Imagen de un grupo de niños comiendo en el comedor del colegio.

Imagen de un grupo de niños comiendo en el comedor del colegio. monkeybusinessimages Istock

Historias

¿El comedor escolar, un lujo inasequible? Así se perpetúan las desigualdades, según un nuevo informe

Un nuevo informe de Educo refleja la realidad a la que muchas familias españolas se tienen que someter con la 'vuelta al cole'. 

5 septiembre, 2024 12:11

Septiembre; mes de cambios de rutina, nuevos propósitos, expectativas y preparativos para lo que viene. Sin embargo, donde muchos ven una oportunidad para empezar de cero y para tomar el día a día con más ganas, la realidad es algo distinta para otros. Cuando tienes hijos, no trabajas, o incluso cuando si lo haces, pero el sueldo no llega a fin de mes y, además, aterrizas en septiembre, la preocupación crece sin cesar. 

El noveno mes del año, con su consecuente regreso a las aulas, es sinónimo de gastos en los libros del nuevo curso, uniformes, material y, lo más importante, el comedor escolar; un servicio que resulta inaccesible para un gran número de familias españolas. Motivo por el que Educo, en su nuevo informe, Vuelta al cole, ¿vuelta al comedor?, busca destacar las dificultades que deben afrontar los más vulnerables. 

Y es que, lo que debería ser una asistencia esencial, como es la posibilidad de ofrecer comida nutritiva a los niños y niñas, parece haberse convertido en un lujo inasequible para muchas familias en España. 

Tal como se indica en el reporte, para aquellos en riesgo de pobreza, es decir, con ingresos por debajo del 60% de la renta media, el coste del comedor escolar puede llegar a representar entre el 16 y el 8% de sus ingresos totales

Además, explican, cuando hablamos de las familias que viven en pobreza extrema, —aquellas con un umbral de 15.385 euros anuales para un hogar con dos personas adultas y dos menores de 14 años—, "el comedor escolar supone, al menos, en el mejor de los casos, una sexta parte de los ingresos". 

Esto se convierte en una carga insostenible para los más desfavorecidos, que ya luchan para cubrir necesidades básicas como la vivienda y la alimentación diaria. Ahora, en esta frágil situación, deben hacer frente a la elección entre pagar el comedor o cubrir otros gastos esenciales, poniendo en peligro el bienestar y el desarrollo de los más pequeños. 

El reto de llegar a fin de mes

La crisis económica de 2008, la causada por el Covid-19 o los problemas de inflación, entre otros motivos, se han traducido en un impacto devastador para muchas casas españolas. De hecho, aseguran desde Educo, "más de 1.200.00 hogares con hijos menores de 18 años tienen dificultades para llegar a fin de mes". Un aumento significativo, en comparación con los años anteriores, porque cada vez es más común ver a familias atrapadas en una situación de vulnerabilidad económica. 

Además, el incremento del coste de la vida —potenciado especialmente tras la pandemia— ha afectado especialmente a las familias con menos ingresos. La cesta básica, aseguran desde la OCU, ha experimentado un incremento del 47% en los últimos cuatro años. Una evolución de precios que, sumado al estancamiento o disminución de los ingresos, ha hecho que el comedor represente un coste que muchas familias no se pueden permitir.

Niño pequeño haciendo la compra en un supermercado.

Niño pequeño haciendo la compra en un supermercado. Mr Vito Istock

Pero la situación empeora si hablamos de la oferta real de este servicio. El informe señala que, "en España, todavía hay más de un 15% de colegios públicos de primaria que no tienen comedor". Un déficit que se presenta elevado en comunidades autónomas con mayores niveles de pobreza infantil, donde el acceso a una alimentación adecuada puede marcar una diferencia esencial en la vida de los niños. 

En el caso de los adolescentes, es decir, aquellos que se encuentran cursando la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) la situación es más crítica aún. Solo el 16,7% de los centros públicos cuentan con este servicio, lo que, en otras palabras, significa que la gran mayoría de los jóvenes no tienen acceso a una alimentación digna durante una etapa crucial de su desarrollo físico. 

Y es que la falta de comedores en la secundaria no se limita el acceso a una alimentación equilibrado, sino que también perpetúa la desigualdad entre los estudiantes, especialmente en aquellos que provienen de familias menos pudientes. 

Insuficiencia de ayudas

En este escenario, la colaboración y apoyo de las instituciones se muestra insuficiente. Porque, exponen desde Educo, "la cobertura actual de becas y ayudas al comedor, llega solamente al 13,14% del alumnado de educación obligatoria". Un porcentaje que resulta escaso cuando la realidad es que, según explica análisis de AROPE, el riesgo de pobreza en la infancia no deja de crecer. 

Además, las desigualdades en la distribución de estas becas son evidentes a nivel regional. Por ejemplo, indican en el informe, comunidades autónomas como la Comunidad Valenciana han logrado una cobertura relativamente alta, donde "atienden al 80% del alumnado". Mientras, otras regiones, como Murcia, apenas logran cubrir al 17,4% de los estudiantes que necesitan asistencia. 

Una disparidad que continúa aumentando la disparidad de un sistema educativo en donde el lugar de residencia puede determinar la calidad de vida y las opciones de los más pequeños. 

Impacto en el bienestar

Pero la pobreza no solo afecta al acceso a bienes materiales o servicios como el comedor. Según Educo, más de 2,7 millones de niños y niñas en riesgo de pobreza y exclusión social comienzan el curso con "una mochila cargada" de desventajas. Lo que se traduce, indican, en "menos oportunidades en el presente y bajas expectativas de futuro" como resultado de esta situación. 

Porque, estos chicos y chicas, enfrentan dificultades más allá de las económicas. Deben lidiar con sentimientos de vergüenza, baja autoestima y exclusión social, lo que puede llegar a afectar su rendimiento académico y su desarrollo personal. 

Tanto es así, que el reporte destaca cómo la pobreza impacta negativamente en las relaciones sociales de los niños, afectando a su capacidad para integrarse con sus compañeros y desarrollarse en un entorno sano. 

Medidas de mejora

Ante esta realidad, Educo plantea una solución clara y urgente: la implementación de un "comedor escolar universal y gratuito para todas y todos". Una medida que, explican, no garantizaría el acceso a una alimentación adecuada, además de aliviar significativamente la carga financiera para las familias más vulnerables. 

Proponen que los Presupuesto Generales del Estado incluyan, para 2025, una nueva línea de financiación destinada a garantizar la gratuidad del comedor. Un hecho que, indican, requeriría de una inversión de "468 millones de euros", cofinanciados por las comunidades autónomas, para cerrar la brecha de desigualdad que afecta a tantas familias. 

Además, sugieren "la necesidad de mejorar el diseño y ampliar la cobertura e intensidad del sistema de ayudas y becas, así como el aumento de plazas y una mayor flexibilidad administrativa para eliminar las principales barreras de acceso existentes". Todo ello, insisten, con el objetivo de "encaminarnos a un comedor escolar universal y gratuito".