En lo que va de verano, España ha sufrido tres olas de calor sofocantes, con temperaturas que alcanzaron los 43 °C en el sureste. Pero es el calor del mar lo que preocupa especialmente a algunos expertos.
Los baños en la costa mediterránea este verano cada vez son menos refrescantes. El Mare Nostrum se ha visto afectado por temperaturas récord este mes de agosto, una amenaza creciente para las comunidades costeras desde España hasta Grecia.
Los científicos han advertido que la temperatura diaria de la superficie del mar Mediterráneo alcanzó los 28,9 °C, llegando a casi 32 °C cerca de Egipto. Lo más preocupante es la duración de esta ola de calor marina. El programa de observación Copernicus de la UE ha dicho que las temperaturas han superado los 28 °C desde el 6 de agosto, "el período más prolongado por encima de este umbral".
Mercator Ocean International, una organización no gubernamental que realiza estudios oceánicos, dijo que el calor será cada vez mayor. "Entre Grecia y Libia, la ola de calor marina alcanzará categorías severas y localmente extremas", advirtieron hace unos días.
Se espera que las olas de calor mediterráneas se vuelvan más frecuentes y severas a medida que el planeta se calienta; los océanos absorben la gran mayoría del calor producido por la actividad humana.
El Mediterráneo, el más amenazado
Este litoral es el que más rápido se calienta del mundo, según un informe de la organización ambiental WWF. La tropicalización del Mare Nostrum, la pérdida de biodiversidad o la degradación de los hábitats marinos son algunos de los impactos. De hecho, se calienta un 20% más rápido que la media mundial.
Pero ¿por qué especialmente el Mediterráneo? Los estudios señalan que al ser un mar cerrado, que solo tiene conexión con los océanos a través del estrecho de Gibraltar, el flujo de agua que entra o sale es muy pequeño.
También está más amenazado que otros por su ubicación geográfica, cercana al trópico de Cáncer, y por ser una masa de agua relativamente pequeña.
Por su parte, Greenpeace aporta algunos problemas añadidos al calentamiento del planeta. "El Mediterráneo también está amenazado por gran cantidad de impactos perjudiciales causados por la actividad humana entre los que se cuentan la sobrepesca, las técnicas de pesca destructivas y la contaminación".
En su informe Reservas Marinas para el mar Mediterráneo, la modificación y destrucción de los hábitats marinos y costeros como consecuencia de prácticas de desarrollo inadecuadas y una mala gestión constituyen asimismo problemas importantes. Estos factores están degradando de forma ininterrumpida el mar Mediterráneo.
Deterioro del mar
Las consecuencias más visibles son el aumento de tormentas destructivas, como se vio el año pasado cuando la tormenta Daniel dejó bajo el agua parte de la región de Grecia más agrícola.
Las temperaturas cálidas también son demoledoras para los ecosistemas marinos, ya que provocan la proliferación de algas tóxicas y hacen que las aguas costeras sean inhóspitas para muchas especies marinas.
Las praderas de Posidonia oceanica, las poblaciones de gorgonias (corales) y las nacras, entre otras, se han reducido en toda la región, llegando a extinguirse totalmente en algunas zonas, asegura el informe.
Las medusas son una notable excepción, no solo resisten bien el cambio de la temperatura del mar, incluso lo agradecen. Tanto es así que en la Costa Brava (Cataluña) se ha registrado un aumento del 41% en picaduras que requieren atención médica entre mayo y agosto en comparación con el mismo período en 2023.
Todo esto hace que la población a lo largo de la costa mediterránea sea más vulnerable a condiciones climáticas extremas y a una posible pérdida de ingresos, y se espera que el turismo y la pesca se vean afectados significativamente a medida que el mar se calienta.