La orquesta de La Música del Reciclaje, vuelve a subirse al escenario para ofrecer, este lunes 26, uno de los conciertos solidarios más esperados. Una Navidad de cine es el nombre del concierto de Navidad interpretado por jóvenes en riesgo de exclusión con instrumentos creados a partir de latas, tenedores, sumideros o bidones de aceite en el teatro Capitol de Gran Vía ante la atenta mirada de la Reina Doña Sofía.
“Ni las personas, ni las cosas somos de usar y tirar” explica Carolina Martín, responsable del proyecto de La Música del Reciclaje”. Un proyecto social y medioambiental en el que la monarca, presidenta de honor del comité, se ha implicado desde su origen. Y es que este año cuenta con la participación de Los Chicos del Coro de Saint-Marc, protagonistas de una de las escenas más bonitas del cine y la orquesta de Cateura.
Doña Sofía fue quien propuso el proyecto hace nueve años para dar una oportunidad a los jóvenes españoles en riesgo de exclusión, tras ver a la orquesta de Cateura (Paraguay) tocar con instrumentos reciclados del vertedero en el que los niños de la región sobreviven.
“Gracias a su petición, replicamos el modelo empezando en un colegio de Vallecas y un centro materno infantil (niños de casas de acogida) de Pozuelo. La cosa empezó a crecer y a agregar nuevos centros. Aldeas Infantiles, por ejemplo, se acaba de incorporar”, explica Carolina Martín, responsable del proyecto a través de Ecoembes.
En total ya son 140 chicos a los que este proyecto ofrece una educación sin diferencia de género, edad o raza. “Para mi estar en esta orquesta es muy importante porque es mi segunda familia. Me ha ayudado personal y culturalmente a saber que hay más mundo, música, personas y pensamientos. Yo, a diferencia de otras chicas gitanas, estoy haciendo un grado y por las tardes voy a los ensayos y a las clases, porque también soy profesora”, cuenta orgullosa Cristina Núñez, una de las chicas que empezó con 11 años y hoy ya tiene 19.
“Toco el violín, y en los conciertos el violín está hecho de latas de refrescos. Lo que agarro en las cuerdas es un tenedor y lo de arriba para afinar es de violines rotos a los que se les ha podido recuperar”, desvela Núñez.
La música es elitista y cuesta dinero. Más allá de la orquesta, el proyecto beca el talento y ya cuenta con alumnos en la música creativa y en el conservatorio de Amaniel. “Las oportunidades económicas están mal repartidas, pero el talento sí está bien”, resalta Víctor Gil, director de la orquesta.
La orquesta tiene un nivel muy importante. Los instrumentos también han ido creciendo y ahora son más de 80. También su elaboración, al principio eran básicos y ahora el trabajo es cada vez mayor.
El lutier Fernando Solar, quinta generación del oficio, es quien se encarga de convertir los residuos en virtuosos instrumentos desde su lutheria de Malasaña (Madrid), donde entre sus violines de muchas cifras se encuentran los envases que con gran cariño modifica para dar una oportunidad a estos chicos.
“Buscamos que suenen lo más similar que los tradicionales para que los chicos aprendan una técnica que les pueda servir para toda su vida”, aclara Gil. “De lo que se puede hacer solidariamente en grupo. A veces solo destacamos las historias personales, cuando los grupos son de mucha importancia”, añade.
¿Quien se podía imaginar que una lata que tiras al contenedor amarillo sonaría en el teatro real o el cine Capitol? Comenta que “todos nuestros conciertos han sido siempre especiales y hemos contado con apoyo. Por ejemplo, de Sara Baras, Manuel Carrasco... Este año también queríamos que lo fuera y dado que se lo dedicamos a las bandas sonoras de películas, qué mejor lugar que el emblemático Teatro Capitol de la Gran Vía tan relacionado con los estrenos de cine de nuestro país".
Además, cuenta que "también nos acompañarán directos desde Francia Los Chicos del Coro de Saint-Marc, protagonistas de una de las escenas más bonitas del cine y la orquesta de Cateura, inspiradores de nuestro proyecto y orquesta hermana”.
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