Accesibilidad, cualidad de accesible, y un derecho necesario para que todas las personas puedan participar en cualquier ámbito de la sociedad. Sobre este concepto, esencial para que el ser humano pueda disfrutar de una vida plena en cualquier lugar y espacio –digital o físico–, se ha reflexionado en Retos de la accesibilidad en el día a día, una jornada impulsada por Grupo Integra, Centros Especiales de Empleo (Integra CEE) y desarrollada en la Escuela Técnica Superior de Ingenierías y Sistemas de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
Rebeca Álvarez, responsable nacional de la Unidad de Apoyo a la Actividad Profesional de Integra CEE, ha comenzado la sesión dando un claro mensaje: "Tenemos que empezar a pensar en un diseño para todos". A su lado, un intérprete de lenguaje de signos demostraba ser ejemplo de aquello sobre lo que se estaba abriendo debate.
Para comenzar a tratar la temática, Álvarez ha expuesto una anécdota sencilla que aquí reproducimos: imaginemos que estamos recibiendo una formación online, de repente, para continuar, nos piden que pinchemos en el botón verde o, por el contrario, en el botón rojo para abandonar la sesión. ¿Alguien daltónico o con una discapacidad visual grave podría resolver esa acción adecuadamente? La solución es fácil, pues "con poner un texto debajo de cada botón ya sería accesible", ha asegurado la experta.
Este evento no podría llegar en un mejor momento, porque, como ha querido recordar el delegado del director para Accesibilidad y Responsabilidad Social de la UPM, Miguel Ángel Valero, el día 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
El también profesor titular de la dicha universidad ha iniciado el debate con un juego de palabras: la accesibilidad accesible. Lo que a priori podría parecer una simpleza, demuestra la esencia del concepto, pues no podemos olvidar que la accesibilidad debe ser accesible. "Tiene que ver con la idea de que cualquiera podemos disfrutarla con independencia de nuestra capacidad funcional, de la circunstancia y de la edad".
Para asegurar una accesibilidad plena, es necesario conseguir un mundo "incluyente", diferente de inclusivo, ha destacado Valero. Incluyentes son aquellas personas que van a permitir la inclusión, y sin esas personas, "nuestro fin –la accesibilidad– se quedará en un medio", ha concluido.
Una accesibilidad universal
Con el paso del tiempo, el concepto de accesibilidad universal ha ido evolucionando. De este modo, ahora lo entendemos como entornos o espacios que son completamente accesibles a nivel físico y cognitivo, para todos. Sobre todo, que no supongan para las personas con discapacidad una interrupción en el desarrollo de su vida, en su hogar o en la universidad.
"Nuestros espacios se deben poder utilizar en una situación de igualdad y deben ofrecer las mismas oportunidades a todas las personas", así ha explicado Nuria del Val, arquitecta sénior de Tétris, empresa líder en diseño y construcción, cómo se acercan en su compañía al concepto de accesibilidad universal desde un punto de vista arquitectónico.
Entender que todos tenemos capacidades diferentes; ese es el punto de partida para diseñar un espacio completamente accesible. No sólo se trata de eliminar las barreras físicas. Para conseguirlo hay que tener en cuenta cuestiones relacionadas con la percepción de los sentidos.
Del Val ha explicado que en su trabajo se centran, sobre todo, en hacer accesibles lugares como las oficinas y, para ello, hay que tener en cuenta una serie de parámetros esenciales: la ubicación del mobiliario, como la distancia entre puestos de trabajo o mesas regulables en altura, por ejemplo; o la iluminación, pues es necesaria una combinación adecuada entre luz natural y artificial; o la adaptación de aseos y puertas; y las señalizaciones.
Además, la seguridad es un criterio igualmente determinante. En caso de emergencia, todos deben saber qué hacer en estas situaciones y tiene que haber espacio, por ejemplo, para aquellas personas que vayan en silla de ruedas.
Para hacer accesibles las oficinas hay que tener en cuenta parámetros como la iluminación y la ubicación del mobiliario
Diseñar teniendo en cuenta estos criterios ofrecería las mismas oportunidades para todos y todas, porque, como ha querido recalcar Del Val, "todo el mundo tiene el derecho de realizar las actividades que desee sean cuales sean sus condiciones".
La tecnología, ¿un límite?
Durante la pandemia de la covid-19 la necesidad de usar tecnologías se ha convertido en un constante en nuestras vidas. Sin embargo, no todos podemos acceder de forma igualitaria.
Aunque parte de la tecnología haya ayudado a romper algunas barreras, "la gran paradoja es que muchas pueden generar una discapacidad digital", ha explicado José Manuel López, director de tecnología de Sopra Steria, empresa de servicios digitales.
En este caso, hay que tener muy en cuenta a aquellas personas que no son consideradas nativas digitales. Muchas de las tecnologías ya creadas no se hicieron con la intención de facilitar la accesibilidad y, sin saberlo, contribuyeron a ello. Y ahora que tenemos este poder en nuestra mano, desde este ámbito pueden darse grandes pasos.
Para López, la inteligencia artificial se ha convertido en un elemento determinante para desarrollar la accesibilidad. Desde su entidad trabajan en el subtitulado y traducción simultánea, y también en el posicionamiento de interiores, para facilitar la guía de una persona de un lugar a otro.
Para ejemplificarlo, ha destacado el proyecto Smart Station de Adif, en la estación de Málaga María Zambrano: a través del desarrollo de un modelo digital del espacio, se permitirá al viajero obtener una mejor información y acceso al entorno. Al fin y al cabo "cualquier sistema software que ayude a cualquiera a mejorar una tarea, ya es un sistema que tiene foco en la accesibilidad", ha concluido López.
La accesibilidad de la formación
Para finalizar el debate, Gema Alejandra Botana, catedrática de derecho civil y directora de Desarrollo de Negocio de Wolters Kluwer, ha asegurado que "la formación es un eslabón para la igualdad de oportunidades en las personas con discapacidad".
Ha propuesto la formación online como una de las alternativas más innovadoras a través de la cual, si se trabaja bien, las personas pueden disponer de una mayor accesibilidad a diferentes formaciones. Al igual que el teletrabajo, que garantiza esa accesibilidad a las personas con dificultades para desplazarse.
"La tecnología nos puede dar grandes oportunidades, pero usémosla para hacer humanidad, para vivir en una sociedad mejor y mucho más humanista", ha afirmado Botana.
Y es que no hay nadie al margen de la discapacidad; unos nacen con ella y otros la adquieren a lo largo de la vida, por muy pequeña que sea. Para poder ejecutar y asumir todo lo que se ha puesto sobre la mesa es necesario dar un primer paso: ser conscientes de que todos tendremos limitada la accesibilidad en algún momento de nuestra vida.