Imagen de archivo de un termómetro durante una noche infernal del mes de julio en Sevilla.

Imagen de archivo de un termómetro durante una noche infernal del mes de julio en Sevilla. Joaquin Corchero Europa Press

Historias Olas de calor

Noche tropical, ecuatorial, tórrida o infernal: estas son las claves para sobrevivir al calor extremo nocturno este verano

Las temperaturas extremas, unidas al efecto isla de las ciudades, traen consigo noches en las que conciliar el sueño se complica.

30 julio, 2024 13:07

Julio está a punto de acabar marcado por las olas de calor que han azotado toda la península ibérica. Los avisos por altas temperaturas han sido constantes este mes y, con ellos, en buena parte del territorio se han venido alcanzando temperaturas nocturnas que rondan los 20 grados e incluso que superan los 30 en algunas poblaciones.

A medida que los grados aumentan en los termómetros se empiezan a repetir —en los medios, en las redes e, incluso, en las calles— que estamos viviendo noches infernales, tórridas, ecuatoriales o tropicales. El paraíso de Hades parece haberse instalado en la Tierra, tanto de día como de noche. 

Tras un mes en el que, tal y como recuerda el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, se ha vivido el día de julio (el 22) más caluroso desde que hay registro, los termómetros podrían volver a romper récords. Por eso, desde ENCLAVE ODS aclaramos algunos conceptos básicos sobre estas noches calurosas que nos han tocado vivir. 

¿Qué es la noche infernal?

En algunos puntos de la península ibérica, el sol se pone, pero el termómetro no cae. Y, como si el mismísimo príncipe de los infiernos convirtiese la Tierra en su ardiente patio de juegos, las temperaturas se mantienen por encima de los 30 °C.

Si bien en nuestro país no es lo más habitual, sí que se alcanzan estas mínimas durante las olas de calor en el que, se supone, debería ser el momento más fresco del día: la noche. Sin embargo, en las zonas más cálidas del planeta es algo cada vez más común. 

Cuando esto sucede, desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) hablan de noches infernales. Algo que, dicen, podría ser cada vez más común como consecuencia del calentamiento global y la subida generalizada de la temperatura media del planeta. 

¿Qué es la noche tórrida o ecuatorial?

Si las noches infernales no son tan comunes en nuestro país, buena parte de la población sí que sabe lo que es intentar dormir en una noche tórrida, también conocida como ecuatorial. Según Aemet, estas se producen cuando los termómetros no bajan de los 25 °C.  

 

Siguiendo la analogía de los infiernos, la llama de Hades es un tanto más suave, aunque aun así no deja conciliar el sueño. Algo cada vez más frecuente en muchos puntos de nuestro país. 

¿Qué es la noche tropical?

Ni la noche infernal ni la ecuatorial, la más común durante el verano —y especialmente durante las olas de calor— en España sería la tropical. Es decir, aquella en la que el mercurio no baja de los 20 °C

Según datos de la Aemet, son las islas Canarias las que intentan dormir durante más noches tropicales al año: alrededor de 90. Cádiz, Almería o Melilla siguen al archipiélago con más de 80 noches tropicales anuales. 

Madrid suele encontrarse con unas 30 noches tropicales cada verano. Y Cáceres, Toledo, Ciudad Real o Zaragoza, con entre 20 y 30. En muchos de estos casos, además, las temperaturas se encuentran más cercanas a las noches ecuatoriales que a las tropicales, y se quedan muy cerca de cruzar su frontera. 

Dormir o no dormir, esa es la cuestión

Según los expertos, la temperatura idónea para dormir estaría entre los 16 °C y los 20 °C. Cuando los termómetros suben, conciliar el sueño se torna complejo. Estos son algunos consejos para intentarlo. 

Claves para dormir a más de 21 grados

Ducha templada. Antes de acostarse, una ducha con agua templada —nunca fría— ayuda a regular la temperatura corporal.

Busque las corrientes de aire. Estas pueden ayudar a refrescar la temperatura interior de la habitación, aunque no siempre es posible encontrarlas. 

Baje persianas y cierre ventanas por el día. Correr las cortinas también son una buena opción, especialmente en el cuarto en el que se vaya a dormir por la noche. Cuando el sol caiga, la clave está en abrir ventanas y ventilar durante toda la noche.

Refrésquese antes de dormir. Puede usar una toalla húmeda que haya dejado en el congelador por el día para pasarla por la nuca, muñecas, parte trasera de rodillas, cuello y tobillos. Así, se refrescan los puntos clave.

Las sábanas son la clave. Las de algodón traspiran y soportan mejor el calor corporal.

Cubitos de hielo. Colóquelos frente al ventilador para que se refresque el ambiente.