El número de refugiados ucranianos ha ascendido a más de dos millones de personas, según Naciones Unidas. Las mujeres, que componen casi el 54% de la población del país, representan casi el 80% de personas que han cruzado la frontera hacia Polonia, Rumanía o Moldavia, apuntan desde la ONG Plan Internacional.
“Ser mujer y refugiada supone, en muchos casos, una mayor exposición a sufrir vulneraciones de derechos y violencia” aseguró a la agencia EFE Nuria Díaz, coordinadora de incidencia de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). También recuerda que es importante tratar estas situaciones sin “perder el foco” de la perspectiva de género.
“Más allá de su tratamiento y consideración de personas con necesidad de protección, hay que prestarles especial atención por el hecho de que muchas de ellas son niñas”, añadió Díaz.
La trata de personas
La separación de las familias y la infancia no acompañada a causa de la guerra aumenta exponencialmente la exposición de los niños, las niñas y las mujeres al tráfico con fines de explotación sexual. “Conflictos como el de Ucrania multiplican los riesgos de la trata de personas, especialmente para las niñas y las jóvenes, que suelen ser víctimas en mayor medida del tráfico con fines de explotación sexual”, ha indicado Concha López, directora general de Plan International.
En Ucrania, Rusia y otros países de Europa del Este, el 80% de las víctimas son mujeres, mientras que el 10% son niñas y otro 10% son niños. Desde el inicio del conflicto en 2014, las niñas, adolescentes y mujeres del país han estado expuestas a la violencia física y sexual, apuntan desde Plan Internacional.
Para millones de mujeres y niñas, incluidas aquellas que han vivido a la sombra del conflicto en el este de Ucrania durante los últimos ocho años, la violencia de género es un problema grave. Según un estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas de 2019, “alrededor del 75 % de las mujeres del país informaron haber experimentado algún tipo de violencia desde los 15 años, y una de cada tres informó haber experimentado violencia física o sexual”.
El conflicto armado y el desplazamiento las exponen a un mayor riesgo de sufrir violencia y abusos físicos y sexuales. “El conflicto no hará más que agravar la terrible situación que viven miles de niñas y mujeres en el país, a menos que la guerra cese inmediatamente”, añadió López.
Sima Bahous, directora ejecutiva de ONU Mujeres, señaló en unas declaraciones del 28 de febrero que “estos factores deben ser contemplados en todos los esfuerzos para supervisar y responder a la situación en Ucrania, de modo que las señales de alerta temprana del impacto sean atendidas con una respuesta adecuada y proporcional”.
La participación de las mujeres en los procesos de paz y de seguridad serán fundamentales para garantizar sus plenos derechos. “La inclusión de las propias mujeres en los procesos de toma de decisiones y en la respuesta humanitaria es esencial para garantizar el cumplimiento de sus derechos”, concluyó Bahous.