En el año 2015, en el marco de la Cumbre del Clima de París, los líderes mundiales llegaron a un acuerdo de mínimos para dar una respuesta conjunta a los distintos desafíos del proceso de desarrollo global. Al final surgió un texto con 17 áreas sobre las que los países firmantes hacían una llamada, y que aglutinaban temas como la reducción de las desigualdades, la educación o la sanidad accesibles y de calidad, o la acción por el clima.
Con el 2030 como fecha límite, la mayoría de los países de Occidente se comprometieron a legislar y a lanzar iniciativas gubernamentales orientadas al cumplimiento de esos 17 puntos, que se llamaron Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin embargo, casi una década después de la firma de aquel compromiso, los ODS de la agenda 2030 corren gran riesgo de no cumplirse.
Gran falta de voluntad política
En su informe Medir el progreso: el medio ambiente y los ODS, publicado hace unos meses, la ONU, detalla la evolución de los 92 indicadores relacionados con el medio ambiente y analiza el progreso para alcanzar las metas de los ODS. Tal y como afirma el documento, a pesar de los avances en materia de medio ambiente —como la energía limpia o la gestión forestal y de los desechos—, la gran mayoría de los países del planeta no están cerca de la sostenibilidad. Además, desde que se firmó el compromiso en París, la biodiversidad de la Tierra ha continuado deteriorándose y la crisis climática ha seguido agravándose, por lo que existe peligro de que la Agenda 2030 finalmente no pueda cumplirse.
[La emergencia climática que nadie se creía]
El informe es bastante pesimista sobre el ritmo necesario para abordar grandes cambios, y destaca como uno de los problemas principales la falta de voluntad política de los países firmantes del acuerdo. Los recursos del planeta son limitados y, por lo tanto, el crecimiento también. A eso hay que agregarle un desafío crucial que está empezando a condicionar la vida de millones de personas en todo el globo: la emergencia climática. Por eso se crearon los ODS, para intentar darle respuesta evitando el drama humanitario o la catástrofe económica.
El estudio de la ONU revisa todos los datos y la información disponible sobre los aspectos ambientales de cada uno de los 17 ODS, y hace un seguimiento cuantitativo de su aplicación y progreso en todo el mundo a través de los indicadores que se establecieron en la Cumbre, y que tienen una relación directa con los problemas ambientales. Una de las conclusiones del texto es que, en efecto, se ha producido un aumento exponencial de los datos disponibles, pero una clara involución desde el anterior registro de 2019. También se insinúa que muchos gobiernos infrautilizan la tecnología disponible de medición de dichos datos.
Cuando se fijaron los ODS se pensó en la interrelación entre cada uno de ellos, es decir, que trabajar en la consecución de uno podría implicar que se contribuyera a conseguir otros. Del mismo modo que centrarse en perseguir uno puede descuidar otros. El amasijo de datos revela correlaciones de todo tipo, por ejemplo la que vincula el consumo de materiales domésticos (el consumo interno de un país) relacionado con la extracción de biomasa y el perjuicio que ocasiona a las especies en riesgo de extinción.
Datos infrautilizados por los gobiernos
Con respecto a la pérdida de biodiversidad, la ONU advierte de que el aumento de áreas protegidas en estos años tampoco ha llevado a reducciones en el número de especies en peligro de extinción. Para intentar revertir esto, en 2011 se aprobó el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica, lo que se conoció popularmente como Metas Aichi. Sin embargo, este compromiso, que caducó en 2020 jamás llegó a cumplirse, tal y como refleja la Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica.
Naciones Unidas reconoce que, en muchos casos, los gobiernos adscritos a los ODS y comprometidos con el cumplimiento de la Agenda 2030 infrautilizan la enorme cantidad de datos ambientales recopilados por las múltiples herramientas de inteligencia artificial que tienen a su disposición, y a la hora de elaborar planes, políticas y estrategias concretas no se tienen en cuenta.
La advertencia holandesa
A finales de mayo, la Organización Holandesa para la Investigación Científica (NWO) publicó una respuesta a las conclusiones del sexto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) donde aseguraba que, a este ritmo legislativo, ni Holanda ni ningún país del mundo logrará alcanzar el cumplimiento de los ODS. Siguiendo la tendencia global, la NWO reveló que el número de publicaciones científicas vinculadas a los ODS había crecido exponencialmente, sin embargo todo ese océano de datos e información no se ve traducido en acciones específicas.