Tenerife se convierte en el 'hub' de la economía circular en España: residuos, materiales y energía, a debate
El CIRMAT, que ha tenido lugar los días 17 y 18 de octubre, ha puesto el foco en cómo evitar el impacto medioambiental por medio de la circularidad.
"No hemos venido aquí por el dinero, sino porque creemos que podemos hacer algo", aseguraba Alberto García-Peñas, presidente de CIRMAT24, profesor adjunto en la UC3M y secretario de asuntos académicos del Instituto de Química y Tecnología de Materiales 'Álvaro Alonso Barba'. Así arrancaba la primera jornada —de una cita doble— del CIRMAT (CIRcularidad para un Mundo Abierto y Transversal), celebrado en Santa Cruz de Tenerife los días 17 y 18 de octubre.
"Hemos perdido esa capacidad de circularidad que tenían nuestros abuelos. El malentendimiento de las últimas generaciones ha llevado a reciclar como algo ajeno al progreso y a la modernidad", apuntaba Juan José Martínez Díaz, Consejero Insular del Área de Investigación, Innovación y Desarrollo en el Cabildo de Tenerife.
Porque, ahora, decía García-Peñas, resulta complicado "convencer al mundo de que la economía circular es el camino cuando somos adictos a la economía lineal". Y ese cambio, explicaba Martínez Díaz, "significa una redifinición total de estos procesos, donde la innovación tecnológica juega un papel muy importante".
Por ese motivo, indicaba Candela Díaz García, vicerrectora de sostenibilidad e infraestructuras de la Universidad de La Laguna, "este congreso es una necesidad real y urgente". Pero, ¿qué es esto de la economía circular? Juan Fernando López Aguilar, actual europarlamentario, lo define como el proceso de "intentar alargar la vida de las materias para alcanzar un modelo que no se base en construir, utilizar y destruir".
Un ideal al que se ha sumado la comunidad internacional a través de los ODS y la Agenda 2030, donde se han propuesto descarbonizar la economía europea global en 2050 y, para 2030, al menos, un 50%. Para ello, dice López Aguilar, se debe "garantizar la reutilización, el derecho a reparar y la ausencia de greenwashing, es decir, toda una estrategia para combatir la obsolescencia programada".
Una propuesta que precisa, en palabras del europarlamentario, "movilizar recursos para conseguir los objetivos, lo que requiere terminales de investigación y de una ciudadanía persuadida y militante de valores". Porque, asegura Ángel Pablo Montañés Ríos, director general de transición ecológica y lucha contra el cambio climático del Gobierno de Canarias, "lo que antes considerábamos residual ahora lo podemos convertir en el motor de nuestra economía". Y eso es lo que han demostrado empresas, investigaciones e instituciones durante el CIRMAT.
El poder de la energía
Rosana Melián Domínguez, directora general de infraestructura viaria en la Consejería de Obras Públicas, Vivienda y Movilidad del Gobierno de Canarias, aseguró que en el archipiélago "tenemos unas condiciones climatológicas de sol y viento que son muy óptimas para la descarbonización". De hecho, a través de la implementación de ciertas medidas de eficiencia energética, indica, "conseguiremos el ahorro del 80%".
Porque, donde "antes el objetivo era reducir emisiones", dice Manuel García Alconchel, director de zona sur del negocio de construcción de ACCIONA, ahora se trata de "llegar a la neutralidad de carbono; sumando y devolviendo por todo lo malo que hemos hecho".
Un escenario donde las nuevas generaciones cobran un papel fundamental para seguir y mantener este nuevo modelo que aboga por la circularidad. Y así lo demuestra García-Peñas, quien expone que "poco a poco van incorporando en el programa educativo asignaturas de economía circular y los objetivos de desarrollo sostenible". Porque, asegura, "de aquí a cuatro años esta va a ser una realidad en todas las normativas y los modelos de negocio se van a reconvertir o desaparecerán".
