Nuestro planeta se encuentra bañado por 57 mares y un total de cinco océanos repartidos entre los cinco continentes. Mares y océanos encargados de agrupar ese 97% de agua salada de la que dispone nuestro planeta y que llega a cubrir aproximadamente el 71% de la superficie de la Tierra por lo que se trata del ecosistema más grande del planeta.
Mares y océanos a los que los humanos hemos dedicado una larga historia de exploración, de los que aún así solo hemos explorado una pequeña fracción de él. Evidencia de ello, es que a día de hoy más del 80% del océano sigue sin haber sido explorado y permanece sin cartografiar sobre todo en zonas profundas como la denominada zona hadal.
Hablamos de una zona también conocida como zona del Hades o "lugar de la muerte" y que destaca por encontrarse por debajo de la conocida como zona abisal. Una de las zonas más profundas de nuestros océanos, repleta de oscuridad, bajas temperaturas y una elevada presión. Esto es lo que se esconde en el lugar más misterioso y profundo del océano.
Qué es la zona hadal y por qué es la más peligrosa
La zona hadal es una de las regiones más profundas del océano y se encuentra ubicada debajo de la zona abisal a partir de los 6.000 metros de profundidad y llegando a alcanzar hasta los 10.000 metros bajo el agua. Una misteriosa zona océanica que destaca por sus temperaturas extremadamente bajas, la alta presión y la falta de luz, así como la escasa concentración de nutrientes que impide en estas áreas el crecimiento de plantas.
Aún así, abundan muchas especies fascinantes en la zona hadal. Especies marinas que han sido capaces de adaptarse de forma única a vivir en este tipo de entorno extremo en el que pueden sobrevivir en presiones extremas que superan las 1.100 atmósferas.
Sin embargo, la exploración en estas áreas sigue siendo un gran desafío, a pesar de que los últimos avances tecnológicos siguen intentando impulsar la exploración a estas profundidades, que según la revista Nature pueden llegar a alcanzar hasta los 10.929 metros (como es el caso del Abismo de Challenger).
La fosa fue bautizada con este nombre en honor al barco de la Marina Real Británica, HMS Challenger, que desempeñó un papel crucial en su descubrimiento en 1875.
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Un evento significativo ocurrió el 23 de enero de 1960, cuando el batiscafo Trieste, propiedad de la Armada de los Estados Unidos, se aventuró a sumergirse en las profundidades de la Fosa de las Marianas. Esta impresionante inmersión fue dirigida por dos valientes exploradores: el renombrado oceanógrafo Jacques Piccard y el teniente de navío Don Walsh. Juntos, lograron alcanzar una profundidad asombrosa de aproximadamente 10,923 metros, según mediciones realizadas en 1984.
En 2012, otro pionero de la exploración submarina, James Cameron, descendió hasta las profundidades de la Fosa de las Marianas a bordo del Deep sea Challenger. Esta hazaña lo consagró como "la primera persona en sumergirse en solitario hasta el punto más bajo de la Tierra", llegando a una profundidad de 10,898 metros y añadiendo un nuevo capítulo a la historia de la exploración oceánica.
Una zona repleta de especies misteriosas y adaptadas a condiciones extremas
A pesar de lo inaccesible de estas áreas localizadas a más de 6.000 metros bajo el océano, en la zona hadal se han llegado a descubrir diferentes especies adaptadas a esas condiciones extremas del entorno. Especies en las que es posible encontrar pulpos dumbo, peces rata, pepinos de mar, medusas, ofiuros y todo tipo de organismos que han sido capaces de sobrevivir adaptándose a estas condiciones extremas.
Algunas de las especies que se han identificado en estas áreas han sido:
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- Águila abisal: Esta especie de pez es conocida por ser uno de los habitantes más profundos del océano. Se ha encontrado a profundidades de hasta 8,000 metros en la fosa de las Marianas. Tienen cuerpos alargados y mandíbulas grandes adaptadas para la captura de presas en la oscuridad total.
- Anfípodos: Los anfípodos hadales son pequeños crustáceos que se encuentran en esta zona. Tienen una apariencia similar a los camarones y pueden ser depredadores o alimentarse de materia orgánica en descomposición que cae desde la superficie del océano.
- Poliquetos gigantes: Estos gusanos tubulares adaptados a la vida en el fondo del océano son capaces de soportar las altas presiones y temperaturas extremas de la zona hadal. Se alimentan de detritos y microorganismos que se encuentran en el sedimento del fondo marino.
- Pepinos de mar: Algunas especies de holoturias habitan la zona hadal. Estos equinodermos tienen un aspecto parecido a un pepino y se alimentan de detritos en el fondo marino.
- Poliplacóforos y otros moluscos: Se han descubierto moluscos como los poliplacóforos y algunos bivalvos adaptados a las condiciones de la zona hadal. Estas criaturas marinas suelen ser herbívoras y se alimentan de algas y materia orgánica.
- Protozoos y microorganismos: La vida microscópica también está presente en la zona hadal, incluyendo bacterias, arqueas y otros microorganismos adaptados a la extrema presión y falta de luz.
Es importante destacar que la exploración de la zona hadal sigue siendo un desafío extremo y costoso, por lo que todavía se están haciendo descubrimientos y se sabe relativamente poco sobre las especies que la habitan. Sin embargo, los avances en la tecnología de exploración submarina, como los vehículos sumergibles y los ROV (vehículos operados remotamente), están permitiendo a los científicos estudiar y aprender más sobre esta misteriosa y peligrosa región del océano.