12 meses, 12 récords. En mayo, el planeta ha celebrado su aniversario más triste, aunque sin demasiada expectación, ya que Copernicus —el servicio de cambio climático de la Comisión Europea— lleva desde junio del 2023 alertando al mundo de lo que estaba por ocurrir de acuerdo con los datos recopilados desde entonces. El mes pasado fue el duodécimo más cálido en la superficie de la Tierra desde que hay registros, con lo que se ha cumplido oficialmente un año con récords mensuales consecutivos de calor.
La tendencia comenzó a finales de la primavera pasada con la llegada de un nuevo episodio de El Niño y se ha mantenido hasta nuestros días. En mayo, la temperatura promedio del aire fue de 15,91 ºC, unos 0,65 ºC por encima del promedio de 1991 a 2020, y 0,19 ºC sobre el máximo anterior registrado en 2020. Además, los termómetros se calentaron hasta 1,52 ºC sobre la media preindustrial, y, en el mar, las temperaturas registraron los valores más altos correspondientes al mes.
Con estas cifras, el mundo vive ya un año histórico. Aunque entre 2015 y 2016 se produjo una racha similar a la que vemos ahora, la temperatura promedio mundial de estos últimos 12 meses ha sido la más alta jamás registrada, 0,75 ºC por encima del promedio de 1991 a 2020 y 1,63 ºC sobre la media de 1850 a 1900. Nada que celebrar, al menos no para la Organización de Naciones Unidas (ONU), cuyo secretario general, António Guterres, lanzó el pasado 5 de junio una advertencia: "Estamos jugando a la ruleta rusa con nuestro planeta".
En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, el que anteriormente fuera primer ministro de Portugal instó a los gobiernos del mundo a que se comprometan a seguir luchando contra la crisis climática. "Todo depende de las decisiones que tomen o dejen de tomar los líderes actuales, especialmente en los próximos 18 meses. Es la hora de la verdad", expresó tajante en una intervención desde el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York.
Tanto el máximo representante de la ONU como la Organización Meteorológica Mundial (OMM) dependiente de la institución, coinciden en que el planeta se queda sin tiempo. Las estimaciones más recientes auguran una probabilidad del 80% de que la temperatura global supere temporalmente los 1,5 ºC por encima del nivel preindustrial en los próximos cinco años. Por su parte, desde Copernicus recuerdan que, si no se rompe con esta tendencia, "2023/2024 pronto acabará pareciéndonos un año genial como lo hace ahora [el tramo de] 2015/2016".
Samantha Burgess, directora del programa, sitúa las emisiones de gases de efecto invernadero y la intensificación de El Niño en el Pacífico tropical como principales responsables de las subidas en los termómetros de todo el globo. Asimismo, advierte que, mientras no se alcancen las cero emisiones netas, "el clima seguirá calentándose, batiendo récords y produciendo eventos aún más extremos".
Una primavera histórica
Con los datos disponibles, Copernicus confirma que la primavera europea de 2024 fue más húmeda que la media en gran parte de Europa occidental, el oeste de Rusia y el sur del Cáucaso, así como el norte de la península ibérica. Se registraron precipitaciones estacionales récord en partes de Francia, Italia, los Países Bajos, Bélgica e Irlanda. Sin embargo, el clima fue más seco en el norte de Escandinavia, la mayor parte de Europa del Este y el este de España.
El Viejo Continente soportó su primavera más cálida, con termómetros 1,50 ºC por encima de la media y superando por 0,36 ºC a la primavera más calurosa anterior, que tuvo lugar en 2014. Además, en términos globales, mayo también ha batido récords al convertirse en el undécimo mes consecutivo desde julio de 2023 en alcanzar o superar el umbral de 1,5 ºC que marca el Acuerdo de París.
193 países más la Unión Europea se comprometieron a no superar tal límite en 2015. En cualquier caso, alcanzar estos récords a corto plazo no supone el incumplimiento permanente del objetivo, sino que debe observarse durante varias décadas para considerar que el clima se ha estabilizado por encima de los 1,5 ºC, recalca el informe. Como esto no ha sucedido, aún, con suerte, cabe la posibilidad de que el próximo año sea más frío que el actual.
Entre 2014 y 2023, el aumento promedio ha sido de 1,19 ºC en comparación con la era preindustrial, según un estudio publicado esta semana en Earth System Science Data en el que han participado más de 60 investigadores.
El Niño llega a su fin
Con respecto a lo que queda de año, la OMM ha anunciado recientemente que el fenómeno climático natural El Niño, en parte responsable de acentuar desde hace un año los efectos del calentamiento del planeta, "muestra signos de que está llegando a su fin".
En su lugar, los expertos esperan que a partir de junio se presenten las primeras condiciones de La Niña, que se distingue por unas temperaturas en la superficie del mar más frías en el Pacífico ecuatorial central y oriental, lo que da lugar a patrones meteorológicos opuestos a los que se asocian con El Niño, especialmente en regiones tropicales.
Sin embargo, en palabras de Ko Barrett, secretario general adjunto de la OMM, "el fin de El Niño no implica una pausa en el cambio climático a largo plazo, ya que el planeta seguirá calentándose debido a los gases de efecto invernadero que atrapan el calor. Las temperaturas excepcionalmente altas de la superficie del mar seguirán desempeñando un papel importante durante los próximos meses".
Las ONG piden justicia climática
Múltiples colectivos ecologistas y en defensa de los derechos humanos han reaccionado al informe de Copernicus. Entre ellos, Amnistía Internacional (AI), que a través de su asesora, Ann Harrison, recuerda que "la población de los países de bajos ingresos es la más afectada por esta crisis y la que menos medios tiene para hacerle frente". Quien contamina, reclaman, debe pagar, y eso implica "que los principales emisores históricos de gases de efecto invernadero, y otros Estados que pueden permitírselo, proporcionen más financiación".
A la luz de las recientes inundaciones en Brasil, Kenia y Alemania, y las olas de calor en India, en partes de Asia meridional y México, AI advierte del daño que se derivará del calentamiento global continuado "a menos que se emprendan acciones serias y significativas". Por ello, expresan, resulta más crucial que nunca que aumenten los recursos económicos requeridos para impedir un calentamiento aún mayor y para que las comunidades puedan adaptarse a sus realidades. "La inacción solo incrementará los costes para los derechos humanos como para las economías”, aseveran.
Y añaden, a través de un comunicado emitido esta semana: "La única respuesta segura para hacer frente a las causas fundamentales del calentamiento global es eliminar de forma gradual, pero rápida los combustibles fósiles y potenciar el cambio a fuentes de energía renovable. Instamos a las partes de la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático que se celebrará en Bonn [hasta el 13 de julio] a establecer una ruta clara hacia una mayor provisión de financiación climática".