Por increíble que parezca, este caso es completamente real. La increíble historia del oso de la cocaína será llevada al cine próximamente. Elizabeth Banks será la encargada de dirigir el largometraje bajo el título de Oso vicioso (Cocaine bear en inglés). La película está prevista que se estrene el 5 de abril de 2023 en España.
Corría el año 1985, el traficante Andrew Carter Thornton II, que había sido paracaidista, oficial de policía y abogado, supuestamente saltó de un avión con 30 kilogramos de cocaína —con un valor aproximada de unos 14 millones de dólares— y murió tras no abrirse su paracaídas.
Esa carga acabó por encontrarla un oso y la curiosidad acabó con su vida. El cuerpo del oso, sin embargo, tardó un poco más en encontrarse. En algún momento de noviembre de 1985, un cazador se encontró con un oso en el bosque nacional Chattahoochee (en el estado de Georgia). A su lado, había un gran paquete de cocaína abierto.
Aunque el cazador, nunca identificado, no denunció el hecho a las autoridades. Simplemente se lo contó a sus amigos y la voz se fue corriendo. Para diciembre de ese mismo año, la historia llegó a la policía. La Oficina de Investigación de Georgia acabó descubriendo el cuerpo del oso el 20 de diciembre.
Eso sí, la bolsa de cocaína había desaparecido. Había sido sustraída por alguien y nunca se supo más de la carga. No se sabe si se la llevaron para consumo propio o fue vendida.
Cocaína en sangre
Cuando el oso fue encontrado, quedaba la duda de si el consumo de cocaína había sido la razón de su muerte. El informe forense fue claro al respecto."Su estómago estaba literalmente repleto de cocaína", contó en aquel momento a Kentucky For Kentucky el médico forense que examinó el interior del estómago del animal: "No hay un mamífero en el planeta que pueda sobrevivir a eso".
Entre los diferentes causas de su muerte, señaló el forense, pudo ser una hemorragia cerebral, insuficiencia respiratoria, hipertermina, insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular.
En todo caso, según señalan en la revista estadounidense Slater, el oso, que apenas pesaba 80 kilos, murió en 20 minutos. El médico forense jefe del Laboratorio Criminalístico del Estado de Georgia estimó posteriormente que el torrente sanguíneo del oso habría absorbido alrededor de 3 o 4 gramos de cocaína en el momento de su muerte.
Una orgullosa atracción
El desafortunado oso de la cocaína (o también apodado como Pablo EskoBear) acabó siendo disecado y pasó por una variedad de propietarios. Según los informes, uno de ellos fue el cantante de country Waylon Jennings.
Al final, Pablo Eskobear ha acabado como atracción turística en el centro comercial Kentucky Fun Mall en Lexington. En 2016 se convirtió en toda una celebridad tras aparecer en un anuncio de televisión que se volvió viral.
Ahora, en el centro comercial venden toda una serie de productos de merchandising del oso —como camisetas, gorras, llaveros o incluso pendientes— y, según su página web, se puede visitar al oso de la cocaína de lunes a sábado de 10 de la mañana a 6 de la tarde y los domingos de 11 de la mañana a 6 de la tarde.