La Cumbre del Clima de Naciones Unidas celebrada este año en la ciudad egipcia de Sharm el-Sheij está siendo noticia por lo lenta que está siendo y el ostracismo que ha existido hasta el último momento. No ha sido hasta este viernes -el día previsto de su finalización- cuando se ha conocido el primer borrador del acuerdo final. Algo poco habitual si nos fijamos en las anteriores citas mundiales.
El documento no muestra avances. Al menos, en cuestiones tan relevantes como es el poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles y el establecimiento de una financiación climática suficiente sobre pérdidas y daños. Lo más polémico está siendo decidir qué cantidad proporcionar a los países en desarrollo que sufren eventos extremos como consecuencia del cambio climático que provocan los estados más avanzados.
El lenguaje enrevesado es prueba de las dificultades a las que se están enfrentando los delegados reunidos en Egipto para llegar a un acuerdo. Como recoge Efe, el apartado dedicado a energía reconoce la preocupación por el impacto de la crisis energética (derivada de la guerra en Ucrania) en el cumplimiento "oportuno" de las promesas y compromisos relacionados con la transición energética y la diversificación de la energía.
No obstante, aunque se insta a aumentar el mix energético y a acelerar las medidas para reducir la producción de energía con carbón, vuelve a incluir matices en lo referente a los combustibles fósiles.
Como contamos en EL ESPAÑOL, estas palabras estaban frenando las negociaciones. La propia presidencia de la cumbre comentó, de hecho, que estaban buscando el "lenguaje correcto" para definir una senda en este sentido. No obstante, el lenguje incluido no refleja avances con respecto al acuerdo alcanzado hace un año en la cumbre de Glasgow, cuando también se criticó la poca firmeza de las políticas referentes a los combustibles fósiles.
[La COP27 encalla: no hay avances y las palabras 'combustibles fósiles’ complican el acuerdo final]
Lo que incluye el nuevo texto -aún en discusión- son palabras como "racionalización" de las subvenciones a las energías contaminantes o una cuestión que ya aparecía en el acuerdo de Glasgow, como es su reducción "en consonancia con las circunstancias nacionales".
Entonces, como recoge Efe, el avance del acuerdo de Glasgow fue que se incluyó la recomendación de reducir la energía con carbón y eliminar progresivamente las subvenciones a los combustibles fósiles (como son el petróleo, gas natural o carburantes).
Lo realmente novedoso de la actual cumbre ha sido que India, uno de los países más contaminantes y el segundo mayor consumidor de carbón del mundo, presentó un plan para la descarbonización a largo plazo.
Según declaraciones recogidas por la agencia Reuters de Bhupender Yadav, ministro de Medio Ambiente de la India, este fue "un hito importante", porque "una vez más, India ha demostrado que predica con el cambio climático". Lo novedoso de su propuesta es que se centra en la reducción del consumo a nivel individual o familiar, así como la inclusión de la captura de carbono, su uso y almacenamiento.
No obstante, el primer borrador del acuerdo de la COP27 deja fuera estas aspiraciones. Únicamente, insta "encarecidamente" a los países a ajustar sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) al objetivo de limitar el calentamiento global del Acuerdo de París (por debajo de los 1,5ºC).
Como recoge Efe, sobre cómo financiar las compensaciones a los países vulnerables por las pérdidas y daños sufridos en su territorio por los desastres naturales derivados del cambio climático, el texto por ahora no recoge métodos concretos para hacerlo dado que continúan abiertas las negociaciones.
Únicamente señala al respecto que hay que dar una respuesta a la emergencia climática y se debe garantizar la seguridad de las personas. En este sentido, nombra que los fondos para pérdidas y daños "es de gran importancia para que el proceso de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático siga siendo creíble y pertinente".