"Es un hábitat precioso e indispensable", así define Celia Ojeda, responsable del Área de Biodiversidad de Greenpeace, la importancia de los manglares en declaraciones a EFE Verde. Estos lugares surgen en un rincón olvidado de la costa, donde la tierra y el mar se encuentran en un conjunto de raíces y agua salada.
Son ecosistemas dominados por árboles y arbustos que han desarrollado condiciones especiales para vivir, y sus plantas evolucionan para subsistir en las intersecciones entre la tierra y el mar. Las mareas diarias inundan sus raíces y las olas traen consigo un cóctel salino que pocos organismos podrían soportar.
Se encuentran distribuidos en regiones tropicales y subtropicales a lo largo de las costas del mundo, especialmente en América Latina, el sudeste asiático y partes de África. Países como Indonesia, Brasil, México o Australia albergan vastas extensiones de manglares, formando cinturones verdes a lo largo de sus costas.
Sin embargo, estos no son los únicos lugares donde se encuentran, se puede ver una versión más pequeña en áreas templadas, como el sur de Estados Unidos.
Claves para el ecosistema
Los manglares actúan como un vivero natural para numerosas especies de peces, crustáceos y moluscos, sirviendo como áreas de reproducción y refugio para las crías. Sin ellos, muchas especies comerciales que sustentan la pesca global se verían gravemente amenazadas, afectando a millones de personas que dependen de estos recursos para su subsistencia.
Además, funcionan como filtros naturales, reteniendo sedimentos y nutrientes que provienen de la tierra y el mar, lo que ayuda a mantener la calidad del agua y protege los ecosistemas marinos cercanos, como los arrecifes de coral.
Al atrapar los sedimentos, los manglares previenen la erosión costera, estabilizando el nivel del mar y reduciendo la pérdida del suelo. Y no solo eso; su intrincado sistema de raíces forma barreras naturales que amortiguan la fuerza de las tormentas, los huracanes y los tsunamis, protegiendo a las comunidades costeras de los peores efectos de algunos fenómenos naturales.
"Los manglares soportan bien la fuerza de los vientos, son una barrera física", explica Alejandra Calzada, coordinadora de Adaptación al Cambio Climático de WWF México, en declaraciones a EFE Verde.
Pero los manglares esconden muchos más secretos. Poseen una capacidad especial para capturar y almacenar carbono y, así, se convierten en la 'kryptonita' contra el cambio climático. "Retienen hasta cuatro veces más carbono por hectárea que otros tipos de bosques, lo que significa que su pérdida genera una cantidad sumamente alta de emisiones de gases de efecto invernadero", tal como indican desde WWF.
En total, se estima que los manglares almacenan alrededor del 17% del carbono costero global. Por ello, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) se considera que, de no protegerlos, se podrían perder 8.000 millones de toneladas para 2050.
Una amenaza presente
Sin embargo, a pesar de su importancia para el medioambiente, estos lugares están bajo amenaza en todo el mundo. Más de la mitad de los manglares del planeta, según un informe de la UICN, están en riesgo de colapso para 2050 si no se implementan medidas de protección.
Estos ecosistemas tienen cierto nivel de inundación y salinidad que pueden tolerar, pero cuando se construyen barreras que obstruyen el flujo natural del agua, los manglares comienzan a degradarse rápidamente, lo que pueden llevar a su pérdida completa. Tal como asegura Ojeda, la construcción de carreteras e infraestructuras afecta al esquema hidrológico de los mangales, que depende de un balance muy delicado.
Además, la expansión de la acuicultura ha sido uno de los factores más devastadores para los manglares, especialmente en regiones de Asia y América Latina. En particular, la cría de camarones ha sido responsable de la tala masiva de manglares, lo que ha llevado a la destrucción de grandes áreas de estos ecosistemas.
Y eso mismo también impacta en la economía, según señala Ojeda: "Un langostino que no haya destruido un manglar es aquel que ha sido capturado cerca de España y tendrá un coste más alto, porque evidentemente su captura es mucho más difícil".
Proteger los manglares
A nivel global, se están implementando diversas iniciativas para proteger y restaurar los manglares. En Ecuador, por ejemplo, el proyecto 'Manglares para el clima', liderado por el Ministerio del Ambiente, con el apoyo del Fondo verde para el Clima, busca aumentar la superficie de estas áreas bajo manejo sostenible a 150.000 hectáreas y reducir el riesgo de inundaciones en áreas costeras.
Esta iniciativa también tiene como objetivo disminuir unas 732.000 toneladas de dióxido de carbono durante su periodo de ejecución, lo que demuestra el impacto positivo que estas acciones pueden tener.
En Kenia, el proyecto de 'Bosques Azules' es una muestra de cómo la conservación de estos lugares puede combinarse con el desarrollo económico. Apoyado por la ONU, esta iniciativa utiliza la venta de créditos de carbono en el mercado como una herramienta para, según afirma Gabriel Frimsditch, experto en medioambiente de Naciones Unidas, "conservar y restaurar más de 4.00 hectáreas de manglares en el condado de Kwale", mientras apoya los medios de vida de más de 8.000 personas.
En el caso de México, la legislación ha jugado un papel clave en la protección de los manglares. A diferencia de otros países, aquí está prohibido —casi en su totalidad— realizar cualquier tipo de actividad que transforme estos ecosistemas.
Además, la mayoría de los manglares están dentro de áreas protegidas, lo que fortalece su conservación. Sin embargo, como señala Calzada, "sabemos que hay que hacer todavía un mayor esfuerzo" para asegurar que estos ecosistemas se mantengan y se restauren.
Porque, asegura, "la conservación debe ser siempre el enfoque prioritario. Si podemos conservar los que hoy están en pie, los que hoy almacenan carbono, los que hoy tienen toda la biodiversidad, es una estrategia más costoefectiva que la restauración, aunque en muchos casos ambos enfoques son necesarios".