Ejemplo de esta puesta en marcha en el campo energético es el proyecto que se está llevando a cabo desde Repsol bajo el nombre de Plastics2Olefins. Esta iniciativa, cuenta Aitor Romero Verdugo, científico en conversión primaria de la compañía multienergética, consiste "un proceso de pirólisis —degradación térmica del material— de alta temperatura del residuo plástico".
El diseño se desarrolla "a través de un tornillo de doble eje electrificado —situado en el reactor— que aporta el calor necesario para que la reacción tenga lugar". Luego, explica, "parte de ese plástico se convierte en gas. [...] Y como no tiene que pasar por los hornos de la unidad de craqueo a vapor, directamente se inyecta en la sección de recuperación". De este modo, Repsol logra reducir las emisiones en dos ocasiones: primero, al utilizar energía renovable en el tornillo del reactor y, después al evitar el paso por los hornos en la unidad petroquímica.
También es clave el papel del hidrógeno que, asegura Lourdes Vega, directora del RICH CENTER y Top 100, "puede salvar el planeta en algunas cosas". Porque, pese que "no es una fuente de energía sino un vector energético", puede resultar especialmente beneficioso para el transporte pesado, la combustión de combustibles fósibles, la metalurgia o el calor y frío. Aunque deja claro que "no es la solución, pero sí jugará un papel esencial como parte de ella".
Y es que, como bien dice Adriana Orejas, directora de procesos sostenibles de Repsol, "la gran industria tiene la responsabilidad de atacar este desafío, obteniendo productos circulares, pero también combustibles renovables que provienen de residuos". De ahí, "la captura de CO₂ como habilitador de la descarbonización" o el propio hidrógeno.
Además, en este camino hacia 'lo verde' hay quienes optan por "una estrategia de electrificación", como explica Edith Guedella, responsable de sostenibilidad de Acciona, o quienes recurren, dice Teo López, presidente de DH Ecoenergías, a "la geotermia, la gran desconocida, para salvar a las ciudades de los combustibles fósiles". Porque, como añadía Orejas: "Todo suma y no hay que descartar posibilidades".
Un tesoro olvidado
"El mejor residuo es aquel que no se produce", aseguraba Alejandro Molowny López-Peñalver, director insular de residuos en el área del medio natural, sostenibilidad, seguridad y emergencias del Cabildo Insular de Tenerife. Para ello, propone "evitar la eliminación y apostar por la revaloración", que es precisamente lo que defiende la economía circular. Además, insiste en que estos desechos "deben gestionarse y tratarse lo más cerca posible de donde se producen, evitando generar más huella de carbono".
Pero, ¿qué es realmente un residuo? Íñigo Núñez Quintana, consejero delegado de E-waste Canarias, S.L., lo define como "algo con lo que no se puede hacer nada". Y lo contrapone a un recurso que, dice, es aquello "que puede volver a entrar en las cadenas productivas".
Y precisamente haciendo de 'resiudos' elementos altamente demandandos vive Eduardo Tejada Osborne, director ejecutivo de BDF Biotech S.L., quien ha logrado convertir "una materia de muy bajo valor [como son las escamas de pescado] en un producto con inversión tecnológica" de gran valor, como es el colágeno.
Similar, aunque con el foco en otro aspecto, es la propuesta de César Sánchez, protavoz de medioambiente del PP en el Congreso de los Diputados, quien defiende la "reutilización de las aguas depuradas del país" porque, afirma, "con una buena red de infraestructuras se pueden preservar los econsistemas".
Sin embargo, pese a que hay quienes están poniendo todo de su parte por alcanzar los objetivos que se ha propuesto la comunidad internacional, apunta Manuel Guerrer, director de la Fundación Economía Circular, que "tenemos un modelo con el que no vamos a llegar a la normativa europea, pero seguimos con él". Por ello, asegura Eduardo Fernández Giménez, director de innovación de Urbaser, "hoy en día no se puede pensar en una actividad que no tenga un beneficio medioambiental".
