Manifestante contra el cambio climático en la COP 29

Manifestante contra el cambio climático en la COP 29 Reuters Baku (Azerbaiyán)

Historias COP29

De la COP de los 'lobbies' al 'efecto Trump' que arrastra a Argentina: ¿superará la cumbre del clima esta crisis?

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La primera semana de la 29ª Conferencia de las Partes (COP29) de Naciones Unidas sobre cambio climático podría definirse como 'movidita' dentro de la tediosa normalidad de una cumbre del clima. El primer motivo estaría en la fecha de su celebración: apenas un par de semanas después de que una DANA arrasase con la Comunidad Valenciana y que la 'marea roja' negacionista de Donald Trump triunfase en las elecciones presidenciales de EEUU. 

El segundo motivo está relacionado con la decisión precipitada y un tanto inesperada de Argentina de retirarse de las negociaciones de esta COP celebrada en Azerbaiyán. Javier Milei ordenó a sus delegados abandonar sus puestos el pasado 13 de noviembre, cuando ya estaban en Bakú y habían comenzado las charlas con otros países. 

La subsecretaria de Estado para el Medio Ambiente del país, Ana Lamas, se lo confirmaba a The Guardian por la tarde, después de que todo el día se oyesen rumores de esta decisión. "Es cierto. Tenemos instrucciones del Ministerio de Relaciones Exteriores de no participar más. Eso es todo lo que puedo decirle", aseguró. 

Ahora queda esperar a ver si Argentina decide abandonar el Acuerdo de París o no, como se presupone lo hará Estados Unidos cuando Trump tome posesión el próximo enero. Esta decisión, por cierto, ha sembrado la duda y la preocupación en muchos delegados.

El tercer motivo de los baches de esta COP sería el escepticismo generado a lo largo de los últimos siete días en torno a esta cumbre del clima. Azerbaiyán, un petroestado cuyo presidente dice que los "combustibles fósiles son un regalo de los dioses", ha tendido una "alfombra roja" a los grupos de presión que representan al sector de las energías sucias y a las grandes empresas de esta industria. 

Pero es que, además, el número de lobistas supera con creces el de los delegados por cada país. Un análisis de Kick Big Polluters Out publicado el pasado viernes 15 de noviembre, en Bakú se habrían congregado al menos 1.773 grupos de presión de combustibles fósiles. Este número sería superior a los delegados de los 10 países más vulnerables al cambio climático juntos.

Así, el informe pone de manifiesto la "gran influencia que la industria fósil sigue teniendo en estas negociaciones". Las únicas delegaciones que superan en personas a los lobbies serían las enviadas por el organizador de esta cumbre, Azerbaiyán (2.229), el anfitrión de la COP30, Brasil (1.914), y Turquía (1.862).

La alfombra roja fósil

Tanto The Guardian como Reuters han alertado a finales de semana de la presión 'fósil' que las grandes compañías y los lobbies estaban —y están— ejerciendo en Bakú. Según informaba el medio británico, por ejemplo, los directivos de las petroleras que han asistido hasta ahora a la cumbre había sido "invitados" por el Gobierno de Azerbaiyán. 

Las autoridades locales, además, les habrían recibido "con todos los honores". Entre estos mandamases estarían Amin Nasser, jefe de la saudí Aramco, quien habría acudido con otras nueve personas de su empresa. Eso sí, el "tratamiento VIP" por excelencia lo habrían recibido los representantes de otra gigante del carbón y el gas —que está diversificando en renovables— de Arabia Saudí: ACWA, su CEO, Marco Arcelli, y su equipo de 24 personas. 

Los CEO de BP y Exxonmobil, Murray Auchinclossi y Darren Woods, junto a sus equipos de siete y tres personas, también habría recibido un tratamiento especial en esta COP29.

Avances, ¿sí o no?

La cumbre climática ha ido avanzando toda la semana sin grandes acuerdos, más allá del que se consiguió in extremis durante la primera jornada: introducir los créditos de carbono y el desarrollo del artículo 6 del Acuerdo de París en la agenda. 

Más allá de eso, poco se ha conseguido. La financiación sigue estancada. Las emisiones siguen estancadas.

¿Y los DDHH?

Dejando a un lado los idilios entre la cumbre y los lobistas, las desventuras de EEUU y Argentina o la frustración de los pequeños Estados insulares, esta COP29 se está desarrollando bajo la larga sombra de los derechos humanos.

Según aseguraba, el viernes 15, Climate Action Network —un grupo de casi 2.000 grupos climáticos— a la BBC, el gobierno de Azerbaiyán está utilizando la cumbre del clima para "reprimir a los activistas ambientales y otros opositores políticos". Esto mismo dicen, además, otros grupos de defensa de los DDHH. 

Por eso, Climate Action Network indicó que "la protección de la sociedad civil es crucial si los países quieren ver progresos en el cambio climático". Eso sí, el Gobierno azerbayano niega por completo las acusaciones de las oenegés.

Sin embargo, Natalia Nozadze, de Amnistía Internacional, asegura que "desde que se anunció a Azerbaiyán como país anfitrión de la COP29 en noviembre del año pasado, es más difícil hacer oposición política". Y añade: "Hemos visto un aumento dramático en las detenciones y la represión de todas las cuestiones que el gobierno puede percibir como críticas o contrarias a su agenda política".