“Esta es a la vez la COP africana y la de la justicia climática, de la aplicación, de la implementación y de un trabajo indispensable”. Con estas palabras ha iniciado su intervención el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas contra el cambio climático celebrada en Sharms el-Sheikh (Egipto).
En Glasgow, ha recordado Macron, los líderes mundiales aumentaron sus ambiciones. Todo lo que se dijo en la COP26 en Glasgow, ha dicho, "debe seguir siendo válido". Eso, ha admitido, incluso "aunque nuestro mundo no sea el mismo". Porque, "el desajuste climático sigue siéndolo".
El presidente francés ha hecho referencia a "la agresión" de Rusia contra Ucrania, que ha vuelto a "sumir al suelo europeo en la guerra y también al mundo entero en un momento de incertidumbre y crisis".
Y ha añadido: "Como hay otras prioridades, pensamos que el clima puede esperar, pero no. La urgencia climática está ya aquí, no tenemos que esperar a mañana. Nuestra obligación es seguir actuando para la mitigación y la adaptación a pesar de que haya vuelto a haber una guerra en suelo europeo".
Porque, ha sentenciado, “no vamos a sacrificar nuestros compromisos climáticos por la amenaza de la guerra de Rusia”.
100.000 millones para los vulnerables
Francia quiere, dice Macron, seguir respetando sus planes climáticos y reducir sus emisiones al 50% de aquí a 2025. Y sobre todo, ayudar a los países emergentes.
Por eso ha animado al resto de líderes, especialmente a los europeos, a mantenerse firmes antes sus promesas de inversión en los fondos de ayuda a los más vulnerables. "Tenemos que estar presentes y apoyar con 100.000 millones de dólares a los países más pobres para luchar contra la crisis climática", ha dicho, haciendo referencia a esos fondos para la financiación de la adaptación de los que ya se hablaron en la última COP.
[100.000 millones de dólares para que los países empobrecidos luchen contra el cambio climático]
Macron ha insistido en que la movilización de recursos es viable, porque "ya se demostró con la pandemia de la Covid-19".
Además, el presidente galo ha recordado que "la batalla contra el cambio climático está asociada a la batalla contra la crisis de biodiversidad". Son, ha advertido, "dos caras de la misma moneda". Macron ha hecho referencia, además, a cómo la naturaleza –y las medidas basadas en ella– es la mejor aliada para lograr los objetivos del acuerdo de París.
El clima en Francia
En febrero de este año, el primer ministro francés anunciaba un paquete de medidas para la descarbonización de la industria. El plan para reducir las emisiones de CO₂ del sector tendría una inversión de 5.600 millones de euros hasta 2030.
Y este mismo verano, el país promulgaba oficialmente la Ley del Clima y la Resiliencia, cuyo proceso se inició hace dos años. Con esta nueva norma, Francia intentaba mandar un mensaje claro al mundo: su compromiso con los Acuerdos de París no desfallece a pesar de la situación de crisis energética actual.
Con la nueva ley del clima se intenta, además, “anclar” la ecología en la sociedad francesa a través de los servicios públicos, la educación, la planificación urbana, el turismo o los patrones de consumo.
La invasión rusa de Ucrania y los problemas de escasez de gas que esta ha provocado ha llevado al país galo a buscar alternativas para calentarse este invierno. Y es que, como publicaba en septiembre France 24h, los franceses tendrán que reducir su consumo energético un 10% para evitar racionamientos energéticos.
La república francesa lleva varios años reduciendo exponencialmente sus emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, sigue siendo encontrándose en la lista de los países que más contaminan a nivel mundial. En 2021, el CO₂ per cápita emitido estuvo en 4,58 toneladas por ciudadano. En total, Francia emitió ese año 302,327 megatoneladas.