En este contexto, Jose Pérez, consejero delegado de Recycla, destaca "luces de un gran trabajo y grandes datos, pero también sombras porque aún queda mucho por hacer y hay ciertas dificultades que nos están impidiendo la innovación para seguir mejorando".
Materiales en evolución
La economía circular llega a todas partes, por eso, dice Pilar Tiemblo Magro, vicedirectora del Instituto de Ciencia y Tecnología de Polímetros (ICTP), que "como no podemos prescindir de los polímeros, tenemos que ver cómo hacerlos mejor, de manera que sean mucho más simples y austeros". Porque "alargar el ciclo de vida es fundamental y para eso los materiales autoreparables son muy importantes".
Entre elementos, también destacan los nano que, aunque "tuvieron un boom durante el covid —por los test de antígenos— hay pocas medicinas que hayan sido aprobadas" a partir de ello, como bien explica Puerto Morales, coordinadora de Nanomed-CSIC. Por eso, defiende que hay que guiarse por un modelo de safe by design, en donde "hay que preservar la salud humana y la seguridad ambiental desde las primeras etapas de desarollo del producto".
La miniaturización también es clave para la economía circular, porque, cuenta Verónica Pino, miembro de la Universidad de La Lagua, "los métodos de análisis oficiales son perfectos, pero son algo con lo que tenemos que luchar desde el punto de vista del impacto medioambiental". Motivo por el que han introducido un material cristalino de redes metal-orgánicas que actúa como una 'red de pesca' para "atrapar esos contaminantes".
Agenda 2030
A tan solo seis años del 2030, Ramón Pérez Andión, director del Hipermercado Alcampo de La Laguna, afirma que "estamos muy restrasados en general y que debemos acelerar mucho los objetivos para alcanzarlos".
Él, por su parte, trata de mejorar el ámbito del sector alimentario, la gestión de resiudos y la descarbonización. Lo hace a través de "labores de prevención o inteligencia artificial", en el primer caso, o la eliminación de los plásticos y el cambio del transporte de sus partners —de la carrertera al tren— con el objetivo de minimizar su huella medioambiental.
En el objetivo 3, aquel destinado a la salud, Morales subraya la obligatoriedad de "más financiación" porque, dice, "si queremos tener un planeta sostenible necesitamos saber cuánto cuesta la contaminación". Y es que, a pesar de que el gasto nacional en investigación ha incrementado, dice la coordinadora de Nanomed-CSIC, "cuando doblas un número que es muy pequeño sigue siendo muy pequeño".
Enfocado en el objetivo 10 —reducción de desigualdades— se encuentra Adal García Pueyo, gerente en Sinpromi. Señala que es vital hacer del empleo "algo de calidad para dar cabida a las personas con algún tipo de discapacidad, porque ningún modelo económico y social puede ser realmente sostenible si se deja a alguien fuera y en esta sociedad todavía se está dejando de lado a muchos".
De este modo, para la consecución de todos los ODS, afirma Clara Pascual, responsable de relaciones institucionales de Ecoembes, que es imprescindible "trabajar conjuntamente, impulsando conocimiento e innovación circular y contribuyendo a la sensibilización de la ciudadanía y, en particular, de los universitarios, que serán los futuros profesionales". Aunque matiza Jaime Fons, responsable de proyectos de economía circular de la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS-SDSN), "tan importante es formar a los trabajadores del futuro como a los que hoy están en el mercado".
¿Y cómo hacer esto realidad? Es ahí donde Teresa Viejo, presidenta de la Fundación Diversidad, pone la guinda final a este pastel que se construye paso a paso a través de la unión de toda la sociedad: "La mentalidad curiosa es todo lo que hace falta para que esto funcione". Porque, asegura, "la misión es que cuantas más instituciones se sumen a la carta de la diversidad europea mejor, porque si no, no somos sostenibles y la economía circular no funciona".