El fenómeno meteorológico La Niña, que afecta a la temperatura de las aguas superficiales del Pacífico desde septiembre de 2020, se extenderá probablemente hasta finales de este año, según ha informado la Organización Mundial del Clima (OMM).
Según los expertos de la organización, las probabilidades de que esto ocurra son de un 70%, e incluso barajan que el fenómeno pueda continuar también en 2023, aunque a partir de diciembre las probabilidades descienden hasta un 55%.
De cumplirse la predicción de la OMM, sería la primera vez en este siglo que La Niña persiste durante tres años consecutivos, algo que solo ha ocurrido tres veces desde 1950.
Qué es La Niña
La Niña esuna de las dos fases del ciclo meteorológico natural conocido comoEl Niño/Oscilación del Sur, que consiste en una fluctuación de las temperaturas oceánicas el Pacífico ecuatorial y tropical y que tiene que ver con cambios en ciertos patrones del viento.
Mientras que El Niño —la fase opuesta a La Niña— se caracteriza por un calentamiento de la temperatura del agua de la superficie del océano, La Niña es todo lo contrario. Durante los episodios de este fenómeno, las aguas del Pacífico oriental se enfrían, lo que provoca cambios atmosféricos que, a su vez, tienen un efecto importante sobre el clima de la región.
Un fenómeno que se suma al cambio climático
Una de las condiciones que favorecen la continuidad de La Niña es la presencia de vientos alisios, cuya intensidad ha aumentado entre mediados de julio y agosto. Una circunstancia que ha afectado a la gravedad de las sequías y de las inundaciones en varias partes del mundo.
Aunque La Niña forma parte de un ciclo natural, el cambio climático de origen humano afecta también a estos ciclos, puesto que incide en el aumento de la temperatura global e interfiere en la frecuencia de las lluvias estacionales.
Tampoco cabe pensar en La Niña como un aliado en la lucha contra el cambio climático, pues como explica el secretario general de la OMM, Petteri Tallas: "Su influencia de enfriamento está ralentizando temporalmente el incremento de las temperaturas, pero no detendrá o revertirá la tendencia a largo plazo del calentamiento global".
En algunas zonas, La Niña está dando origen a problemas que se suman a los provocados por el cambio climático. "La sequía en el Cuerno de África y en el sur del continente sudamericano llevan el sello de La Niña, y también el aumento de las lluvias en el sureste asiático y Australasia".
Por este motivo, la muy probable continuidad de La Niña durante los próximos meses es una mala noticia para estas regiones, donde es posible que la situación se agrave todavía más.
"La OMM continuará proporcionando información específica al sector humanitario y apoyando a sector vulnerables como la agricultura, seguridad alimentaria, salud y reducción del riesgo de desastres", ha afirmado Taalas. "En la OMM estamos trabajando para que en un plazo de cinco años todo el mundo tenga acceso a sistemas de alerta temprana que permita protegerse de amenazas relacionadas con el tiempo, el clima y el agua", ha añadido.
Según la OMM, a pesar de la persistencia de La Niña en el Pacífico oriental, en el resto de la superficie oceánica la temperatura del agua seguirá subiendo por encima de la media, lo que supondrá también un incremento de la temperatura en zonas terrestres, sobre todo en el hemisferio norte.