover los nutrientes. Así, junto a la reducción de productos químicos, los micronutrientes encuentran un campo favorable. La tierra sana contiene millones de microorganismos e insectos que renuevan constantemente los nutrientes que luego absorben las plantas a través de sus raíces.
Más agua, menos plagas
Las técnicas de agricultura regenerativa mejoran la calidad del suelo. Una de las técnicas más comunes es hacerle una cubierta vegetal alrededor de los cultivos. Esto protege la tierra del sol y evita la evapotranspiración de la humedad.
Josefina Contreras, profesora de ingeniería agronómica en la Universidad Politécnica de Cartagena y miembro de la junta directiva en la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE), explica que esto es una forma simple de evitar las correntías. "Cuando llueve, esos suelos con cubierta vegetal son capaces de retener más agua", y añade: "Sobre todo si lo comparamos con suelos desnudos o con suelos después de un laboreo; las cubiertas vegetales permiten conservar mejor el suelo".
También estas técnicas tienen ventajas relacionadas con la salud de las plantas. Según Contreras, son directas e indirectas. Las primeras porque las cubiertas vegetales albergan insectos que son los enemigos naturales de las plagas, y las segundas porque al haber más materia orgánica en el suelo las plantas "crecen más fuertes" y se hacen "inmunes al ataque de plagas y enfermedades".
Desde la Federación de Consumidores y Productores Ecológicos resumen que es frecuente que se asocien diferentes tipos de cultivos para evitar las plagas; es habitual que se promueva la rotación de cultivos y dejar descansar la tierra con temporadas de barbecho. La agricultura convencional apuesta por el uso masivo de plaguicidas para combatir las enfermedades, pero también eliminan la fauna y flora auxiliar, los agentes de control naturales.
La UE rebaja las exigencias
En los últimos meses, se han sucedido las protestas los agricultores en toda Europa, no solamente en España. Los reclamos eran similares: desde un exceso de burocracia a una competencia desleal de países extracomunitarios que no tienen tantas restricciones ambientales como los europeos. En la última reunión de la Eurocámara se dio luz verde a rebajar las exigencias para acceder a las ayudas de la Política Agraria Común (PAC).
Además, en los últimos dos años, los agricultores se han visto especialmente afectados por la el aumento de los precios de la energía y los vaivenes del mercado provocados por la guerra de Ucrania, uno de los principales exportadores de trigo a nivel mundial. Esto ha mantenido los costes de producción altos en el punto de origen y se mantiene en la línea de producción hasta llegar a las superficies.
Los cambios han dejado fuera a las explotaciones pequeñas de menos de 10 hectáreas, que quedan fuera de los controles y las sanciones relacionadas con las condiciones que se tienen que cumplir para ser apto para los pagos. Los ajustes se han acordado en deferencia a las protestas de los trabajadores del campo que se quejaban del papeleo necesario que hay que cumplir.
"El texto logra un cuidadoso equilibrio entre la necesidad de mantener las ambiciones de sostenibilidad contenidas en la actual PAC y garantizar que las preocupaciones de los agricultores se aborden de manera efectiva y rápida", han dicho desde el Consejo. Además, esto tendrá efecto retroactivo en todas las solicitudes emitidas este año.
De este modo, en caso de que aprueben las ayudas, se será más flexible para decidir qué tierras apoyar y con qué cuantía económica. Así podrán basarse en las necesidades de cada región. También a los agricultores solo se les recomendará dejar tierras en barbecho mediante calendarios y planes, levantando la obligatoriedad.