La DANA 'arrastra' una EDAR: ¿dónde crear infraestructuras para luchar contra la sequía si hay riesgo de inundación?
- La Estación Depuradora de Aguas Residuales se proyectó en terreno inundable, pero las lluvias encienden el debate de si la ubicación es acertada.
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Las lluvias torrenciales son cíclicas en el litoral mediterráneo. A pesar de ello, la DANA que ha tocado el Levante y el sur español ha sido histórica por la intensidad y los daños. Las cifras llegan a 158 muertos, a la hora de escribir estas líneas. Se sabía que iba a venir y ha vuelto a abrir el debate sobre la ubicación de edificios e infraestructuras.
En Málaga, donde también ha habido un muerto, la lluvia ha dejado imágenes de lo más dantescas con coches arriados y ríos desbordados. Allí, en el valle del río Guadalhorce, hay planeada una Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) en un terreno inundable.
El río discurre por una de las zonas que llaman el "pulmón verde" de Málaga, entre naranjos y limones. Allí, Carmen Mestanza, portavoz de la plataforma Salvemos la Vega de Mestanza, asegura que "La vega es el único sitio inundable de todos los propuestos, con árboles plantados y un presupuesto de 131 millones". Las otras alternativas son más baratas y están mejor ubicadas.
Desde que empezó el proyecto en 2003 se propusieron varias ubicaciones. De todas ellas, Mestanza dice que la que hay escogida es la menos adecuada, y para demostrarlo enseña un vídeo de la riada de las últimas lluvias. Desde un lugar prominente que domina la ensenada se ve un río crecido hasta la copa de los naranjos que arrastra todo a su paso y varios vehículos empujados por la corriente desbocada.
En esta zona, cada cinco años aproximadamente hay inundaciones, y la falta de preparación se hace evidente. Los eventos meteorológicos extremos, alimentados por el cambio climático, son cada vez más intensos e impredecibles.
La elevada temperatura de los océanos hace que se evapore más agua del mar. Al mismo tiempo, la atmósfera más caliente puede retener más agua en el ambiente. Así se forman grandes borrascas que cuando deciden caer desatan las consecuencias que se han visto en Valencia. Por eso los expertos llaman a repensar los planteamientos urbanísticos.
Zona inundable
Lo cierto es que Málaga lleva necesitando una actualización de las infraestructuras hídricas desde hace mucho tiempo, ya que ahora cuenta con tres depuradoras a máxima capacidad. Además, dos de los pueblos a los que prestaría servicio tienen una multa millonaria de la UE por no tratar sus aguas residuales.
Antonio Bermúdez, alcalde de uno de los pueblos sancionados, reconoce que los vecinos ya están pagando un canon por una depuración que no se está construyendo: "Nadie pone en duda la necesidad de una depuradora, pero nos plantea serias dudas la ubicación. Seguramente algunos ayuntamientos habrán tenido más que decir que otros".
Ningún ayuntamiento quiere una EDAR cerca, por olores y molestias a los vecinos. Aunque también planea por encima el fantasma de la especulación en una ciudad como Málaga. En cualquier caso, de las tres localizaciones propuestas, la elegida necesitará un alzamiento de hormigón de 20 hectáreas que encarecerá el presupuesto y además no tendrá espacio para una planta de tratamiento de lodos para aprovechar ese biocombustible.
Los vecinos de la zona empezaron un movimiento para cambiar el emplazamiento a otro más adecuado. El proyecto, consensuado con los actores implicados, depende de la Junta de Andalucía y está ya en una fase avanzada de desarrollo.
El día 28 de octubre, antes de la DANA, la Junta remitió una carta desde presidencia dando carpetazo a las reclamaciones de los vecinos, y afirmaba que el proyecto seguía. Recordaba que el trámite se había demorado más de 15 años.
La misiva aseguraba que la depuradora garantizaría el servicio de agua potable a los vecinos y agricultores de la zona que en los últimos años han sufrido una sequía extrema, en algunos casos limitando el agua en los peores momentos del verano. Aun así, la carta indica que "la actuación ha sido diseñada para ocupar la menor extensión posible del terreno, minimizando el impacto paisajístico, en atención a sus alegaciones, contribuyendo a conservar la vega".
Parques y jardines
El caso de la depuradora malagueña es solo un ejemplo de la necesidad de adaptar las ciudades al cambio climático. Esta DANA ha sido la que ha dejado más agua acumulada desde las inundaciones del 96. Las catástrofes ocurren cada cierto tiempo, pero cuando pasan, llegan con virulencia y hay que estar preparados.
En un clima como el mediterráneo hay que atenerse a lluvias torrenciales en otoño y altas temperaturas en verano. Marta Olazabal, investigadora del centro vasco de cambio climático BC3, es experta en cómo las ciudades se pueden ajustar a nuevas condiciones, mucho más extremas por el cambio climático.
En cuanto a inundaciones, el principal problema es la permeabilidad de los suelos de las ciudades. Ella recuerda que el agua siempre busca el mar, y las ciudades deben aceptar eso para jugar en la misma dirección. Y lo mismo pasa con otros eventos como las olas de calor.
Lo que sí hay que hacer es adaptarse. Para ello, Olazabal hace hincapié en las soluciones basadas en la naturaleza como "piedra angular" de la preparación de las ciudades para el cambio climático. En el caso de la vegetación ayuda a regular la temperatura, mejorar la calidad del aire, y absorber agua para evitar las avenidas y desbordamientos de los ríos.
En este sentido, el mayor reto que ve Olazabal es conseguir el espacio. Se sabe qué son, cómo funcionan y sus beneficios, solo hace faltar encontrar dónde ponerlas: "El suelo es un elemento muy capitalizado, y muchas veces los intereses económicos ganan a los ambientales y que tienen la salud humana y de los ecosistemas como interés principal".
La ordenación de las ciudades tiene un papel principal en la lucha contra el cambio climático. Olazabal apostilla que "el urbanismo se ha entendido de toda la vida como algo donde solo cuenta la arquitectura y la intervención con un objetivo económico, pero el urbanismo es la relación del medio construido y las personas, y ahí entra el bienestar, el disfrute y la salud".
Por eso, los expertos llaman a replantear las ciudades teniendo en cuenta nuevos criterios que las transformen de foco de emisiones a catalizadores del cambio. Ojalá esta DANA sea el punto de inflexión para que las urbes se adapten a la crisis climática.