Destrozos en un campo de kakis por la dana.

Destrozos en un campo de kakis por la dana. Agroseguros EFE

Historias

¿Si la DANA ha arrasado su campo de cítricos, lo cubre el seguro? El consorcio se encarga pero le subirá la póliza

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Tras la tormenta vienen los trabajos de reconstrucción... y el papeleo. Todo el mundo piensa que nunca le va a pasar nada, pero las desgracias ocurren, y estas no entienden de color político o lugar de nacimiento, y en un contexto de crisis climática, donde los eventos extremos son más comunes, esto es económicamente claro. 

Abel Tarín, agricultor en Godelleta, ha visto como su plantación, en la zona cero de la DANA, ha desaparecido. La riada le ha robado parte de su tierra que estaba al lado de uno de los barrancos. Tarín explica que las lluvias se la han llevado literalmente parte de su tierra: "Ahora estará en la Albufera". 

Tarín no ha podido aún hacer evaluación total de los daños, porque hay partes a las que no ha podido ni acceder, aunque dice que Agroseguros y el Consorcio de Compensación de Seguros cubrirán esta vez, ahora mismo no "tenemos ningún papel sobre la mesa".   

El agricultor de verdad cree, o espera, que les van a ayudar, pero se queja de que llevan 20 días en el barro y todavía no saben exactamente qué va a pasar y el campo, compara Tarín, no es como una fábrica que se pueda cerrar y volver a abrir en un mes: "Necesita trabajo todo el año".

El Gobierno ha firmado un memorando con las compañías de seguros donde se ha comprometido a agilizar los procesos para que los afectados puedan tener las indemnizaciones lo antes posible. Pero eso en el campo cae sobre agua mojada. 

Terreno en Godelleta arrollada por la riada

Terreno en Godelleta arrollada por la riada Cedida

 

Agroseguros, la Agrupación de Seguros Españoles del Campo, ha declarado que esta ha sido la peor tormenta, y más dañina, a la que tengan que hacer frente los seguros. Según sus estimaciones provisionales, ya que todavía hay mucho por calcular, calculan que ha habido 50.000 parcelas afectadas

Este año lo cubren todo

Laura Palacios, responsable de seguros de la asociación profesional La Unió en la Comunidad Valenciana, cuenta que estuvieron reunidos con el consejero de Agricultura y Agroseguros, y le trasladaron "bastante tranquilidad".

En caso de catástrofe natural, como esta DANA que está fuera de control, es el Consorcio de Compensación de Seguros (CSS) el que se hace cargo. Este grupo recibe fondos de un pequeño porcentaje de cada póliza para dar respuesta en este tipo de circunstancia, y depende del Ministerio de Economía. 

A pesar de todo, el esfuerzo técnico, humano y económico que se tendrá que hacer es mayúsculo, especialmente por la avalancha de solicitudes al mismo tiempo que producirá un cuello de botella. En el CCS trabajan habitualmente 400 personas, y las compañías aseguradoras pondrán 3.000 trabajadores más para ayudar a la tramitación de expedientes. El consorcio estima que el coste total puede sumar 3.500 millones de euros. 

Las inclemencias del tiempo

Algo que saben todos los agricultores es que no importa cuánto esfuerzo pongan en sus producciones, pero al final la cosecha está vendida a las inclemencias arbitrarias del clima, y eso en un contexto de crisis climática y eventos meteorológicos extremos es una ruleta rusa.

Y de ahí los seguros, que los hay de todo tipo y que son obligatorios para los agricultores. Estas pólizas cubren la producción y se basan en los rendimientos asignados que se calculan de años anteriores. También aseguran las infraestructuras que se necesitan, como los invernaderos, vallas, caminos y goteos.

Los peritos empiezan a contar los daños en las infraestructuras agrícolas.

Los peritos empiezan a contar los daños en las infraestructuras agrícolas. Cedida

En el caso de la DANA, el CSS debería cubrir todos los gastos, aunque los agricultores todavía no han visto un céntimo. Palacios dice que los seguros agrícolas están todos financiados a nivel estatal y autonómico y cubren las pérdidas, pero advierte que aún queda por ver qué pasa el año que viene con la subida de las pólizas.

"Pedimos a las administraciones que subvencionen esos recargos, porque esos no están subvencionados", reclama Palacios porque, si no, va a ser como un doble pago para los agricultores valencianos: "Primero por el siniestro y producto perdido, y segundo por la prima que luego le recarguen".  

Palacios habla de este episodio concreto de gota fría, pero la responsabilidad del Estado y de los seguros es algo que los agricultores llevan reclamando desde hace años. 

Cambio de fechas

Igual que este año después de la lluvia parece que no habrá tanta preocupación por la sequía, hace dos hubo uno de los veranos más secos que se recuerdan, y puede que dentro de otros las temperaturas caigan por heladas. El tiempo es impredecible.

Por eso desde el sindicato agrícola COAG llaman a que se invierta más en el sector primario. Según Pedro García, responsable estatal, el Estado tendría que invertir por lo menos el doble.  

La dana ha arrasado con los cultivos de cítricos.

La dana ha arrasado con los cultivos de cítricos. Cedida

Según él, están condenados al tiempo, sin que se tenga en cuenta que ellos son los que dan de comer a las ciudades. De hecho, según García, muchos compañeros del campo se ven obligados a asumir pérdidas y al final acaban abandonando el sector. Tal vez por esas condiciones no se encuentra relevo generacional

Aunque los seguros cubren con pérdidas, una de las reclamaciones más habituales del campo es que cada vez las estaciones son menos predecibles, llueve cuando debería nevar, y graniza cuando debería hacer sol.  

Que el tiempo cambie es algo normal, siempre se han adaptado a los ciclos. Las negociaciones entre asegurados y aseguradoras se basan en los eventos del año anterior, y precisamente los días fuera de esos parámetros son los que están en riesgo. Por eso los agricultores y ganaderos buscan la máxima seguridad.

En este episodio de gota fría, dada la envergadura de la catástrofe, los seguros, las organizaciones y los gobiernos han unido fuerzas, pero el temor de muchos es que estos eventos extremos cada vez serán más comunes e impredecibles, y los seguros lo que menos cubren son las incertidumbres.