El último mes, el fiordo de Oslo ha visto interrumpida su tranquilidad por un nuevo –y gigante– visitante: una morsa de 600 kg bautizada como Freya –en referencia a la diosa nórdica de la belleza y la fertilidad– que ha deambulado por la zona, subiéndose a los barcos para descansar y tomar el sol, y hundiéndolos por el camino.
Hasta aquí, podría parece simplemente una anécdota más de las peculiaridades del mundo animal. Sin embargo, pronto atrajo la mirada de los curiosos, que han llegado a acercarse –como se puede observar en redes sociales– demasiado al animal, poniendo en peligro la seguridad de morsa y de los allí presentes. En una ocasión, aseguran los medios locales, la policía tuvo que cerrar una zona de baño después de que el animal persiguiese a una mujer que se le había acercado a nado.
Tal ha sido la situación que el pasado viernes las autoridades noruegas se vieron obligadas a lanzar un comunicado oficial: si los visitantes del fiordo no dejaban de acercarse a Freya para sacarse selfis con ella, de lanzarle cosas o de nadar con niños cerca del animal, tendrían que sacrificarla.
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Y hoy, domingo 14 de agosto, esa amenaza se ha convertido en realidad. El animal más viral de este verano ha sido sacrificado, en palabras del director general de Pesca noruego, Frank Bakke-Jensen, tras llegar a la conclusión de que suponía "una amenaza continua para la seguridad humana".
En un comunicado oficial, Bakke-Jensen ha asegurado que durante la última semana quedó claro que "el público decidió ignorar la recomendación de mantenerse a una distancia segura de la morsa". Por ello, el departamento que representa concluyó que ni se estaba asegurando la seguridad de las personas ni la del animal.
Tras considerar otras opciones, como trasladar a Freya a otro lugar, que descartaron al no poder "asegurar el bienestar de la morsa", se tomó la decisión final de practicarle una eutanasia. Esta, añade Bakke-Jensen, se llevó a cabo "con todas las garantías" y "de manera humana". En estos momentos, varios veterinarios están examinando el cuerpo del animal para corroborar esta afirmación.
Críticas a la decisión
La noticia del sacrificio de Freya no ha pasado desapercibido en las redes sociales, donde se convirtió en estrella y brilló con luz propia. Son muchos los que muestran su descontento con la decisión de las autoridades noruegas y, sobre todo, con los curiosos y visitantes al fiordo de Oslo que no han sido capaces de "dejarla tranquila".
Un usuario, por ejemplo, asegura que la decisión es "indefendible" y recuerda que "los animales salvajes cada vez tienen menos espacios seguros en este planeta". Y remata: "Todas y cada una de las personas que han ignorado las alertas deberían avergonzarse".
Una joven ha demostrado su descontento tras con la decisión del Gobierno local de sacrificar a la morsa después de "varios encuentros con humanos que estuvieron a punto de ser letales".
Otro usuario ha recordado que la morsa ha pasado su verano simplemente "volcando barcos y tumbándose al sol". Y concluye: "Espero que más morsas visiten noruega en el futuro para vengarse".
Antes de que se llevase a cabo el sacrificio del animal, el conservacionista Chris Packham publicó en Twitter una solución alternativa: "En vez de matar a la morsa Freya, podrían poner a un policía o a un representante público para gestionar y educar a la gente".