Pensar en Chicago es viajar con la mente desde España directamente hacia sus altos rascacielos, su ruta 66 o el blues, pero esta ciudad conocida como una de las más grandes de Estados Unidos, ubicada en pleno estado de Illinois, también destaca por tener uno de los ríos más misteriosos del mundo. Un río que fluye en pleno corazón de la ciudad atravesando su centro y cuyas aguas corren unos 250 km hasta la cuenca del Misisipi. Sin embargo, no siempre fue así, ya que este río llegó a desembocar en el pasado en el imponente lago Michigan.
Una particularidad que ha llevado a convertir este río en el único en el mundo que fluye al revés y hacia arriba. Pero ¿sabías que detrás de todo ello se esconde una de las obras de ingeniería más importantes de todos los tiempos? Te contamos la razón de por qué las aguas de este icónico río destacan por correr al revés.
¿Por qué Chicago llegó a cambiar el curso de su río?
Para entender la razón de este cambio en el curso del río de Chicago, tenemos que remontarnos directamente a mediados y finales del siglo XIX. Una época en la que Chicago era la ciudad con el crecimiento más rápido del mundo. Sin embargo, había un hecho que la ponía en peligro y es que estaba expuesta a enfermedades como el cólera o la fiebre tifoidea debido a sus propios desechos. Estos fluían sin tratar desde el río Chicago hasta el lago Michigan, la fuente de agua potable de la ciudad.
Es entonces cuando el distrito sanitario de la urbe y concretamente el ingeniero Sylvester Chesbrough, sugieren que Chicago cambie el curso de las aguas de su río, alejándolas del lago y direccionándolas hacia el río Misisipi.
Una increíble obra de ingeniería que implicaría un esfuerzo y cálculos inimaginables, pero que salvaría a la ciudad de las enfermedades transmitidas por el agua. Una propuesta que en sus comienzos fue vista y catalogada incluso como poco práctica, pero que se ha convertido no solo en la salvación de la ciudad de Chicago, sino también en una de las obras de ingeniería más estudiadas de todos los tiempos y que incluso ha inspirado a los ingenieros del Canal de Panamá.
El tratamiento del río de Chicago también ha limpiado sus aguas
Esta obra de ingeniería hizo que la tasa de mortalidad disminuyera en Chicago. Desde 1929, se han construido una serie de plantas de tratamiento y otros proyectos de infraestructura extras para tratar precisamente las aguas residuales de la región antes de verterse al sistema fluvial y de enviarlas río abajo.
Un Distrito Sanitario que se conoce como el Distrito Metropolitano de Recuperación de Agua del Gran Chicago y que sirve a más de cinco millones de personas, procesando aproximadamente 1.300 millones de galones de aguas residuales cada día. Unos tratamientos que a día de hoy, han comenzado también a incluir la desinfección, un proceso que ha hecho que el río de Chicago esté aún más limpio.
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Aunn así, más de cien años después de esta gran obra, se imponen nuevos desafíos como la migración de especies invasoras como la carpa asiática al río Chicago. Una situación que ha reabierto el debate sobre cómo se podría seguir modificando el río o si debería restaurarse su curso natural.
Los efectos ambientales de la reversión del río de Chicago
En 2013 una sequía bajó el nivel del lago Michigan tanto como para que los habitantes de su ciudad comenzaran a preocuparse por este cambio de sentido en las aguas del río, arrojando aguas residuales no tratadas a los Grandes Lagos. Y es que nadie en 1900 anticipó los posibles efectos medioambientales que esta decisión podía tener uniendo dos grandes cuencas hidrográficas.
Se han tenido que destinar millones de dólares sólo para evitar que los mejillones europeos invasores viajen al Medio Oeste desde los Grandes Lagos, también se han tenido que instalar puertas eléctricas en Chicago para evitar que la carpa asiática diezme la población de peces de los Grandes Lagos.
Razones de peso por las que actualmente se está considerando la idea de volver a restaurar la división en el Lago Michigan. Un proyecto que costaría más de 15 millones de dólares y que implicaría un paquete completo de nuevas medidas de control de inundaciones y tratamiento de aguas residuales, pero que podría ayudar a evitar un colapso en el ecosistema.